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Habla el director de la Policía: “El pueblo colombiano debe saber que aquí ha habido una ofensiva contra la criminalidad: no hemos parado”
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En entrevista con Patricia Lara Salive, el general William Salamanca, director de la Policía Nacional, explica la estrategia de seguridad del Gobierno Petro y le pide a la ciudadanía que sirva de veedora de la institución.
Por: Patricia Lara Salive
El director de la Policía, general William Salamanca, quien como inspector general de esa institución combatió la corrupción hasta el punto de que sus investigaciones tocaron al director de la época, general Óscar Atehortúa, por una extralimitación en sus funciones y una presunta participación suya en tráfico de influencias, dejó a su familia en Miami, donde vivía feliz y con holgura, pues se desempeñaba como cónsul de Colombia en esa ciudad, para venir a enfrentar una de las situaciones de seguridad más difíciles que haya vivido el país.
En este entrevista con CAMBIO, el general analiza las fallas de la seguridad y habla de las acciones que está llevando a cabo para mejorarla.
CAMBIO: General Salamanca, en todos los sondeos aparece que la mayor preocupación en el país es la seguridad. ¿Qué está fallando en la estrategia de seguridad?
General Salamanca: Son varios factores. Yo reconozco que hay una debilidad de seguridad ciudadana, sobre todo en el hurto. También en el homicidio, aunque hay reducción de homicidios. Hay también fallas en seguridad en el tráfico local de estupefacientes. Pero aquí hay que sumar esfuerzos entre todos. Hay un caso que me conmovió hace un mes, aproximadamente. Resulta que en Cartago, Valle, hurtaron dos campanas de una iglesia. ¿Cómo hicieron para subirse a un lugar tan alto y bajar esas campanas que pesan mucho? La policía recuperó las campanas en menos de 48 horas. Y, oh sorpresa, las había comprado una persona de Cartago, que sabía que eran de una iglesia. Aquí el mensaje es: ¿por qué esa persona compró unas campanas que le pertenecen a toda una comunidad? No debió hacerlo. Entonces, el primer escenario, es el compromiso que todos tenemos con la seguridad y con la convivencia, pues es una expresión de solidaridad rechazar las conductas ilícitas: la seguridad es un compromiso de todos. En segundo lugar, también hay fallas en tecnología. Colombia tiene cerca de 25.000 cámaras que vigilan los cascos urbanos de las ciudades. De esas, 48 por ciento están fuera de servicio. Eso contribuye a la inseguridad. Pero ya hemos replanteado la estrategia a través de un plan de choque para atacar el hurto, el homicidio, el tráfico local y la extorsión.
CAMBIO: La extorsión y el secuestro se han disparado, general. Lo que se sabe es que las cárceles son los principales centros de extorsión. ¿Cómo es posible que la extorsión se genere desde las cárceles, donde los delincuentes están vigilados por el Estado?
General Salamanca: Cerca del 67 por ciento de las extorsiones se origina en los lugares de reclusión. Hay personas privadas de la libertad que amenazan a las comunidades, a los dueños de locales, a algunos empresarios. Y aquí aprovecho para invitarlos a que acudan a la línea 165 para informar cualquier asomo de extorsión. Hemos fortalecido las capacidades del Gaula de la Policía para que en esa línea, que funciona 24/7, haya policías expertos en recibir las denuncias.
CAMBIO: Pero ¿no será que el problema está fundamentalmente en el Inpec y en quienes cuidan las cárceles?
General Salamanca: El Inpec está adscrito al Ministerio de Justicia y su director es un teniente coronel de la Policía.¿Qué hemos hecho? Reconozco el trabajo articulado con la Fiscalía General de la Nación. Las últimas investigaciones por casos de extorsión han tenido un éxito de un 87 por ciento. Pero la prevención es importante. Nos hemos unido con los comerciantes, a través de Fenalco; con los tenderos, con las juntas de acción comunal, para brindar información sobre qué hacer cuando encuentran debajo de la puerta de su negocio un mensaje de extorsión.
