El precio de la verdad: la lucha por sacar de la impunidad a los crímenes de Salvador Arana
13 Febrero 2024

El precio de la verdad: la lucha por sacar de la impunidad a los crímenes de Salvador Arana

Han pasado 21 años desde que Eudaldo Díaz le dijo al expresidente Álvaro Uribe: “A mí me van a matar”. Hoy, los hijos de las víctimas de Salvador Arana siguen reclamando verdad mientras sortean amenazas de muerte. El reciente atentado contra un periodista vuelve a alertar sobre la seguridad de los denunciantes.

Por: Andrés Muñoz

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El primero de febrero de 2003, Eudaldo Díaz se paró frente al entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez y, mirándolo fijamente a través de sus gafas, le dijo con firmeza: "A  mí me van a matar". A continuación señaló a Salvador Arana, por entonces gobernador de Sucre, como el determinador de su inminente asesinato. Dos meses después, el cadáver de Eudaldo, a quien todos conocían como Tito, apareció tendido en la vía que conduce de Sincelejo a Sampués. Como había profetizado en vida, lo mataron. 

El periodista sucreño Jahyr Puello oyó cinco disparos  el pasado 9 de febrero mientras se encontraba preparando una entrevista a Juan David Díaz, hijo de Eudaldo Díaz, cerca a la finca Las Flores, ubicada sobre la vía que comunica en la misma a Sampués. Puello se encontraba en una vía veredal de libre circulación cuando un hombre de unos 50 años empezó a insultarlo y después le disparó. El periodista logró salir ileso gracias a la reacción del esquema de seguridad de Díaz.

“Si hubiese estado solo seguramente sería el desaparecido número 31 que hay en esa finca”, le dijo Puello a CAMBIO.

Noticia criminal

 

La entrevista, frustrada por los disparos, se había postergado por varios meses, justamente por las pocas garantías de seguridad que tenía el hijo de Tito Díaz. “La idea era entrevistar a Juan David para mostrar lo que está pasando en ese predio y que muchos no quieren que se sepa”, agregó Puello.

Juan David Díaz lleva más de un año denunciando que en la finca Las Flores existirían varias fosas comunes, según testimonios de exparamilitares. Este predio se ha mantenido de bajo perfil en las investigaciones sobre el paramilitarismo en Sucre, a diferencia de otros como Las Canarias, de Miguel Nule Amín, y El Palmar, ubicado en San Onofre.

Por ello, para la mayoría de sucreños que transitan por esta vía nacional es normal que, desde hace un año, en esa finca haya banderas rojas y maquinaria removiendo tierra para darles vida a dos proyectos inmobiliarios exclusivos: Jerusalén y Marsella Real. En el caso de este último, la idea es construir un condominio con lujosas quintas de recreo.

Render del proyecto Marsella Real
Render del proyecto inmobiliario Marsella Real en la finca Las Flores.

La remoción de tierra para darles paso a las residencias pone en riesgo la búsqueda de la verdad sobre Salvador Arana, hoy en libertad, y sus socios en actos delictivos. Varios testimonios relacionan la finca Las Flores con el homicidio de Tito Díaz y otras personas que desaparecidas. El terreno sobre el que se edifica el condominio sería una fosa común. Allí sigue en pie una alberca cerca a una piscina en donde Tito Díaz habría sido torturado antes de su muerte. "Lo que más me dolió de ver el lugar donde tuvieron retenido a mi padre fue haber llegado 20 años tarde para rescatarlo o morir ahí a su lado", le dijo Juan David Díaz a CAMBIO.

Uno de los testimonios fue el de Diógenes Meza Villacob, que era mesero del restaurante La Becerra, ubicado a las afueras de Sincelejo. Allí, según la declaración de Meza el 13 de enero de 2005, se determinó la muerte de Eudaldo Díaz por parte de una persona que no ha recibido ninguna condena: Said Isaac Tatis, cuñado de Salvador Arana.

Diógenes Meza también dijo en su testimonio que la finca de Said Isaac Tatis sirvió de escondite para Ángel Berrocal y su jefe, Rodrigo Mercado Peluffo, alias Cadena, el paramilitar más temido y poderoso de Sucre.

Juan David carga con el peso de liderar una lucha contra la impunidad y con las consecuencias para su vida y las de sus seres queridos, que valientemente quieren impedir que las retroexcavadoras remuevan toneladas de verdad. “Siento mucha persecución en mi contra. No tendríamos que ser nosotros los que hiciéramos estas denuncias porque nos ponen en riesgo”, dijo Díaz. Gracias a un periodista, el médico se enteró a principios de este año de un plan para asesinarlo que incluso involucraba a dos escoltas de su esquema de seguridad. 

“Llevo como 80 amenazas, las cuales todas las he denunciado ante la Fiscalía. ¿Dónde están los resultados de las investigaciones? Hasta han amenazado a mis hijos”, dijo Juan David Díaz.

La finca Las Flores inicialmente perteneció a los cuñados de Salvador Arana, que la heredaron de sus padres. En 1997, según el certificado de tradición y libertad del predio conocido por CAMBIO, pasó a manos de Rosenda Corrales; luego, en 1998, pasó a nombre de Elías Juan Guzmán Tulena, y, finalmente, en 2000 el terreno fue dividido entre los hermanos Said, Salua y Samia Isaac Tatis. Esta última era la esposa de Salvador Arana hasta hace unos meses, pues hoy hay un proceso de divorcio.

Esa separación entre Arana y Samia Isaac Tatis sirvió para que se pudieran conocer detalles del verdadero patrimonio del exgobernador. Así lo denunció Ketty Martínez Paternina, hija de la fiscal Yolanda Paternina. La fiscal, que fue asesinada el 29 de agosto de 2001 frente a su casa, en Sincelejo, había detectado los hilos que conectaban las acciones criminales de las AUC con poderosos políticos de Sucre y con familiares de Enilce López, alias la Gata. 

“Sufro lo indecible. He pasado noches pegada a una ventana. Me asalta el temor de que se entren a la casa para matarme”, escribió Yolanda Paternina en una carta en junio de 2001.

Los hallazgos de Paternina, que también comprometían al exgobernador Arana, fueron engavetados por el entonces fiscal Luis Camilo Osorio. Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia los retomó y se convirtieron en pieza fundamental en el caso de la parapolítica, en el que terminaron involucrados 44 congresistas. 

Según Ketty Martínez Paternina, quien radicó una petición para que Arana sea expulsado de la JEP, el parapolítico nunca ha estado en bancarrota como lo ha manifestado ante esa jurisdicción. Según la demanda de divorcio, Arana se ha hecho cargo de todos los gastos de su hogar en los últimos años, costeando viajes e incluso la compra de varias propiedades, que están a nombre de la señora Samia Isaac.

En esa versión coincide Juan David Díaz, quien dice que "mi objetivo no es una reparación económica, pero sí es claro que Salvador Arana puede reparar a otras víctimas con mucho más que un terreno para cultivar ajonjolí".

Aunque en abril de 2023 la Jurisdicción Especial para la Paz solicitó información sobre la finca Las Flores al Grupo de Búsqueda Identificación y Entrega -GRUBE-, de la Fiscalía General de la Nación, para saber qué se pudo recolectar en las diligencias que se hicieron allí en el pasado, aún no se ha fijado ninguna medida para impedir que continúen las obras en el predio. 

Mientras tanto, el anhelo de las víctimas es que la verdad y el paradero de sus seres queridos no quede sepultada definitivamente por el concreto que sostendrá viviendas de lujo en una otrora tierra paramilitar.

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