Terror en el aeropuerto: las historias de los colombianos inadmitidos en México

Crédito: crédito: Reuters - Aeropuerto Internacional Benito Juárez

14 Abril 2024

Terror en el aeropuerto: las historias de los colombianos inadmitidos en México

Dos niñas colombianas fueron retenidas durante 12 horas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, sin que les avisaran a sus padres. Les confiscaron sus celulares y las deportaron. Durante su retención no pudieron dormir y la única comida que recibieron estaba en mal estado. Su historia se suma a las de cerca de 14.000 colombianos que han sido inadmitidos en ese país durante 2024.

Por: Laura Palomino y Tatiana Dangond Aguancha

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El 16 de marzo de este año, dos niñas colombianas menores de edad viajaron a Ciudad de México. A su llegada al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, las autoridades de migración las retuvieron durante 12 horas sin avisarles a sus padres, confiscaron sus celulares y las deportaron a Colombia al día siguiente, el 17 de marzo. Según la versión de sus familiares, ambas fueron obligadas a firmar un documento sin el consentimiento previo de un adulto responsable. Durante el tiempo que estuvieron retenidas, no pudieron dormir y la única comida que recibieron estaba podrida, a pesar de la obligación de la aerolínea de proporcionarles alimentos en buen estado.

Mientras las niñas permanecían encerradas en una habitación fría del aeropuerto y sin posibilidad de contactar a sus familiares, su tía, Vanessa Ortega, vivía momentos de angustia en México sin saber qué había sucedido con sus sobrinas. Vanessa, quien las había invitado a pasar unas vacaciones, presentó denuncias ante el Consulado de Colombia en México, el Instituto Nacional de Migración de México (INM), la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH), así como reclamaciones a Avianca, la aerolínea por la que viajaban las niñas. Hasta la fecha, no ha recibido ninguna respuesta que al menos reconozca el mal proceder de los funcionarios implicados. Durante una entrevista a CAMBIO, Vanessa comentó: “Mis sobrinas son menores de edad. Ellas viajaron para visitarme y fueron objeto de múltiples violaciones de derechos humanos. Aún hoy lloran cuando recuerdan cómo les gritaron, las callaron, no les dieron comida y las ignoraron".

El caso de las sobrinas de Vanessa es parte de un problema mayor que afecta a miles de colombianos. Según datos de Migración Colombia, solo durante los primeros tres meses de 2024, 13,839 colombianos fueron inadmitidos en México. Esto representa un promedio diario de 154 ciudadanos colombianos a quienes se les niega la entrada, muchos de los cuales han reportado violaciones a sus derechos humanos por parte de funcionarios de migración, actos de corrupción, o han sufrido pérdidas económicas significativas sin poder recuperar las inversiones realizadas para sus vacaciones en México. Este incremento en el número de inadmisiones revela una situación que, aunque conocida, se agrava en el país. Las cifras de inadmitidos de este año anticipan un año histórico en cuanto a la cantidad de colombianos no admitidos en México, con un incremento del 41% en el período de enero a marzo comparado con el mismo período de 2023. Este notable aumento despierta alarmas sobre las políticas migratorias y las condiciones que enfrentan los colombianos en ese país.

Wilson Vanegas viajó a México el pasado 3 de marzo con su pareja y dos menores, cuando fueron inadmitidos. Había comprado un paquete turístico completo con hoteles, transporte, toures y alimentación. Describió su experiencia: “Se perdió la plática, los ahorros…nos gastamos casi 20 millones de pesos”, dinero que no han podido recuperar ni siquiera parcialmente. “Nos ingresaron a una habitación. Había entre 70 y 80 personas. Había unas camas como en acero, sillas de concreto y muchas colchonetas en el piso. Había personas que llevaban hasta 5 días. Había un brasileño, una gente de Camerún y de resto solo colombianos”. 

Durante el proceso migratorio, a Wilson y a su pareja no les explicaron por qué fueron inadmitidos y sus celulares fueron revisados sin su consentimiento, incluyendo fotos, videos, conversaciones personales y llamadas, sin contar con una orden judicial. El hombre aseguró que los trataron como si fueran delincuentes y que “la revisión del celular la hicieron al frente nuestro, pero nunca nos pidieron permiso. Cogen los teléfonos y esculcan todo”.

Maily Pérez, una auxiliar contable de 28 años, viajó a Cancún el 16 de marzo de este año y también fue inadmitida. Ella compartió una experiencia similar: “Me parece una falta de respeto que nos hayan revisado el celular. Invadieron mi privacidad. Me revisaron mis contactos. Solo me dijeron que desbloqueara el teléfono y me parece terrible porque uno tiene fotos íntimas”.