CAMBIO: Pero si la extorsión no viene en papel, sino que se produce desde teléfonos en las cárceles… ¿Cómo es eso posible, general? ¿No pueden hacerse convenios, o leyes, que por ejemplo obliguen a las compañías de celulares a no vender Sim Cards a personas que no estén debidamente identificadas con su cédula, etcétera?
General Salamanca: Sobre ese tema nos reunimos hace una semana con los ministros de Defensa, Justicia y Tecnología, para ver qué vamos a hacer. Hay una solución que se está evaluando, con el ministro Mauricio Lizcano, sobre cómo la tecnología puede contrarrestar esas llamadas que hacen desde las cárceles. La Policía está haciendo operativos con el Inpec todas las semanas y siempre se incautan teléfonos celulares y elementos prohibidos. Esa es la mejor manera de hacer contención. La última operación en las cárceles la hicimos en Tuluá, donde personas privadas de la libertad estaban amenazando a los habitantes del municipio. Hicimos una gran investigación con la Fiscalía y descubrimos que 17 personas estaban extorsionando desde la cárcel.
CAMBIO: Aunque esto no es competencia suya, la ética de los guardianes de las cárceles es fundamental. Porque ahí tiene que haber una connivencia entre guardianes y presos. Esa situación de la extorsión da para pensar que las cárceles, en vez de un centro de rehabilitación, son un foco de mayor delincuencia...
General Salamanca: No me corresponde a mí juzgar el comportamiento de los funcionarios del Inpec. De hecho, uno de los pilares del director de la Policía se llama la honestidad, que nos tiene que acompañar a todos los servidores públicos. Si no hay honestidad en los servidores públicos, le estamos fallando a la confianza que la sociedad colombiana nos ha depositado.
CAMBIO: ¿Qué se está haciendo para depurar la Policía, para que salgan esas personas que se dejan comprar fácilmente, o que piden dinero por cualquier infracción, o que están aliadas con los ladrones?
General Salamanca: Esa es una debilidad que tenemos en Colombia. Nos ha hecho un enorme daño ese monstruo del narcotráfico que quiere comprar conciencias, no solamente de policías. Este monstruo hay que enfrentarlo con contundencia. ¿Qué estamos haciendo? Uno: fortalecimos la contrainteligencia, para que se puedan anticipar conductas y comportamientos de policías que afectan la imagen de la institución. Dos: lanzamos una nueva política integral de transparencia en la institución. Tres: le dimos nuevamente la posición que merece al inspector general, quien lleva sobre sus hombros esta política integral de transparencia, es la máxima autoridad disciplinaria y tiene todo el apoyo del director general. Y él ha ido más allá, al haber vinculado a otras instituciones para que esa política de transparencia sea mucho más efectiva: él trabaja de la mano con la Secretaría de Transparencia, con la Procuraduría, con la Contraloría, con la Fiscalía General de Nación, con la Inspección General de Aduanas (DIAN) y con la cooperación internacional. No podemos permitirnos, como colombianos, que personas que portan uniformes, vayan en contra de postulados éticos. Yo soy un convencido de que instituciones como la Policía se hacen grandes cuando hay veeduría de la ciudadanía. Bienvenida la veeduría, que nos hagan críticas, que nos acompañen.
CAMBIO: ¿Hay un número de teléfono donde se pueda llamar a denunciar casos de corrupción?
General Salamanca: Hay una línea multicrimen, que es la 3143587212, y funciona 24/7. Allí se guarda absoluta reserva. Y hay hasta pagos de recompensas por las informaciones que nos dan en esa línea. También la linea 123, donde direccionamos todas las llamadas. Bienvenidas esas llamadas para denunciar comportamientos que van en contravía de los postulados éticos de un policía. Pero aquí hay una responsabilidad de doble vía: por ejemplo, un infractor de tránsito no puede pretender saldar la infracción ofreciéndole dinero a un policía. Ahí también yo pido que haya el compromiso que debemos tener para no tomar ese camino. Por ejemplo, en Estados Unidos, ¡atrévase uno a ofrecerle un soborno a un policía! No. Allá hay una actuación implacable de la policía.
