La Niña llegaría entre julio y septiembre: ¿el país está listo para las lluvias?

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) prevé que entre julio y septiembre se inicie el fenómeno de La Niña en Colombia, después de cerca de cuatro meses de sequía que dejaron al país con más de 100.000 hectáreas destruidas por incendios.

En mayo, Colombia está en un periodo de transición, con lluvias frecuentes en casi todo el territorio. Deslizamientos e inundaciones ya caracterizan este periodo, apenas un abrebocas de lo que vendría.

Durante semanas, el país estuvo clamando por lluvias. Miles de cabezas de ganado hambrientas, los cultivos de yuca y papa, los embalses cada vez más secos, necesitaban las gotas que, por fin, están cayendo. El fenómeno de El Niño fue largo –comenzó en junio de 2023 y tuvo sus meses más feroces en el primer semestre de 2024– y dejó también temperaturas altas, las más calientes registradas en distintas zonas del país. Por ejemplo, el municipio de Jerusalén, Cundinamarca, llegó casi hasta los 41 grados centígrados.

Vienen las lluvias y con ellas otros riesgos

Ahora, Colombia se alista para unas lluvias intensas que, se espera, incrementarán con respecto a las que se están viendo en la actualidad (mediados de mayo). No obstante, las alertas por incendios continúan en nueve municipios del Caribe y la Orinoquia.

En contraste, ya hay riesgos de deslizamientos en 663 municipios de las regiones Andina, Caribe, Pacífica, Orinoquia y Amazonia. De estos, 175 se encuentran en alerta roja, sobre todo 41 municipios antioqueños, 25 chocoanos, 17 tolimenses y 13 caldenses.

El Ideam también advierte que hay alertas por inundaciones y crecientes súbitas en Magdalena y Cauca, con 14 alertas rojas; Pacífico, con una alerta roja; Caribe, también con una alerta roja, y Orinoquia, que cuenta con dos alertas rojas. Todas estas regiones cuentan también con alertas naranjas o amarillas. Aparte, Amazonas tiene siete amarillas. Esto quiere decir que en una gran parte del territorio nacional hay posibilidades de inundaciones y crecientes súbitas, y la temporada de lluvias apenas está comenzando.

(Crédito: Colprensa)

A finales de marzo, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) anunció sus acciones para la primera temporada de lluvias del año. Les solicitó a los entes territoriales articular y actualizar los planes de desarrollo territorial con la Estrategia Departamental de Respuesta a Emergencias (EDRE) y la Estrategia Municipal para la Respuesta a Emergencias (EMRE), con la circular No.019 de 2024.

Aparte, hizo un llamado a los concejos municipales y asambleas departamentales de gestión del riesgo de desastres para fortalecer sus instancias de coordinación, planeación y seguimiento para garantizar efectividad y articulación en el desarrollo de procesos de conocimiento del riesgo y el manejo de desastres.

Esto es útil para identificar escenarios de riesgo, monitorear y hacer seguimiento a los efectos de la temporada de lluvias en zonas de ciudad y rurales.

Finalmente, la UNGRD señaló que es indispensable “presentarles a las comunidades los protocolos de respuesta para los fenómenos asociados a la temporada de lluvias y promover la formulación o actualización de los planes familiares, comunales y comunitarios de emergencia que determinen las rutas de evacuación, puntos de encuentro, teléfonos de emergencia y demás acciones de preparación”.

(Crédito: Colprensa)

La UNGRD, la autoridad nacional y competente para atender los desastres en esta temporada, ha estado rodeada de polémica por la salida de Olmedo López, el anterior director, untado en múltiples irregularidades que habrían ocurrido durante su gestión. Se espera que estos problemas no afecten la labor de la entidad, que sigue a media marcha luego del desorden que dejó el anterior funcionario.