Luis Alberto Arango
11 Febrero 2022

Luis Alberto Arango

El contador barato sale caro

Sin un buen equipo contable ninguna empresa puede ser exitosa.

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Luis Carlos Sarmiento Angulo, siendo muy joven, aprendió contabilidad. Gracias a ello, repartía su tiempo entre sus estudios y llevar la contabilidad de algunas empresas y una que otra declaración de renta por encargo.

Esa lógica y gusto por la contabilidad cultivó su capacidad para entender el funcionamiento de los negocios y de las empresas, lo que a su vez fue una fortaleza a lo largo de su vida como contratista de obras civiles y más adelante como empresario y banquero.

Mientras que para Sarmiento la contabilidad es fuente de aprendizaje y entendimiento, para otros no tiene mayor significado. 

“Para Sarmiento la contabilidad es fuente de aprendizaje y entendimiento”.

Dicho de otra forma, no es raro que un emprendedor que no tenga experiencia en los negocios pregone con orgullo que contrató un contador muy barato para que lleve las cuentas y los informes contables de su nuevo negocio. 

Lo anterior usualmente viene, meses después, acompañado de mil y una excusas para explicar por qué la contabilidad no está al día, llena de errores o arrumada en unas bolsas porque el contador no ha tenido tiempo para revisarlas.

De paso esas explicaciones son muy oportunas para confesar su ignorancia sobre el valor de las ventas del mes anterior, los costos, los gastos y los detalles de la información contable y financiera de su emprendimiento. En poco tiempo el contador barato comienza a salir caro, muy caro. 

A falta de resultados, el poco dinero que se esté pagando a ese contador está siendo malgastado. ¿De quién es la culpa? De ambos: del emprendedor y del contador. 

“En el mundo no hay compañías exitosas desorganizadas”.

Mientras el emprendedor subestima y cree que el trabajo de un contador es poco importante y que lo que vale es encontrar al más barato, el contador —por no entender la grandeza e importancia de su trabajo— convence a quien lo contrata de que por unos pocos pesos es capaz de asegurar una contabilidad fiable y a tiempo. 

El emprendedor subestima al contador y a la contabilidad porque piensa que pagando barato está realmente ahorrando. Sobra decir que lo hace por falta de experiencia y ausencia de buen consejo. 

A su vez el contador cobra barato, usualmente también por falta de experiencia o de pronto por falta de buenas competencias profesionales para hacer su trabajo. Por eso lo subvalora pensando que cobrando menos que otros logrará un buen negocio, sin importarle mucho incumplir con su trabajo.

Para los buenos empresarios la contabilidad y sobre todo una buena contabilidad es casi motivo de culto. Un buen equipo de contadores no solo es muy bien remunerado sino también enormemente apreciado. Garantizar que las cifras del negocio sean fiables, reflejen razonablemente su realidad y estén listas en tiempos prudentes, hacen la diferencia para que un gerente y su equipo directivo tomen decisiones informadas y no solamente basadas en sus presentimiento y experiencia.

Un buen empresario usualmente tiene un contador de confianza que conoce el negocio mejor que él. Un buen negocio, bien administrado y organizado, siempre está acompañado de un buen contador y equipo contable. 

En el mundo no hay compañías exitosas desorganizadas, por lo mismo no hay empresas que quieran ser exitosas y que no aprecien el valor de un buen equipo de contadores.

“Un buen empresario usualmente tiene un contador de confianza que conoce el negocio mejor que él”.

Colombia, como ya lo hacen países desarrollados empresarialmente, poco a poco ha entendido la importancia de los contadores, los auxiliares contables y de todo el equipo administrativo que permite llevar ordenadamente los registros contables de una empresa, cumplir con las obligaciones de nómina, tributarias con la nación y los municipios, y atender las decenas de requerimientos de entidades gubernamentales que agobian por su exceso y muchas veces por su inocuidad.

En Colombia, con corte a junio de 2021, había cerca de 280.000 contadores inscritos y activos en la Junta Nacional de Contadores. El 64 por ciento de ellos mujeres. Auxiliares contables pueden ser tres o cuatro veces esa cifra, sino son aún más.

Por lo tanto, más de un millón de personas componen la fuerza que está detrás de las empresas del país asegurándose de que las cifras, informes y reportes de todo tipo sean fiables, reflejen la realidad y permitan tomar decisiones. Son quienes operativamente hacen que el aparato productivo del país se mueva desde el punto de vista administrativo y fiscal. 

San Mateo Apóstol, patrono de los contadores, sí que tiene trabajo cuidándolos a todos, pero sobre todo cuidándolos de quienes piensan que los contadores baratos salen baratos y no caros.

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