CAMBIO: El secuestro se ha disparado, general. ¿Por qué?
General Salamanca: El secuestro se ha disparado en algunas zonas. Es más un secuestro exprés. Las investigaciones nos están dando que muchos secuestros se dan porque una persona, en X lugar del país, debe cierta cantidad de dinero, y van por ella, la secuestran y, hasta que no paga el dinero que debe, no la dejan en libertad. Eso, por supuesto, aumenta los índices de secuestro. Aquí reconozco nuevamente un trabajo coordinado con la Fiscalía.
CAMBIO: General, cuéntenos ¿cuál es la estrategia de seguridad?
General Salamanca: Con la Fiscalía tenemos 590 investigaciones para desvertebrar organizaciones de aquí a diciembre. La mejor manera de contribuir a la seguridad es llevar ante la justicia a quienes están detrás de estos delitos: bandas dedicadas al tráfico local y estructuras del crimen organizado dedicadas al narcotráfico. Además, hay un trabajo interinstitucional de la policía, coordinado con la Fiscalía, con los organismos de control, con cooperación internacional. Por ejemplo, en la reciente visita a Estados Unidos, se fortaleció la cooperación, el entendimiento de la Policía colombiana con la CIA, la DEA, el FBI, el Homeland Security, la policía que protege fronteras. Era importante hacerlo porque todavía hay cosas por mejorar. Es muy importante también el intercambio de información. El panorama de la criminalidad se replantea a diario. También aparece en el escenario el nuevo modelo CAI, donde vamos a recibir las inquietudes de los vecinos respecto a los temas de convivencia. La participación es muy importante. Y Colombia también entra a revaluar su seguridad porque, por ejemplo, las conductas que afectan la convivencia en Nariño son diferentes a las que se dan en Córdoba. Llamamos a eso una seguridad focalizada, trabajada de la mano de las autoridades y de la comunidad. Es una seguridad diferencial. Porque teníamos una política global para todo el país. Pero Colombia es un país diverso, cultural y socialmente… En estos 100 días al frente de la institución hemos asestado grandes golpes a la criminalidad, con el Ejército Nacional, con la Fiscalía General de la Nación, les hemos llegado a sus lugares de confort, a cinco horas de Mapiripán, en el Meta. Allá capturamos a un delincuente que había amenazado el gobernador de Antioquia. Había atentado contra él. A los pocos días le llegamos a otro delincuente en los Llanos Orientales.
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CAMBIO: Pero, general, puede haber connivencia entre la fuerza pública y los delincuentes, llamémoslos Clan del Golfo, etcétera. Hay lugares donde la gente no confía... Ahora acaba de pasar algo supremamente grave en Tierralta, Córdoba: allí, miembros del Ejército se disfrazaron de disidentes de las Farc y amedrentaron a la población con armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas. Y se descubrió (gracias a un periodista de CAMBIO) que eran miembros del Ejército. ¿Qué está pasando?
General Salamanca: Bueno, son casos aislados. Si a alguna institución le tengo respeto y admiración en este país, es al Ejército de la patria. Admirable lo que el Ejército hizo hace 15 días: tomarse un lugar controlado por la ilegalidad, en en esa zona de acceso al cañón del Micay, era impensable. Era como el Casa Verde de la época. ¿A qué costo? Muertos y heridos. Había más de 300 escenarios de minas contra personas. Era su laboratorio. Sobre todo de las disidencias. Eso que ocurrió en Córdoba, claro, lo rechazamos, es inaceptable, infortunado. Pero hay que confiar en nuestro Ejército. Ya mi general Giraldo tomó decisiones trascendentales, coyunturales. Ese es un caso que yo llamaría aislado.