En entrevista con CAMBIO, Maily aseguró que perdió dos millones de pesos en reserva: “No nos devolvieron un peso. Todo lo que perdimos. Nadie nos va a responder por esa platica. Ahora toca ahorrar otra vez, pero para otro destino”.

Como si fuera poco, Maily tuvo que firmar un documento que le entregaron los funcionarios de México para poder volver a Colombia, un requisito que también han enfrentado muchos otros colombianos inadmitidos. Estos documentos, muchas veces, no pueden ser leídos en su totalidad por quienes los firman, o son obligados, de facto, a firmarlos sin su consentimiento. “El documento que firmé decía algo sobre drogas…Es lo que recuerdo”, relató Maily.

Jhoana Beltrán, una bailarina profesional de Cali, pasó por esta misma realidad cuando viajó a Ciudad de México el 28 de marzo con su novio, quien había venido de Turquía para unas vacaciones. “Había otra chica que estaba hablando con un agente migratorio y decía que otros señores, que no habían comido ni tomado agua, era porque no habían querido firmar el papel. O sea que si uno no firma el papel, no te dan comida, ni agua y mucho menos te dan los tiquetes para devolverte. Yo firmé el papel, realmente yo no quería firmarlo”, dijo Jhoana entre lágrimas. Esta situación transformó lo que debían ser unas vacaciones soñadas en una tortura psicológica para ambos.

Según el relato de Jhoana, los funcionarios de migración México le dieron un minuto para leer cuatro páginas. “Pude leer media página. Me da mucha rabia porque, cómo es posible que te obliguen a decir mentiras para cumplir tus derechos. Era una página que decía que a mí me rechazaban del país porque mis respuestas en el segundo filtro no coincidían con el primer filtro. Entonces yo dije cuál entrevista si a mí no me han hecho nada”.

Además, el novio de Jhoana, quien no habla español, no tuvo acceso a un intérprete y también fue obligado a firmar un documento totalmente en español, sin estar en capacidad de entender lo que estaba firmando.

Jhoana se emociona al relatar la difícil situación que enfrentó durante el tiempo que estuvo retenida en México, separada de su novio y confinada en un cuarto distinto. En ese espacio, observó a niños enfermos y a personas que no habían recibido alimentos ni agua. Relató que en la habitación donde estaba, que albergaba a más de 50 mujeres, en su mayoría colombianas, las condiciones eran tan precarias que muchas tuvieron que dormir en el piso cubiertas con papel aluminio debido a la falta de colchonetas.

Al consultar al embajador de Colombia en México, Moisés Ninco Daza, sobre la situación crítica que enfrentan los turistas colombianos, caracterizada por una masiva vulneración de sus derechos, él indicó que se han enviado aproximadamente 17 notas verbales a las autoridades mexicanas detallando al menos 72 casos de afectados. Sin embargo, subrayó que México tiene la soberanía para decidir quién entra al país.

El embajador anunció varias medidas para abordar la situación de los colombianos inadmitidos en México. Entre ellas, se garantizará que los afectados tengan acceso a llamadas ilimitadas a los consulados colombianos siempre que se necesiten, y podrán utilizar máquinas dispensadoras de comida. Además, se convocará una reunión con las aerolíneas para buscar soluciones en común acuerdo y se reforzará la presencia de miembros del servicio diplomático colombiano en los aeropuertos.

El embajador también sugirió que las medidas restrictivas adoptadas por México podrían estar influenciadas por la crisis migratoria en Estados Unidos y el incremento de migrantes que cruzan la frontera mexicana. “Es muy complejo separar que corran en paralelo este tipo de realidades y al mismo tiempo que Estados Unidos y México toman determinaciones sobre su política migratoria, en una lógica de intentar contener ciertos flujos sobre el sur del continente,” sostuvo el embajador.

Las entrevistas para este análisis revelaron que los colombianos sin visa estadounidense reciben, recurrentemente, un trato distinto al ingresar a México como turistas, a pesar de que no es un requisito tener esta visa para viajar como turista. “En migración preguntaron quién tenía visa Americana, de todo el montón solo una señora alzó la mano, a ella la mandaron a otra fila e ingresó normal” nos relató Jhoana. 

