El tren de cercanías para conectar las tres principales ciudades del Caribe tiene un valor aproximado de 7 billones de pesos.
Crédito: ANI
¿En qué va el proyecto del Tren del Caribe que el gobierno Petro prometió financiar?
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El ferrocarril de carga y pasajeros costaría 7 billones de pesos y ya tiene estudios de prefactibilidad. No obstante, no ha sido tenido en cuenta por la actual administración pese a su promesa de reactivar los trenes en Colombia.
Por: Paola Herrera
No había pasado un mes desde que Gustavo Petro asumió como presidente de Colombia cuando su entonces ministro de Transporte, Guillermo Reyes, ya andaba haciendo promesas a diestra y siniestra en materia de infraestructura y reactivación de proyectos férreos en todo el país.
Uno de los compromisos que adquirió el exfuncionario fue el de volver realidad el proyecto del Tren Regional del Caribe para conectar las tres principales ciudades de la costa norte del país: Cartagena, Santa Marta y Barranquilla.
El 23 de agosto de 2022, Reyes se reunió con los gobernadores de la época y otros altos miembros del Gobierno, como Sandra Gómez, presidenta de Findeter, Luis Fernando Velasco, entonces alto consejero para las Regiones, y William Camargo, quien era presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), y ante todo este panel prometió financiar los estudios faltantes para contratar este tren de cercanías.
“Este proyecto lo vamos a construir con la integración regional y consenso territoriales, porque cuando eso sucede hay una orden para el Gobierno y eso da orgullo de patria y de región”, dijo Reyes. Por su parte, el presidente de la ANI fue mucho más allá y dijo: “Acompañamos esta iniciativa con el presidente Gustavo Petro y debemos avanzar”.
A pesar de la ilusión que generó el anuncio en la región, ya pasaron dos años y medio y el proyecto sigue estancado. Aunque ya están listos los estudios de prefactibilidad, el Tren del Caribe no ha sido priorizado como se esperaba. Mientras tanto, en medio de las noticias de reactivación de varios ferrocarriles, los actuales gobernadores están alzando la mano para que no los olviden.
Uno de los mandatarios que le ha reclamado al Gobierno nacional es Yamil Arana, de Bolívar. El gobernador le pidió al presidente Petro que asigne recursos para destrabar los estudios definitivos, con los que se podría sacar a licitación el tren regional, que será para carga y pasajeros.
Para lograr ese objetivo se necesitan 40.000 millones de pesos. Según Arana, si el Gobierno está anunciando con bombos y platillos la puesta en marcha de varios ferrocarriles, debe también meterse la mano al bolsillo y otorgar los dineros que se necesitan para avanzar en uno de los corredores que más necesita el Caribe.
Así es el proyecto del Tren del Caribe
A mediados de 2022 y de la mano de Findeter, se logró terminar la etapa de prefactibilidad del proyecto férreo Tren Regional del Caribe. Con lo anterior, la entidad y la región lograron una primera aproximación de la ruta que tendría y sus costos de construcción y operación.
Esta fase de estudios costó 6.000 millones de pesos y fue financiada por las gobernaciones de Atlántico, Magdalena y Bolívar, que vieron en el tren una forma de impulsar la competitividad y dinamizar la intermodalidad en esa región.
Según el reporte de Findeter, la iniciativa sí es factible, pero requiere billonarios recursos. Inicialmente, se planteó que costaría 1.500 millones de dólares, es decir, cerca de 7 billones de pesos. El 49 por ciento de esos dineros sería destinado a la obra civil, un 30 por ciento más se iría a equipos y sistemas ferroviarios, otro 13 por ciento a gestión predial y el 8 por ciento restante a temas socioambientales.
Una vez se tuvieran los estudios definitivos, que son los que debe financiar el Gobierno, según el compromiso adquirido, el tiempo de construcción se estimó entre cinco y ocho años.
En el documento de prefactibilidad también se definieron dos opciones de trazado que ya se encuentran en revisión por parte de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA). Una arrancaría en Santa Marta y recorrería el Magdalena hasta el municipio de Fundación, lugar donde giraría hacia el occidente, pasando por Pivijay, Salamina, Candelaria, hasta llegar a Sabanalarga.
En ese punto se bifurcaría por un lado hacia Barranquilla, pasando por Baranoa, Galapa y Soledad y, por el otro, hacia Cartagena, por Luruaco, Santa Catalina, Clemencia, Santa Rosa, Turbaco y Urbana.
La segunda opción es igual, solo que cuando vaya hacia Barranquilla se desviaría por los municipios de Remolino (Magdalena|) y Palmar de Varela (Atlántico).
Un tren para pasajeros
En los diseños iniciales también se definió que este tren regional tenga una línea de pasajeros con un sistema de alimentación eléctrica.
La idea es que en cada trayecto se movilicen unos 400 pasajeros, para un total de 57.000 personas transportadas a diario en un corredor de 359 kilómetros que atravesará 25 municipios y que tendrá una velocidad promedio de 100 km/h.
Si la iniciativa se materializa, los tiempos de desplazamiento para los usuarios del Tren Regional del Caribe serán: Cartagena - Barranquilla, cerca de dos horas; Cartagena - Santa Marta, tres horas y media; y Barranquilla - Santa Marta, dos horas y media.
También habrá transporte de carga
El estudio de prefactibilidad contratado por Findeter dio viabilidad al transporte de carga en este corredor regional. Según ese documento, las locomotoras que podrían transportar mercancías deberán contar con motor híbrido (diésel y eléctrico), llegando a una velocidad máxima de 160 km/h.
Además, estos trenes tendrían la capacidad de movilizar hasta 130 toneladas cada uno, para un total de 13,7 millones de toneladas al año.
Esta apuesta, que revolucionaría la movilidad en el Caribe colombiano, debe ser aprobada por las autoridades ambientales y necesita los dineros faltantes. Los gobernadores y alcaldes de la región insisten en pedirle al Gobierno que interceda para que la iniciativa sea una realidad en el mediano plazo y que, si eventualmente se presenta una reforma tributaria y se consigue más plata para el presupuesto, los ojos vuelvan a ponerse en el Tren del Caribe.
Por ahora, sin esos recursos, el proyecto es poco probable. Como lo que se quiere es no perder la plata de los primeros estudios ni tampoco acabar con el sueño de los habitantes de la costa, esta promesa se podría convertir en el caballito de batalla de más de uno en las próximas elecciones presidenciales y legislativas.
