Carrotanques y transfuguismo: ¿se derrumba el Partido Alianza Verde?

Lo que en 2022 parecía una simple diversidad de ideas dentro de una misma colectividad, hoy es una división tan grande que tiene al Partido Verde derrumbándose poco a poco. Aquella fuerza que consiguió casi dos millones de votos en las elecciones legislativas de 2022 hoy transita hacia un precipicio del que solo resultaran los pedazos. 

Aunque los carrotanques de la Ungrd no han dado una sola gota de agua en La Guajira, sí pusieron la que faltaba para derramar el vaso en el Partido Verde e iniciar su tránsito a convertirse por lo menos en dos partidos nuevos.

Hace unos meses, cuando empezaron a conocerse los sobrecostos en los contratos de la Ungrd, nadie tenía en el presupuesto que integrantes del verde fueran a ser mencionados. La colectividad, que impulsó la consulta anticorrupción en 2018, parecía estar a salvo del escándalo de turno.

Sin embargo, en cuestión de días, Sneyder Pinilla empezó a dar pistas sobre los implicados en la repartición de dineros públicos de la Ungrd. Fue entonces cuando aparecieron los nombres de Sandra Ortiz, exconsejera para las regiones, e Iván Name, presidente del Congreso. Ambos fueron compañeros de bancada en el periodo 2018-2022. Lideraron a sus estructuras políticas a favor del Partido Verde para las más recientes elecciones presidenciales y legislativas, y se consideraban voces de peso en el círculo de poder más alto del partido.

Además, Olmedo López también tendrá que esclarecer si Carlos Ramón González, fundador y copresidente de los verdes y actual director de Inteligencia, fue quien ordenó desviar los recursos hacia el Capitolio para impulsar las reformas. El exdirector de la Ungrd ha filtrado versiones que apuntan a González como el promotor de los sobornos. Sin embargo, no se ha aportado ninguna prueba de ello.

Un llamado a la libertad que terminará en implosión

Con el escándalo de presunta corrupción creciendo, Claudia López y Angélica Lozano reaccionaron con rapidez para desmarcarse de cualquier sombra de malos manejos de dineros públicos. La exalcaldesa y la senadora iniciaron en cuestión de horas una campaña para pedirle al Gobierno “devolver el partido” y atribuyendo el origen del escándalo a la repartija burocrática.

“Hace año y medio hemos pedido que el Verde se declare en independencia. ¡Liberen el partido! Hoy secuestrado para entregar cargos”, fue uno de los mensajes de Angélica Lozano en redes sociales.

López, por su parte, echó mano hasta de la inteligencia artificial para criticar al Gobierno y a la facción “petrista” de su partido que tiene representación en el gabinete. 

Más allá de los reclamos auténticos de López y Lozano por los supuestos hechos de corrupción que implican a copartidarios, la controversia sobre la Ungrd cae como anillo al dedo para materializar, por fin, una escisión que viene proponiéndose desde hace varios años. La convivencia entre sectores de centro e izquierda se volvió una bomba de tiempo y, como ha mostrado el tiempo, cuantas más posiciones de poder obtienen los verdes, más evidentes hacen los abismos ideológicos. 

En 2022 Carlos Ramón González logró que los verdes fueran partido de Gobierno y con ello consiguió importantes puestos en el gabinete para la colectividad. La dirección del Sena, del Icetex, el Dapre y la consejería de las regiones se cubrieron con nombres verdes del ala cercana al petrismo. A cambio, el Ejecutivo esperaba lealtad incondicional de la bancada en el Congreso, pero eso no ocurrió.

Las divisiones se fueron haciendo más profundas y de nuevo la idea de división empezó a crecer. Angélica Lozano y otros parlamentarios verdes empezaron a reclamar independencia del Ejecutivo, lo que implicaba salirse de la coalición de Gobierno. En varias ocasiones el salto a la independencia de los verdes parecía un hecho, pero la decisión siempre se aplazó, completando más de un año y medio sin materializarse.

La facción petrista ha logrado frenar los bríos independentistas con éxito y el Gobierno los ha premiado con nuevos nombramientos en el gabinete. Diego Cancino como viceministro del Interior y Luis Carlos Leal como Superintendente de Salud son algunos ejemplos.

Sin embargo, la propuesta de la constituyente que lanzó el presidente Petro hace unos meses detonó otra vez las aspiraciones de independizar al Partido Verde. Por ello, las cabezas del partido se reunieron en marzo pasado para hablar del futuro de la colectividad en la coalición oficialista. Allí se planteó de la propuesta de división con dos nuevas fuerzas: una de centro, con el liderazgo de Claudia López y Antanas Mockus, y otra más alineada al progresismo y a los sectores de izquierda. 

Pero en ese momento no hubo una última palabra. Se decidió esperar a que, entre junio y julio, en un congreso nacional, se evaluara la propuesta. 

Sin embargo, el escándalo de la Ungrd aceleró las decisiones. En una misma tarde, Claudia López y Antanas Mockus salieron del Partido Verde. Y aunque no se produjo una renuncia masiva de congresistas, el respaldo para ambos fue considerable. Desde ya se van perfilando otras caras visibles del Partido Verde para migrar a una eventual movimiento nuevo con Mockus y López y así impulsar la candidatura presidencial de la exalcaldesa. Son los casos de las congresistas Cathy Juvinao y Katherine Miranda.

“En mi opinión es una renuncia cargada de dignidad, de coherencia [...] lo digo con dolor y con tristeza: el Partido Verde ya no representa sus valores fundacionales”, dijo Cathy Juvinao sobre la renuncia de Claudia López y Antanas Mockus al Partido Verde. Juvinao agregó que: "ya no me siento cómoda con la nueva dirección que ha tomado este partido. Creo que, tanto para mí, como para otros integrantes que se sienten igual que yo, el único camino posible es la escisión".

Por su parte, en la facción petrista de los verdes, la renuncia de Claudia López ha sido criticada con dureza. Así lo dejó ver el senador Inti Asprilla. "Su renuncia es una actuación oportunista para escurrir el bulto y ensuciarnos a quienes acompañamos al gobierno de Gustavo Petro", dijo el congresista.

La caótica realidad del Partido Verde lo convierte en la fuerza más vulnerable al proyecto de transfuguismo que avanza a toda marcha en el Congreso. La pequeña reforma política, que cuenta con el apoyo de casi todas las bancadas en el Legislativo, les permitiría a los congresistas cambiar de partido por una única vez sin tener ninguna sanción. 

Esta sería la oportunidad para que el Pacto Histórico pueda sobrevivir al 2026 y para que los militantes del verde se repartan entre una nueva colectividad y la vieja personería jurídica.

Lo cierto es que, para 2026, el centro político en Colombia ya no tendrá una sombrilla tan amplia como lo era el Partido Verde. Los electores que no se identifican con la izquierda o la derecha la tendrán mucho más difícil para escoger entre las facciones que resulten del derrumbe de un partido que alcanzó a ser referente de diversidad en el país.