Ahora, frente a esto, es relevante decir que según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en 2023 solo el 8 por ciento de los encuentros registrados en la frontera sur de Estados Unidos corresponden a nacionales colombianos. Aunque esta cifra representa una presencia significativa de colombianos migrando por esta ruta, no se encuentran entre las tres principales nacionalidades que cruzan irregularmente la frontera entre México y Estados Unidos. Otros grupos nacionales predominan en los flujos migratorios irregulares por esta región, a pesar de la notable cantidad de migrantes colombianos.

Hay un tema que debe despertar las alertas de las autoridades colombianas y de quienes compran planes de turismo con destino a México. El embajador denunció que se han identificado al menos 47 agencias de turismo operando de manera fraudulenta. Estas agencias han estado realizando reservas falsas y proporcionando información no confiable, lo que ha resultado en que varios colombianos lleguen a México y descubran que sus reservas están canceladas o que los documentos proporcionados no son auténticos. El embajador afirmó que estas denuncias serán remitidas a las autoridades colombianas para que se realicen las investigaciones pertinentes.

Jesús Figueredo, un productor audiovisual de 22 años, habría sido víctima de estas prácticas irregulares. El hombre le dijo a CAMBIO que un asesor de una agencia de viajes le sugirió dar información falsa a su llegada a México. “El muchacho nos dijo que al momento de entrar a migración teníamos que hacer el proceso individual o algo así. Que supuestamente teníamos que hacer como si no nos conociéramos”.

Independientemente de las medidas que esté tomando la Embajada, los colombianos continúan enfrentando xenofobia y maltrato por parte de los funcionarios de migración en México. Esto incluye violencia psicológica y verbal, extorsión, y negaciones de entrada sin justificación, todo ello sin acceso a mecanismos efectivos para la defensa de sus derechos ni en México ni en Colombia.

Un caso destacado es el de Yorlán Rodríguez, quien viajó a México de vacaciones con su primo el 14 de marzo. Según cuenta, una funcionaria de migración los condujo a una habitación aparte junto a otra turista y exigió 2.000 dólares a cada uno para permitirles la entrada al país. “Nos enviaron a un cuarto. Nos dijeron que para poder ingresar teníamos que cada uno darles 2.000 dólares para poder pasar. Nosotros dijimos que era un atropello. Ellos nos dijeron que entonces no pasábamos... como no les pagamos luego nos dijeron que nos inadmitían porque el hotel era pobre”, relató Yorlán. Durante los tres días que habían planeado pasar en vacaciones, él y su primo permanecieron encerrados en una habitación del aeropuerto hasta su regreso a Colombia. Un funcionario de migración sin identificación llegó a decirles, “si hubieran traído drogas pasaban más rápido”.

Yorlan nos informó que una funcionaria de migración, al referirse a unos colombianos también inadmitidos, comentó que no les permitía la entrada simplemente porque 'no le habían caído bien'. Esta situación ilustra el tratamiento discriminatorio que frecuentemente enfrentan los colombianos en México. 

Durante su intento por ingresar a México para asistir a un evento académico en una universidad de Puebla, la estudiante colombiana Yuri Escárraga, de la Universidad Distrital, fue inadmitida. Un funcionario de Migración Colombia le indicó que, debido a prejuicios asociados a su perfil de joven mujer, era común que fueran inadmitidas por suposiciones de que podrían dedicarse a la prostitución en México. Le dijo explícitamente que Yuri “tiene todo el perfil de la mujer que se va a prostituir a México”.

A pesar de que México es un destino turístico popular entre los colombianos, siendo el tercer país más preferido por los turistas en Colombia, no existen garantías para su ingreso. Aunque México tiene la soberanía para decidir sobre las admisiones de turistas, la realidad es que los colombianos sufren de manera masiva y sistemática abusos por parte de los funcionarios de migración, evidenciando un claro sesgo discriminatorio por nacionalidad. México registra las tasas más altas de inadmisión de colombianos en el mundo, seguido a una gran distancia por Panamá. Esta falta de reciprocidad es alarmante: mientras que en enero y febrero de 2024, México inadmitió a 7,868 colombianos, Colombia solo inadmitió a 24 mexicanos en el mismo periodo.

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Laura Palomino. Caleña. Periodista freelance viviendo en Washington DC. Trabajó para RCN televisión y Caracol Radio. Durante 10 años se desempeñó como la editora judicial de W Radio. Ganadora del premio Alfonso López Michelsen por sus investigaciones sobre la corrupción en diferentes regiones del país. Embajadora de la ONG Mil Mujeres que presta servicios legales migratorios a mujeres víctimas de violencia en EEUU.

Tatiana Dangond Aguancha. Abogada, especialista en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Candidata MPM en Georgetown University. Columnista dominical de El Heraldo y analista política. 

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