CAMBIO: Yo no sé si es aislado, general. Es muy raro... ¿No puede pensarse que hay un sector del Ejército que a lo mejor no quiere que funcione la política de paz del gobierno? Porque ¿cómo se explica que se disfracen de disidencias y vayan a amedrentar a la población de Tierralta? El presidente dijo que lo que seguramente quieren es que los hacendados vuelvan a ser paramilitares... Es decir, general, ahí hay una cosa complicada, hay que saber quién dio la orden. Y actuar con la mayor severidad.
General Salamanca: Ya las autoridades están al frente de las investigaciones para llevar ante la justicia a quienes han cometido estos actos que rechazamos. Dejemos que las investigaciones avancen respecto a lo que ocurrió allá en en Tierralta.
CAMBIO: Pero ahora está la pugna sobre si debe ser la justicia penal militar o la justicia civil la que investigue. El tema es difícil...
General Salamanca: Dejemos que actúen las autoridades… Pero, insisto, siempre he trabajado de la mano con el Ejército, por más de 40 años. Y aquí hay por el Ejército admiración y gratitud por su trabajo.
CAMBIO:¿General, cómo ve la política de paz total?
General Salamanca: No me corresponde a mí hablar de paz total. El doctor Danilo Rueda es quien lleva sobre sus hombros esa política. Así que ruego su comprensión.
CAMBIO: ¿Pero hay quienes dicen que las dificultades de la política de paz total en muchos casos pueden tener que ver con los problemas de seguridad de las distintas zonas. Por ejemplo, el enfrentamiento entre los diferentes grupos que tienen en muchos casos a la población absolutamente asustada. Eso dificulta mucho las cosas. ¿Qué se puede hacer?
General Salamanca: El pueblo colombiano debe saber que aquí ha habido una ofensiva contra la criminalidad: no hemos parado. Y no ha sido una tarea fácil. Dejé mi escenario de confort, de tranquilidad, en Miami; dejé a mi propia familia para venir a servir a mi país. Estamos trabajando 19, 20 horas diarias. Con la absoluta convicción de enfrentar la criminalidad sin contemplación alguna. Y, frente al escenario de la criminalidad, he encontrado apoyo absoluto del Gobierno, del presidente, del ministro de Defensa. Hay comentarios. Bueno, bienvenida la crítica. Hay que cuidar lo más preciado que es la democracia. Pero hay personas que de manera apurada dicen que la fuerza pública está manos abajo, maniatada… No es cierto. Las cifras están a disposición de la comunidad, de los periodistas, respecto a las acciones de la policía y de la fuerza pública frente a la criminalidad. La semana pasada capturamos a tres personas que hacían parte del Clan del Golfo y estaban haciendo muchísimo daño en Antioquia, Córdoba, Sucre y Urabá. Recientemente capturamos a alias Byron, alias Pantera. Y también a otros delincuentes de las disidencias en los Llanos Orientales, en el Catatumbo. En los 100 días al frente de la institución hemos destruido más de 1400 laboratorios. Por orden del señor presidente, junto con la Fiscalía General de la Nación, le hemos incautado a la criminalidad millones en bienes. Y aparece el escenario de cooperación internacional, porque estas investigaciones trascienden fronteras. Así que no hay ninguna consideración con el multicrimen.
CAMBIO: General, el presidente Petro ha dicho muchas veces que la lucha contra el narcotráfico ha sido un fracaso. Usted ha luchado contra el narcotráfico toda su vida. ¿Qué opina de esa afirmación del presidente?
General Salamanca: Bueno, nosotros seguimos trabajando. Yo debo cumplir con lo que la Constitución me ordena, con lo que el manual de funciones dispone, con lo que mis funciones me obligan a cumplir, que es luchar contra la criminalidad y enfrentar la delincuencia organizada. Aquí hay una política de drogas que se compartió en la pasada visita con el ministro de Justicia en Estados Unidos.
CAMBIO:¿Y cómo les fue en Washington, general?
