"El Gobierno de Ucrania nos está dejando morir en combate": expolicía colombiano

El video de siete minutos, publicado en las redes sociales del Ministerio de Defensa de Rusia, muestra a Miguel Ángel Cárdenas Montilla, un expolicía caleño que se rindió en Donbass. Con el rostro herido, el exuniformado dice, con voz entrecortada, que llegó a Ucrania luego de un anuncio que vio en TikTok en el cual invitaban a personas con experiencia militar para obtener más ingresos a cambio de cumplir tareas a favor del Ejército ucraniano durante la guerra con Rusia.

Cárdenas relata que tuvo que pedir un préstamo para conseguir el dinero para llegar a Polonia y luego cruzar la frontera para enlistarse en el Ejército de Ucrania. “Cuando llegué, no nos hicieron nada de contrato, y estuve en el batallón 204. De ahí salí a la brigada militar 59. Presté el servicio militar en la Policía de Colombia pero nunca tuve experiencia militar de combate”.

El exuniformado comenta que, cuando llegó, recibió un entrenamiento enfocado en instrucciones de polígono y avanzadas rutinarias que solo duró una semana, pues lo importante era que lo enviaran al frente de batalla.

“El entrenamiento fue de menos de una semana. Faltaban menos de ocho días para emprender una misión de combate y solo vimos cómo era disparar en un campo de entrenamiento, cómo lanzar granadas y algo base que era cómo hacer una avanzada u ofensiva”, afirma el exuniformado.

En el interrogatorio, el colombiano dice que el Ejército ucraniano dota a los mercenarios “solamente de uniforme, chaleco, arma de variación AK, casco, guantes y un sombrero”.

Incorporación con mentiras

Cárdenas  denuncia que el Ejército ucraniano solo les entregaba alimentos y mantenía escondidos a ocho colombianos en un sótano, del cual no los dejaban salir por temor a que cayeran en alguno de los ataques que diariamente realizan las tropas rusas con drones. 

“Llegamos aquí con un sueño de mentiras (...) éramos nueve colombianos, ahora ocho están muertos, al caer en el ataque de los drones, donde nos tocó dejar todo para salvar la vida”, dice el exuniformado.

En su declaración afirma que prefirió entregarse porque no quería morir, ante la falta de apoyo del mismo Ejército ucraniano. “Me di cuenta -dice- que Ucrania en ese punto nos mintió porque nos dijo que íbamos solamente a cuidar y nos terminaron fue acribillando”.

El mercenario colombiano dice que le dio más valor a la vida al pensar en sus cuatro hijos que dejó en Colombia,  y sostiene que las autoridades ucranianas lo utilizaron  como carne de cañón.

Futuro en la guerra

Miguel Ángel aprovecha el interrogatorio para saludar a su familia: “si es la última vez: a mis hijos los amo mucho, a mi esposa también, me gustaría verlos crecer”.

El exuniformado recalca que ha sido bien tratado luego de su  entrega voluntaria a las tropas rusas. “El día que me entregué, pues obviamente me amarraron y lo entiendo, porque los rusos tenían miedo. Luego comencé a explicarles todo, y cuando me comenzaron a entender me trataron muy bien, no lo voy a negar: me colocaron una manta en el suelo, me trajeron una chaqueta, me dieron comida, me dieron agua”, expresa.

Luego de los primeros días de captura –agrega– lo trasladaron a un cuarto “donde estaban ellos y donde podía recostarme, aunque, eso sí, esposado, amarrado. Así me trasladaron a varias partes, con la cara tapada. En la base en que me quedé también me dieron comida, me atendieron bien; tenía dónde dormir”.

Respecto a su futuro afirma que se arrepiente de haber aceptado la invitación del Ejército ucraniano. “Prefiero estar con mi familia, que son todo en mi vida. Las promesas que dicen en las redes sociales son falsas. Ni tan siquiera me pagaron el primer sueldo”.

El expolicía le aconseja a los retirados de las Fuerzas Militares colombianas “que no vengan porque la experiencia que me ocurrió a mí no se la deseo a otro más. Por querer de pronto generar un ingreso más, terminaron mis compañeros muertos, nos dejaron solos, nunca nos respaldaron”.

Finalmente pide que se busque un diálogo entre Rusia y Ucrania para evitar que mueran más personas, en especial los civiles, que no tienen injerencia en las confrontaciones.