¿Por qué la paz total debería contemplar también asuntos de género?
3 Marzo 2023

¿Por qué la paz total debería contemplar también asuntos de género?

Marcha feminista, motivada por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Foto del 25 de noviembre de 2022.

Crédito: Colprensa

A raíz del Encuentro Internacional Feminista 2023, varias ministras y lideresas latinoamericanas demostraron su apoyo a la iniciativa de paz total del Gobierno colombiano. Hicieron énfasis en la necesidad de que los diálogos con grupos armados integren un enfoque de género. ¿Por qué esto es necesario?

Por: Sebastián Martínez

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Varias lideresas de países latinoamericanos, en el contexto del Encuentro Internacional Feminista We call it feminism (EIF 2023), le dieron su espaldarazo al proyecto de paz total que el Gobierno del presidente Gustavo Petro busca implementar en Colombia.

Estas mujeres hicieron énfasis en la necesidad de que los diálogos de paz que se lleven a cabo con los grupos alzados en armas tengan en cuenta un enfoque de género.

María José Pizarro, congresista del Pacto Histórico, quien participó en el evento y se encuentra involucrada en los diálogos de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), compartió a través de sus redes sociales la misiva en que se solicita tanto al Gobierno nacional como a los actores armados:

"Implementar un enfoque de género y de derechos de las mujeres en los diálogos que adelantan, en las medidas que discuten y en las herramientas de reparación que se dispongan para salir de la guerra".

En este sentido, las firmantes manifestaron su solidaridad con las mujeres del país "que han padecido, no solo la violencia machista estructural, sino también el conflicto armado que ha cruzado sus cuerpos, comunidades y territorios" y contra el cual han combatido para defender su vida y derechos.

Además de implementar esta perspectiva a los esfuerzos de diálogo, en el documento se solicitó que las mujeres puedan participar e incidir en los escenarios y temas abordados en el marco de las negociaciones actuales y futuras en pos de la paz.

Es importante recordar que en la confrontación armada en el país, que es de más de cincuenta años, "ha llevado a un ejercicio sistemático de violencia en contra de las mujeres, especialmente, las mujeres rurales, indígenas, negras y campesinas", dice la misiva. Asimismo, se puntualizó que el conflicto armado ha dejado como saldo 4.733.645 mujeres víctimas.

Entre las diecisiete firmantes de esta petición, se encuentran mujeres de Chile, Ecuador, Argentina, Brasil, México, Bolivia, Perú y España, así como una diputada del Parlamento Europeo y una representante del Movimiento de Mujeres de la región de Kurdistán, entre otras.

¿Por qué es necesario que la Paz Total contemple asuntos de género?

Ángela María Robledo, exrepresentante a la Cámara, psicóloga y magíster en Política Social, manifestó a CAMBIO que "la guerra es un orden patriarcal reforzado que afecta de manera decisiva y determinante la vida de las mujeres, las jóvenes y las niñas". Puntualizó que impulsar la perspectiva de género en estos ámbitos es fundamental.

Robledo dijo que este esfuerzo ha sido de largo aliento, debido a que ya se ha hecho énfasis en este enfoque con anterioridad: por ejemplo, durante las negociaciones de paz con la guerrilla de las Farc en La Habana, Cuba, aunque su implementación -según ella considera- se haya quedado corta en ese entonces.

"Toca estar muy alertas y hablando con los gestores del ELN, como hemos tenido la oportunidad de hablar con Danilo Rueda (alto comisionado para la paz) o con Iván Cepeda (congresista), para que esta perspectiva de género quede incorporada de manera muy temprana y no ocurra lo que pasó con la negociación de La Habana, que fue muy tarde cuando logró incorporarse y, de alguna manera, quedó muy periférica", sostuvo.

También hizo énfasis en la necesidad de aplicar "la perspectiva de género en clave de diversidad y de interseccionalidad", ya que no es lo mismo analizar la situación de discriminación que puede sufrir una mujer campesina, afro o indígena con la de una mujer que no forme parte de estos grupos poblacionales.

Por su parte, Beatriz Quintero, coordinadora de la Red Nacional de Mujeres, expresó que es necesario que "la construcción de paz, que en últimas es la ampliación de la democracia, se haga con las mujeres, teniendo en cuenta no solamente la participación (es decir, el número de mujeres) sino el contenido".

Esto último quiere decir "que se tengan en cuenta las reinvindicaciones, la búsqueda de la igualdad y la libertad y la eliminación de la discriminación, considerando que las mujeres y las niñas son diversas", ya que -de la mano con lo anteriormente mencionado por Robledo- la experiencia vital de una mujer blanca no es lo misma que vive, por ejemplo, una mujer indígena, afro, lesbiana o de limitados recursos económicos.

Respecto a qué debería prestar especial atención el Gobierno a la hora de implementar la paz total, Quintero aseveró que, "como uno de los pilares de este proyecto es que se cumpla el acuerdo de paz con las Farc, creo que una estrategia importante es comprometerse realmente -y no solo de palabra- con su implementación y del enfoque de género".

Otros aspectos que Quintero sugiere tener en cuenta para la integración de esta perspectiva en la paz total son "cómo las mujeres han sido especialmente afectadas por los grupos armados", así como "la conformación de una comisión de género de delegadas con un buen nivel de decisión oficial para que se responsabilice y comprometa a llevar la agenda de las mujeres y el movimiento feminista en esa mesa de negociación".

Por último, Marina Gallego Zapata, coordinadora nacional de la organización Ruta Pacífica de las Mujeres e integrante del comité de seguimiento y monitoreo de la Comisión de la Verdad, compartió su perspectiva con CAMBIO.

La especialista explicó que el enfoque de género resulta importante en el contexto del conflicto armado en Colombia porque "las mujeres son la mitad de la población de sus territorios. En ese sentido, tienen unos sufrimientos específicos con todos los actores que habitan el conflicto armado. Donde hay armas, las mujeres sufren".

"Hay una presión constante de las mujeres en estos territorios. El enfoque debe asumirse desde el inicio: hay reclutamiento, hay violencia sexual, hay confinamiento, y todo esto afecta la dinámica de las mujeres y sus familias", aseguró Gallego.

En cuanto a las estrategias apropiadas que el Gobierno podría adoptar, la experta planteó que "hay que recoger de las mujeres qué les está pasando a los territorios y qué salidas ellas proponen, porque considero que ellas también pueden hacer propuestas. De hecho, las hacen: frente a qué hacer y cómo debe tramitarse ese conflicto".

Gallego dijo que estas mujeres, así como quieren que los actores armados salgan de sus territorios, buscan que el Estado dinamice las políticas públicas en derechos culturales, ambientales, sociales y económicos. De ahí que el Gobierno podría consultarles a esas mujeres -con prudencia y sin exponerlas- cómo consideran que la paz total podría implementarse y qué se debería hacer para prevenir el surgimiento de nuevos conflictos.

Por último, Gallego mencionó que "hay que mirar cómo se trata el tema de las violencias sexuales y demás violencias contra las mujeres en la negociación con estos actores armados, sobre todo las organizaciones de alta criminalidad (como las llama el proyecto) y las disidencias".

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