Liliana Restrepo, presidenta y cofundadora de Frisby.
Crédito: Frisby
Frisby: la cadena de restaurantes pereirana que vende casi un millón de pollos al mes
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CAMBIO conversó con Liliana Restrepo, presidenta y cofundadora de Frisby, sobre los 47 años de la compañía. Hoy tienen presencia en 59 ciudades y municipios del país y la empresa es una de las mas grandes de Colombia. Restrepo habló de los inicios de Frisby y el éxito detrás de su negocio de pollo frito.
Frisby, la cadena de restaurantes, la del jingle inolvidable y del icónico pollo blanco de traje rojo nació como una pizzería. Era el 17 de junio de 1977 y una pareja de esposos, Alfredo Hoyos Mazuera y Liliana Restrepo, abrieron su primer proyecto juntos. Hoy esa empresa vende 950.000 pollos al mes.
La marca, que nació como un negocio de pareja y se ha mantenido como una empresa familiar, está presente en 59 ciudades y municipios de Colombia y tiene 280 tiendas en el país. En la última lista de las 1.000 empresas más grandes de Colombia, según la Superintendencia de Sociedades, Frisby se ubicó en el puesto 327.
“Empezamos con una pizzería, no fue con pollo. Alfredo era amante de la comida italiana y en Pereira no había pizzas. Trajimos pizzeros y arquitectos de Bogotá, iniciamos con nuestro primer local y al poco tiempo empezamos a conversar con la familia y decidimos incluir pollo en el menú”, cuenta Liliana, en conversación con CAMBIO.
Hoyos venía de familia de tradición avícola. Su padre, Alfredo Hoyos Mejía, fue uno de los pioneros de la avicultura en Colombia y eso inspiró a su hijo a estudiar y formarse alrededor de este negocio. Hoyos hijo vivió parte de su juventud en Estados Unidos y allí vio el auge del pollo frito.
El negocio ofrecía inicialmente tres platos: pizza, pollo y helados. En los primeros años Restrepo y Hoyos se convirtieron en los distribuidores de los helados Mimos, pero cuando los pereiranos empezaron a pedir más pollo que pizza y la rotación en las mesas era más rápida con ese producto, la empresa prefirió quedarse con el pollo.
El pollo de Frisby era diferente, no era frito sino apanado, y a la gente le encantó. “Siempre hemos sido muy innovadores, en Pereira no había pizza ni pollo frito, el pollo asado era el tradicional. Pero esto requiere una tecnología especial, usamos freidoras cerradas, son equipos costosos que toca traer desde afuera, porque acá no lo hacen”, dice Restrepo.
En diciembre de 2020 falleció Hoyos, pero Restrepo ha mantenido el negocio como un proyecto familiar que responda a los valores de la empresa. “Nuestro modelo de negocio está enfocado hacia el capitalismo consciente. Es un nuevo paradigma basado en un propósito superior, un liderazgo consciente y una cultura con los grupos de interés con la equidad como base”, dice Restrepo.
Del Eje Cafetero a los pequeños municipios de Colombia
Frisby empezó a expandirse por el Eje Cafetero, Cartago, Manizales y Armenia, y luego se extendieron a otras ciudades como Medellín y Cali. “Lo que nos ayudó a abrir nuestras alas a todo el país fue una alianza con el Éxito, estas grandes superficies ofrecían comida, y nos invitaron a hacer parte de modo que donde abría un Éxito abría un Frisby”, cuenta su fundadora.
Frisby hoy tiene 280 restaurantes y este año proyecta abrir otros 15 y remodelar 23 de sus sedes. La empresa hoy tiene presencia en 59 cabeceras municipales y genera 5.600 empleos directos.
“Tenemos una política en la que pensamos en llegar a lugares alejados para que los consumidores puedan degustar el pollo, muchas marcas se quedan en las grandes ciudades y no van a las más pequeñas, pero a mí me parece importante llevar desarrollo a otras poblaciones, Cuando llegamos a Quibdó alguien nos dijo: “Llegó primero el pollo que el agua a Quibdó’. Es interesante el impacto que se puede dar”, cuenta Restrepo.
Pero esa visión también implica un nivel de responsabilidad mayor con la logística. Con la expansión que se dio por años con el Éxito, la empresa desarrolló un modelo logístico en el que tercerizó varios procesos con aliados y proveedores.
Los proveedores son los encargados de procesar el pollo en sus plantas donde lo cortan y lo adoban y lo entregan listo para los centros de distribución. Hoy Frisby cuenta con dos plantas en Pereira, en una se hacen derivados de pechuga, y en la otra se producen los complementos, como el arroz, la sopa, la ensalada de repollo y los fríjoles. Luego de pasar los controles de calidad los productos se envían al resto del país.
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“Tenemos un equipo de ingenieros de alimentos en todas las regiones, que hacen revisiones constantes de calidad y revisan todos los puntos. La calidad para nosotros es una obsesión, que el pollo sepa igual en Yopal, en la costa o en Pasto, esa es una de nuestras grandes riquezas, la consistencia del producto” , asegura la empresaria.
La empresa vende cerca de un millón de pollos al mes y cerca de cinco millones de arepas como acompañamiento. Eso los ha llevado a innovar en sus procesos y productos. La empresa tiene su propia flota de domiciliarios y una app para domicilios y también está integrada a las plataformas de delivery. La tecnología y la innovación son procesos transversales para Frisby.
En los últimos años han lanzado una línea de productos a base de proteínas vegetales y su última innovación es una línea de pollo picante: Nashville. Pero la compañía también ha incursionado en otros negocios. Frisby es el propietario de la marca de alitas Wingz, que nació hace 12 años, y hoy tiene seis restaurantes.
Además de su negocio, Frisby también tiene un colegio hace 38 años que ha graduado a más de 740 estudiantes, y un programa educativo para sus colaboradores, ‘Universidad Frisby’, en la que forman a sus empleados y los capacitan para cargos más avanzados en la compañía. También tienen alianzas con bancos de alimentos y trabajan con fundaciones locales.
“Hemos considerado la idea de salir a otros mercados, pero creo que en este momento Colombia necesita a los empresarios, necesita confianza e inversión. Estamos atravesando momentos difíciles, pero a este país lo salvan todas las personas, por eso mi enfoque hoy está en el mercado colombiano. Hoy se necesita aquí el 100 por ciento de nuestra atención”, dice la empresaria.