¿Quién está talando los árboles de Bogotá?

El amanecer en Bogotá suele estar marcado por una densa nube gris que, cuando se ve desde los cerros, cubre las carreras principales de la ciudad. En el atardecer, la misma capa modifica los colores y llena la ciudad de un intenso color naranja o rojo: señal del esmog que devora la ciudad. 

Ese mismo esmog ha clasificado a Bogotá como una de las ciudades con aire más contaminado en Latinoamérica. De hecho, la ciudad tiene constantemente una concentración de material particulado –es decir, una mezcla diminuta de humo, metales, hollín y material orgánico– que está 1,8 por ciento por encima del nivel recomendado por la Organización Mundial para la Salud (OMS). 

Esta contaminación en el aire, de acuerdo con la OMS, podría ser enfrentada de una manera: plantando árboles y multiplicando las zonas verdes. Sin embargo, en Bogotá, la tala ha sido indiscriminada. 

¿Por qué se talan tantos árboles en Bogotá? 

De acuerdo con Hernán Martínez, exdirector del Jardín Botánico de Bogotá y vocero del movimiento La Marcha de los Árboles, durante las últimas dos alcaldías –la de Enrique Peñalosa y la de Claudia López–, han sido talados 34.000 árboles para dar paso a las líneas del Metro y a la construcción de nuevas rutas de TransMilenio. 

Esta tala es extraña, sobre todo porque, en el pasado, un árbol solo podía ser talado por dos motivos: por estar enfermo o para ser protegido o conservado. En ese segundo caso, el árbol era trasladado a una zona en la que pudiera ser cuidado. Sin embargo, el decreto 383 de 2018, firmado por Enrique Peñalosa, añadió más motivos para una tala; por ejemplo, cuando el árbol impida el avance de alguna obra. 

Antes, explica Óscar Mesa, ingeniero forestal que también trabajó en el Jardín Botánico, en Bogotá las talas eran un ejercicio mínimo: “Si acaso tendríamos talas que se daban únicamente por emergencias. Por ejemplo, entre 2009 y 2010 se talaron 1.300 árboles y ese fue un año con una cifra salida de toda proporción”.

Pero el decreto de Peñalosa lo cambió todo. Martínez asegura que en los últimos años se han dado tantas órdenes de tala, que la cifra es esa: 34.000 árboles en poco menos de seis años. Catorce mil de ellos fueron talados durante la administración de Peñalosa; los otros 20.000 han sido talados durante la alcaldía de López. 

“No tiene sentido hacer algo como esto. Hemos estado presenciando un arboricidio. Claudia López incluso firmó con nosotros un pacto por la conservación del medio ambiente, mediante el cual se comprometía a no continuar con la tala; pero, por el contrario, ha empezado a talar más árboles”, asegura Martínez. Tanto que los árboles contemplados para reemplazarlos no serán suficientes. 

La falta de árboles podría ahogar a Bogotá 

En distintos derechos de petición contestados al concejal Diego Cancino, a los que CAMBIO tuvo acceso, la Secretaría Distrital de Medio Ambiente señala que todos los árboles talados serán reemplazados por nuevos árboles que, actualmente, están creciendo en el Jardín Botánico. 

Sin embargo, el mismo Cancino, en conjunto con La Marcha de los Árboles, han denunciado que un árbol que apenas está creciendo no conseguirá cumplir las mismas funciones que tiene un árbol adulto que está sano. 

Martínez asegura que, a este ritmo, la calidad del aire sólo empeorará más y Bogotá se quedará sin árboles: “La Secretaría asegura que compensarán la contaminación con este reemplazo. Pero la realidad es que esos 34.000 árboles sembrados sólo podrán compensar la función de los árboles que están siendo talados, si acaso, dentro de unos 30 o 40 años”.