General Salamanca: Muy bien. Yo acompañé al señor ministro de Justicia a varias reuniones el pasado martes. Y estuve días antes hablando con las agencias de los Estados Unidos. Y la política fue bien recibida. Ellos son respetuosos de las decisiones de Colombia y de su gobierno. Acompañan al gobierno, acompañan a la policía. Trazamos las líneas estratégicas para enfrentar el crimen organizado. Reconocen el liderazgo de Colombia y de la policía en el hemisferio. Y aquí aparece la tarea de ir contra contra estos criminales que se están abasteciendo del narcotráfico, a través de quitarles sus activos y sus bienes. Lo hemos hecho. Y este trabajo de cooperación internacional se amplía con otras agencias, no solamente en Estados Unidos. La próxima semana estaremos en el la Cumbre Mundial Antidrogas en Jamaica. Y allá vamos a intercambiar experiencias con las policías del mundo en la lucha contra el narcotráfico y a entender también el mapa mundial desde el punto de vista criminal, para saber enfrentarlo mejor. Ahora hay un escenario que no estaba en nuestra hoja de ruta, y es la presencia de algunos narcotraficantes de los Balcanes, que quieren llegar a Colombia para tener enlaces con carteles colombianos y mexicanos y exportar cocaína a los Balcanes y a Croacia. Así que el narcotráfico siempre está innovando, siempre está replanteando sus actuaciones, y las policías debemos estar muy coordinadas para enfrentarlo.
CAMBIO: General, dicen fuentes en Washington que entre los republicanos radicales y entre algunos demócratas hay descontento porque consideran que la política de Colombia contra las drogas es inconsistente, en la medida en que no ven que haya mecanismos para hacer efectiva la interdicción de la droga y que el Estado nunca ha tenido la capacidad para ser eficaz en sustitución de cultivos. Sin embargo, van a apoyar al presidente Petro. ¿Qué opina usted de eso?
General Salamanca: Yo encontré respaldo en las reuniones que sostuve allá. Inclusive estuvimos reunidos con el Atlantic Council, un centro académico muy prestigioso en Estados Unidos, y encontramos receptividad y reconocimiento a las acciones en la lucha contra el narcotráfico; al fortalecimiento de las capacidades de la institución; y al trabajo que se hace con Estados Unidos para enfrentar esos delitos. Yo soy respetuoso de la discusión política de los países. Además, esas críticas constructivas ayudan a fortalecernos como instituciones.
CAMBIO: General, ¿usted respalda la política del gobierno de empoderar a los campesinos y comunidades indígenas para que cultiven coca para usos ancestrales?
General Salamanca: Ahí hay una visión política que se sale de mi esfera como director de la Policía. Lo que yo sí puedo comentar es que los campesinos, a lo largo de los años, han sido las víctimas de los narcotraficantes. A los campesinos, a los habitantes de la Colombia profunda, que siempre han estado en en medio, hay que cuidarlos. Y hay que arreciar contra esos narcotraficantes que se benefician de manera criminal de sus rentas. Hay que atacarlos.
CAMBIO: General, usted, desde hace tiempo, ha sido cercano al presidente Petro. Él, a raíz del episodio de Tierralta, trinó una caricatura que muestra a un militar disparándole a un campesino. ¿No cree que esos mensajes del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas pueden afectar la moral de la tropa?
General Salamanca: Yo reconozco el apoyo del señor presidente a la fuerza pública, a la Policía. Desde hace unos 30 años, creo, no había una política clara, decidida, definitiva, para procurar el bienestar de soldados y policías. El presidente Gustavo Petro, hace escasos tres meses, lanzó la política de bienestar de soldados, de policías y de sus familias. Hay una deuda enorme en favor de soldados y policías en salud, en educación, en vivienda, en recreación. Y llegó el presidente con esa política, que por supuesto implica disponer de recursos del presupuesto nacional. Pero es que también los policías y soldados de Colombia necesitamos vivir con mayor dignidad, con mejores condiciones de salubridad, de tranquilidad. Hay estaciones de policía donde no hay un lugar para que el policía vaya dignamente a un baño, tiene que ir al monte. Eso no lo podemos permitir. Son cerca de 150 estaciones en Colombia. Me propuse mejorar el bienestar de mi gente, de sus familias. Si mis policías, nuestros policías, entregan lo mejor de sí teniendo esas necesidades y esas situaciones adversas, ¿cómo sería una policía viviendo en mejores condiciones de dignidad? Me conmovió lo que vi en Castilletes: doce policías cuidando la soberanía, sin agua potable, sin poder bañarse. El baño de ellos es en el mar. Y por poco se ahogan algunos. Y una comunidad indígena les prepara los alimentos a una hora a lomo de mula. Eso no lo podemos permitir como sociedad, como autoridad. Entonces, una tarea que nos puso el presidente es, primero, fortalecer el bienestar de ellos.
