Trazando rutas desesperadas: crónica de la migración en la frontera colombo-panameña hacia el sueño americano

Crédito: Colprensa. Cortesía Médicos Sin Fronteras.

22 Diciembre 2023

Trazando rutas desesperadas: crónica de la migración en la frontera colombo-panameña hacia el sueño americano

El experto en fronteras, José Jorge Dangond, escribe, en exclusiva para CAMBIO, una crónica sobre las difíciles situaciones a las que se someten quienes, desafiando todos los peligros, migran a Estados Unidos atravesando la frontera entre Colombia y Panamá.

Por: José Jorge Dangond

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En la bulliciosa ciudad de Nueva York, en el corazón de la Gran Manzana, se encuentra el famoso Hotel Roosevelt. Su elegancia y majestuosidad son conocidas en todo el mundo. Pero hoy no vamos a hablar sobre su arquitectura o su historia, sino sobre lo que ha sucedido afuera de sus imponentes puertas.

Imagínense cientos de migrantes hacinados en las aceras, con sus maletas y sus esperanzas a cuestas. Son venezolanos, sí, pero también hay otros que han venido de distantes países africanos en busca de una vida mejor. Se aglutinan en este lugar emblemático, como una clara demostración de la ineficacia de los gobiernos.

Por un lado, vemos la falta de democracia en Venezuela, donde el descontento y la ausencia de oportunidades han llevado a sus connacionales a buscar refugio en otros lugares. Sueñan con una Venezuela próspera, donde no haya que abandonar a sus seres queridos y su tierra natal. Sin embargo, el sueño se desvanece en medio de una realidad frustrante. Ahora buscan otro sueño. El sueño americano

Mientras tanto, las fronteras de más de 9 países se vuelven permeables, permitiendo que miles de migrantes crucen ilegalmente hacia los Estados Unidos. En lo que va del año, más de 400.000 venezolanos han decidido tomar esa peligrosa ruta hacia el norte y, dejando atrás sus hogares, se embarcan en una odisea llena de incertidumbres y desafíos.

Y así, en ese rincón de la ciudad que nunca duerme, estas dos realidades contrastantes convergen, dejando atrás una pregunta latente en el aire: ¿hasta cuándo durará esta travesía desesperada

Mientras tanto, los hoteles de refugio en Nueva York siguen en pie, sin saber que su historia se entrelaza con la de aquellos que esperan encontrar un hogar lejos de casa y en donde los gobiernos no encuentran una solución práctica ni fácil .

Sin real democracia no hay buena  economía 

La falta de democracia en Venezuela ha tenido un impacto significativo en la migración de sus ciudadanos hacia Estados Unidos. Su ausencia ha contribuido a la aguda crisis económica que sufre Venezuela. La mala gestión, la corrupción y las políticas estatales intervencionistas han llevado a una hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas, alto desempleo y deterioro generalizado de las condiciones de vida. Ante esta situación, muchos venezolanos optan por migrar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades económicas y una calidad de vida más estable. Pueblos enteros de Venezuela han emigrado a ciudades y estados del país del norte. 

Todo arranca por Colombia 

Para los africanos, haitianos y cubanos todo pasa por la frontera sur del país o por el mismo aeropuerto internacional El Dorado, con la complicidad de agentes de migración. Para los venezolanos y para aquellos que vienen del centro de Venezuela, pasa por Cúcuta, y para aquellos que vienen de los estados Zulia y Falcón pasa por la frontera de Paraguachón. Así empieza el primer periplo hacia Panamá. Los primeros deben dirigirse por Medellín hacia Necoclí, mientras que los segundos deben pasar por Valledupar y Montería para, finalmente, llegar a Necoclí.

En esta pequeña localidad, a solo una hora y media de Montería, se reúnen diariamente entre 2.000 y 3.000 personas, todas ellas listas para alquilar modernas embarcaciones de cinco motores para atravesar el golfo de Urabá. Estas embarcaciones tienen tres destinos diferentes que compiten entre sí: Acandí, Capurganá y Sapzurro, todas ubicadas en el Departamento del Chocó. 

Los lugares de partida dependerán del presupuesto de cada persona. En esencia, podríamos decir que se trata de excursiones lideradas por el lado colombiano, por grupos armados como el Clan del golfo, con guías, hostales situados en medio de la selva, tiendas, servicio de lanchas, que cuentan con el acompañamiento de indígenas panameños hasta Bajo Chiquito. 

Panamá, su territorio, está organizado en provincias y también cuenta con comarcas indígenas. Estas comarcas son territorios especiales donde las comunidades indígenas viven y manejan sus asuntos de una manera autónoma y única. Una de las comarcas más grandes que limita con el Darién es la comarca Kuna Guala, hogar de la comunidad indígena Kuna, que ha sabido preservar su tierra y su cultura de una manera excepcional.

Lo más asombroso de la comarca Kuna Guala es que su seguridad y manejo son completamente autónomos. La comunidad Kuna se encarga directamente del control de su territorio y del flujo migratorio que entra y sale. Esto significa que los Kunas tienen el poder y la capacidad de decidir quién puede ingresar o salir de su comarca. 

De Acandí, cabecera municipal en el Chocó, sale el más largo de los recorridos que puede tomar 3 a 4 días hasta Bajo Chiquito. De ahí en bote otro paso corto hasta llegar a la  Carretera Panamericana, donde toman los buses directamente hasta la frontera con Costa Rica, ya como parte de un *paquete turístico* debidamente organizado desde Necoclí. Todo tiene su precio, guías, manillas, comida, bebidas, repelentes, campamento, etc.

El segundo trayecto y el más preferido es el que parte desde Capurganá, rodeando la playa por la parte de atrás de Sapzurro, la miel y puerto Ovaldía, hasta llegar a Armilla y Carreto en frente de las Islas San Blás, para adentrarse en dos días en el campamento El Abuelo y salir también a la  Panamericana e ir directo a Costa Rica. 
Y el tercero, y más costoso,  es partir de una playa de Sapzurro en Colombia en una  lancha hasta Carti, en Panamá, en un trayecto de cinco horas, hasta donde llega la carretera turística que viene de la ciudad de Panamá, ubicada a solo dos horas. 

La propaganda para disuadir al migrante  

En Panamá se percibe una campaña en las redes sociales y medios que advierte del peligro de atravesar El Darién, dados los atracos, violaciones, muertes, afectación al medio ambiente, etcétera.  Pero, a pesar de todo lo anterior, aumenta el número de migrantes.  

También existe otra vía que no requiere atravesar el tapón del Darién. Es volar de Medellín a Bahía Solano, tomar una lancha hasta Juradó en Colombia, y luego continuar en lancha, dos horas, hasta Puerto  Coimbra, en Panama, de donde se conecta con Meteti en la Panamericana. 

Lo anterior sin mencionar el paso por San  Andrés, en peligrosas lanchas de un solo motor, hasta Corn Island en Nicaragua. Este solo año se han reportado más de 50 desaparecidos, casi todos venezolanos. 

Visité  a Necoclí, Acandí y  Sapzurro, La  Miel y Carti en Panamá, también Paso Canoas en Costa Rica. De ahí en adelante, cada país se pelotea a los migrantes, pasándolos de frontera a frontera, hasta llegar a Tapachula, México. Luego se embarcan en la bestia como se le conoce al tren de carga.

Participé, como observador de un tema que me apasiona y que he manejado durante mucho tiempo. Ya como Cónsul de Frontera en Maracaibo o como Comisionado Presidencial de Fronteras, en años anteriores. El drama sigue y crece y las soluciones no están a la vista.

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