Tapón del Darién: ¿Colombia está lista para el cierre anunciado por el presidente electo de Panamá?
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El canciller Luis Gilberto Murillo ya advirtió que no está de acuerdo con la decisión del mandatario, que se posesionará a principios de julio.
Por: Redacción Cambio
El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, quien se posesionará el primero de julio, ya prometió que en su mandato cerrará la selva del Darién. En 2023, se calcula que al menos 520.000 migrantes atravesaron el tapón, la mayoría de ellos en su ruta hasta el norte del continente. Cortar de tajo el paso de migrantes por la frontera puede ser imposible, pero un intento serio por hacerlo podría tener graves efectos en Colombia y afectar los derechos humanos de una población muy vulnerable.
El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, le dijo a la Agencia Francesa de Prensa (AFP) que el país no estaría de acuerdo con el cierre. Aseguró que el Gobierno debe trabajar en respuestas humanitarias y de seguridad, más que en impedir el paso.
Para Donna Catalina Cabrera, antropóloga especializada en migraciones internacionales y docente de la Pontificia Universidad Javeriana, cerrar totalmente la selva no sería posible. Las deportaciones vendrían una vez los migrantes lleguen a territorio del país fronterizo. Sin embargo, señala que el Servicio Nacional de Migración de Panamá no tiene la capacidad suficiente en la zona para acompañar esos procesos.
“En un proceso de deportación, es fundamental definir el traslado de las personas hacia su país de origen o hacia el último país desde el cual ingresaron a Panamá (en este caso, Colombia). Esto implica un costo logístico que aún no está claro quién financiaría”, indica la académica.
Aparte de la logística, la perspectiva de los derechos humanos también es clave. Panamá no podría tomar esta decisión unilateralmente y debería hacerlo dentro de las normas del derecho internacional de los derechos humanos. Este incluye que las expulsiones, devoluciones y otras medidas por el estilo no pueden ser masivas.
María Gabriela Trompetero, académica experta en migraciones, indica que dicho cierre sería una violación al derecho de las personas refugiadas que se van de sus países, porque allí no tienen garantías básicas. Por eso, piensa que los países de la región deben buscar soluciones multilaterales con una perspectiva respetuosa de los derechos humanos de migrantes y refugiados.
“Como lo demostró la aplicación del Título 42 en Estados Unidos, este tipo de medidas unilaterales o bilaterales enfocadas en el cierre de las fronteras y su securitización solo aumentan los flujos migratorios irregulares, la vulnerabilidad de las personas migrantes y refugiadas, e incluso les generan más retos a los países de tránsito donde los migrantes y refugiados con diversas necesidades de atención humanitaria quedan atrapados”, anota Trompetero.
El cierre de la frontera solo serviría para que se abran nuevas rutas, piensa Trompetero, y les serviría a los coyotes para continuar con su negocio de tráfico de personas. Por ejemplo, la experta habla de las rutas irregulares marítimas que vienen en aumento. Un ejemplo claro es el de la isla de San Andrés hacia Nicaragua, que ya ha dejado unas 100 muertes.
Aparte, aumentaría la ya intensa presión sobre Colombia y los municipios que recorren los migrantes antes de atravesar la frontera. No en vano se ha hablado en el pasado de que Colombia reciba apoyo internacional para atender la situación migratoria en esta y otras de sus fronteras.
También podría empeorar la ya precaria realidad de quienes atraviesan la selva y debilitar aún más su acceso a la justicia, que, según Human Rights Watch (HRW) es bastante limitado. Los crímenes en su contra no suelen ser investigados por nadie.
La migración en cifras
La Defensoría del Pueblo informó en enero de 2024 que, en 2023, 113.180 niños, niñas y adolescentes cruzaron la selva desde Colombia; 406.905 fueron adultos. En 2022, la cifra total fue de 248.284 personas registradas.
Los migrantes venezolanos representan la mayor población que cruzó la selva en 2023. De los nombrados anteriormente, 328.650 eran de ese país. Así mismo, 57.250 eran ecuatorianos, 46.422 haitianos, 25.565 chinos y 18.841 colombianos. Todos tenían el mismo propósito: llegar a Estados Unidos, según informó en su momento el Ministerio Público.
En una entrevista con CAMBIO de noviembre de 2023, Juan Pappier, subdirector para las Américas de HRW, señaló que las restricciones para el movimiento de migrantes en México y Centroamérica han hecho que se incremente el flujo de migrantes por el Tapón del Darién.
"En el pasado reciente, los migrantes venezolanos y ecuatorianos lograban, con mucho trabajo, volar a México para solicitar asilo o intentar migrar a Estados Unidos –sostuvo, en su momento, Pappier– Luego, los gobiernos de México y Centroamérica impusieron requisitos de visados, que son prácticamente imposibles de cumplir para muchos de estos migrantes y solicitantes de asilo. Y con ello, las estadísticas muestran que aumentó dramáticamente el flujo por el Darién. Como nos dijo una migrante en la zona, ese infierno es la única opción para muchas de estas personas".