CAMBIO: ¿Hay algún plan con respecto a la seguridad en estas elecciones? La situación es difícil…
General Salamanca: Yo no quiero desconocer que ha habido amenazas, que ha habido inclusive personas que han fallecido. Pero si comparamos el proceso preelectoral de hoy con el anterior, el panorama es diferente. Claro que una sola amenaza, una sola persona que fallezca, nos debe obligar a todos, institucionalmente hablando, a fortalecernos y a hacer ajustes. Por ejemplo, diseñamos el Plan Democracia, concebido por la policía. Desde enero hay un gerente. Hay un compromiso de la Policía para blindar las elecciones. Hay una prioridad de 17 municipios: allá vamos a ajustar la presencia en inteligencia, y en Policía Judicial y operacional. Hay un ejercicio coordinado con las Fuerzas Militares, con el señor ministro de Defensa, para que los colombianos puedan ejercer su derecho al voto, apoyados por la fuerza pública. En este caso, para las elecciones de octubre, la institución aporta lo mejor de sí para fortalecer la democracia.
CAMBIO: General, ¿ya para terminar, cómo es su relación con el presidente Petro?
General Salamanca: Es una relación normal. Yo no soy amigo del señor presidente. Lo conocí cuando él era congresista. Yo estaba en el Congreso como oficial de enlace de la Policía. Y ahí lo conocí. Luego interactué un poco más de cerca cuando él asumió esos debates contra la parapolítica, y yo estaba de director de protección de la policía. Entonces conocí las amenazas y el riesgo en que estaba su familia. Y, en esa época, hice mi trabajo como representante de la institución: tenía que cuidar a una persona que estaba en riesgo, protegerla, blindarla. Y conocí la situación tan adversa que él vivía. Yo tuve que sacar a mi familia del país por amenazas. Él también ha tenido que sacar a su mamá, a su papá, a sus hermanos, a sus hijos. Entonces había que blindarlo en ese sentido. Luego compartí con él cuando fue alcalde de Bogotá y trabajamos en beneficio de los jóvenes de la ciudad, e implementamos estrategias con la policía, sobre todo para enfrentar el microtráfico y la instrumentalización de los jóvenes. Y ahora estoy aquí prestándole este servicio a mi país. Lo hago con amor por el país, con la mayor responsabilidad, y espero no fallarles a los colombianos.
CAMBIO: General, ¿quiere agregar algo más?
General Salamanca: Quiero, a través de esta entrevista, decirles a los colombianos: ¿que hay debilidades en la institución? Sí, pero juntos, con la comunidad, con el director, con los generales, con los comandantes, somos quienes hacemos grande una institución como la Policía. Acompáñenme en esta veeduría; que sus ojos acompañen las actuaciones de los policías. Estamos fortaleciendo el profesionalismo en la policía. Tenemos debilidad en el idioma inglés, en el francés. En estos 100 días hemos ayudado para que 20.000 policías estudien inglés gratis un año. Tenemos que coadyuvar para que los hijos de los policías vayan a las universidades. La ministra de Educación nos va a colaborar en que 15.000 hijos de policías asistan becados a las universidades. Esa es la mejor manera de construir sociedad y de fortalecer la institución. Rodear la policía, apoyarla, blindarla, es un deber de todos.
CAMBIO: Gracias, general.