La violencia de género se disparó: "Es la manifestación más salvaje de la violencia machista”
17 Enero 2024

La violencia de género se disparó: "Es la manifestación más salvaje de la violencia machista”

Crédito: Colprensa

Los datos preliminares del Instituto Nacional de Salud muestran que el año pasado hubo 22.000 casos más que en 2022. Estos son los detalles.

Por: Pía Wohlgemuth N.

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Rossi nació en Albania, un pueblo de La Guajira cercano a las minas de carbón del Cerrejón. Allí vivía con su hermano, su mamá y su padrastro, que intentó abusarla desde que ella tenía 114 años. La niña le contó a su mamá lo sucedido, pero ella no le creyó. Entonces Rossi decidió marcharse a Riohacha para alejarse de su padrastro y buscar un trabajo. En la capital del departamento, la situación fue peor: un grupo de paramilitares la atacó sexualmente. Rossi comenzó un largo peregrinar por el Valle, Cauca y Nariño, atravesado por abusos de explotadores y de grupos armados. Diez años de sufrimiento. 

Hoy Rossi vive en el Cauca, tiene más de 40 años y es activista por los derechos de las víctimas de violencia sexual en la guerra. Su caso, que figura en las listas de víctimas de violencia de género en el país, se suma a los que ocurren en pueblos pequeños y en ciudades grandes. Las estadísticas empeoran con el paso del tiempo.

Las cifras del Instituto Nacional de Salud (INS) muestran que, entre 2022 y 2023, hubo un aumento del 17 por ciento de los casos sospechosos de violencia de género e intrafamiliar. Ese porcentaje significa que, para la “semana epidemiológica” número 52 de 2023 –la última del año–, hubo 157.899 casos, frente a 106.472 del mismo periodo el año anterior. Según el Sistema de Salud Pública (Sivigila), las autoridades sanitarias reportaron 22.640 casos más  en 2023 que en 2022. El INS explica que para estos análisis comparativos es mejor “no salirse” de la comparación por semanas entre un año y otro, como en este artículo .

Amazonas, Antioquia y San Andrés son los departamentos en donde la situación empeoró más, con 42 por ciento, 38 por ciento y 33 por ciento de incremento, respectivamente (ver mapa). Solo en cuatro zonas del país los casos disminuyeron: Cesar tuvo 44 víctimas menos (-2 por ciento); Magdalena, sin contar Santa Marta, 138 casos menos (-9 por ciento); Norte de Santander 21 casos menos (-1 por ciento) y Sucre 55 casos menos ( -3 por ciento).

Mapa

(MAPA DE ELABORACIÓN PROPIA)

La Fiscalía dijo que entre 2020 y 2023, las autoridades capturaron y judicializaron a 40 “asaltantes sexuales seriales”, responsables de atacar a 97 víctimas en distintas zonas del país. Sin mayor detalle, publicó un informe que indica que el 40 por ciento de los casos conocidos de delitos sexuales se resolvió. La entidad indicó que ha esclarecido el 60 por ciento de los casos de violencia intrafamiliar entre 2020 y 2023. 

El problema de estos datos es notorio: los casos de personas –sobre todo mujeres– que pasan por el sistema de salud después de sufrir violencia de género e intrafamiliar, es mucho mayor que el número de denuncias. Aun así, es posible que los datos reportados en Sivigila tampoco reflejen por completo la realidad. No todas las víctimas de violencia de género o intrafamiliar asisten a un servicio de salud, entre otras razones porque este tipo de abusos no son solo físicos sino psicológicos y económicos, entre otros.

Solo hacia marzo de 2024 se conocerá el balance definitivo de las cifras de Sivigila, pero es muy poco probable que el número final de casos sea menor. Diana Rodríguez, exsecretaria de la Mujer de la Alcaldía de Bogotá, sabe que muchas mujeres jamás les dicen a las autoridades lo que les pasó: “Los datos de denuncia no muestran el universo absoluto, porque sabemos que hay subregistro”, dice.

Por eso, lo más probable es que haya miles de hechos ocultos. Un estudio desarrollado durante la gestión de Diana Rodríguez en el Distrito se refiere a lo que se conoce como la “cifra oscura de la violencia intrafamiliar”. Mientras que 13 por ciento de las mujeres mayores de 18 años de la ciudad dijeron ser víctimas de violencia entre 2020 y 2021 –404.000 mujeres–, la Secretaría de la Mujer atendió a 53.000. En ese mismo tiempo, el Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional recibió 53.000 denuncias. Más de 340.000 casos de diferencia. Si esto sucede en una zona urbana, nada asegura que las cosas no sean iguales o peores en el campo.

Linda Cabrera, directora de la fundación Sisma Mujer, señala que desde hace un tiempo el número de casos en Colombia “se mantiene constante al alza”. Peor aún, analiza que las cifras del INS son un reflejo de que ninguna de las estrategias y esfuerzos por prevenir la violencia de género  ha servido. "Puede que las mujeres estén denunciando más, o haya un incremento real de casos. Eso no se ha determinado, pero por ahora no vemos ningún mejoramiento a la baja”, explica.

Lo que dicen Rodríguez y Cabrera se suma a otro problema: la gran falta de sincronía en la información existente. Sivigila, la Fiscalía, la Policía y las Comisarías de Familia tienen información diferente. De hecho, el Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno de Gustavo Petro estableció la creación de un sistema único (Sistema Nacional de Monitoreo de las Violencias Basadas en Género) que reúna toda la información en una misma base. Hasta ahora, esta no existe, y el desorden en los números les facilita la vida a los perpetradores.

Las causas de tal violencia, piensa Rodríguez, están cimentadas sobre el patriarcado y el machismo. La violencia contra las mujeres está tan normalizada que las motivaciones para denunciar son pocas. Es un tema que la sociedad trata como algo trivial, que se arregla de puertas para adentro. No es así: “La violencia de género e intrafamiliar es la manifestación más salvaje de la violencia machista”, indica Rodríguez.

Casos como el de Rossi solo llegaron a la justicia hasta ahora, después del Acuerdo de Paz de 2016. Por ser víctima en el conflicto, ella será parte del macrocaso de la Jurisdicción Especial para la Paz sobre violencia de género, recién abierto  en 2023. Durante los años previos, nunca tuvo atención de ninguna clase por su padecimiento. Como ella, hoy puede haber cientos de otras víctimas que no se atreven o no quieren denunciar. Muchas no acuden a un hospital a recibir atención médica: sus casos nunca llegan a los números oficiales.

“Hay una descomposición social muy dura. Cuando una niña está siendo abusada en su hogar, siempre se dirige a la madre y no le creen. Cuando una mujer está siendo abusada, le dicen que se lo buscó. El tema es que no hay una ruta clara, no hay atención. En vez de mermar, ese tema del abuso sexual está aumentando”, piensa Rossi.

Los datos mencionados son preocupantes. No obstante, Rodríguez piensa que la solución es que el país se centre en esta problemática. El trabajo de las autoridades debe acompañarse con un cambio en la manera en que la sociedad colombiana concibe la violencia de género e intrafamiliar. 

 

 

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