Clanes políticos, los grandes triunfadores de las elecciones  

Se dice que en las elecciones regionales se imponen las maquinarias políticas de los políticos tradicionales, que los alcaldes y gobernadores los ponen los principales clanes regionales. Y en esta ocasión, la tesis quedó comprobada. Los Char, los Gnecco, Dilian Francisca Toro y los Barreto se quedaron con el poder en sus regiones.

Alex Char se coronó como el rey indestronable en Barranquilla. No lo afectó la reciente captura de su hermano, el exsenador Arturo Char; ni las revelaciones que relacionan al banco de esta familia (Serfinanzas) con el cartel de Sinaloa; ni las declaraciones de Aida Merlano, que lo señalan de haber participado en la gigantesca operación de fraude electoral. Los Char también cantaron victoria en la gobernación con Eduardo Verano de la Rosa, el veterano político liberal que recibió la bendición de la casa política y empresarial más poderosa del país.

Una situación similar vivió el Clan Gnecco en Cesar. La casa política de la prófuga Cielo Gnecco se quedó con la gobernación a través de Elvia Milena San Juan. La exalcaldesa del pequeño municipio de San Diego y quien hizo parte del gabinete de Luis Alberto Monsalvo, hijo de Cielo, dos veces gobernador y hoy imputado por corrupción. Los Gnecco también se quedaron con la alcaldía de Valledupar con Ernesto Orozco, quien ya fue alcalde de la capital vallenata y ha sido un político cercano al principal clan del departamento.  

En Tolima, los Barreto arrasaron. Su principal ficha a la gobernación, la exrepresentante a la Cámara Adriana Magalí, se quedó con el primer cargo del departamento. La casa política del senador Óscar Barreto también se echó al bolsillo la Alcaldía de Ibagué con Johana Ximena Aranda, quien hizo parte de la actual administración municipal como secretaria de Salud.

En Magdalena, donde se libró una intensa lucha de clanes, el poder departamental se quedó en la casa política del actual gobernador, Carlos Caicedo, quien eligió al exalcalde de Santa Marta Rafael Martínez. En la capital departamental, Santa Marta, fue elegido Jorge Luis Agudelo que libró un cabeza a cabeza y ganó con apenas 100 votos de diferencia. En la tierra de los Ñoños y los Besaile, el departamento de Córdoba, el poder local quedó en manos del exsenador David Barguill, quien ganó en cuerpo ajeno con Erasmo Elías Bechara, en la gobernación, y Hugo Fernando Karguelen, en la Alcaldía de Montería.

Entre los clanes personalistas que ganaron está la baronesa del Valle, Dilian Francisca Toro, quien se hizo sentir en las elecciones y se eligió nuevamente como gobernadora de su departamento natal. Lo propio hizo el exgobernador de Cundinamarca Jorge Rey, quien regresa al principal cargo del departamento. Asimismo, se eligió en Boyacá Carlos Amaya, que ya cuenta tres gobierno en línea.  

En Bolívar, la gobernación quedó en manos de Yamil Hernando Arana Padaui, ficha de los partidos tradicionales. Mientras la Alcaldía de Cartagena fue conquistada por el exgobernador Dumek Turbay, cabeza de un clan familiar que ha sostenido el poder hace tres periodos y que en las legislativas eligió con una abrumadora votación a su primo, Lidio García Turbay. También funcionaron las maquinarias en La Guajira, donde la alianza del senador Alfredo Deluque y el representante Ape Cuello se quedó con la Gobernación.

Los clanes destronados

En Chocó, la casa de los Montes de Oca perdieron con los Córdoba, una casa política que viene creciendo de la mano del exsenador Nilson Córdoba. Tampoco triunfaron los Merheg en Risaralda, donde perdió Juliana Enciso, la esposa de Habib Merheg, el exsenador condenado por parapolítica y patriarca del histórico clan que gobernó el departamento cafetero. Allí ganó Juan Diego Patiño, un candidato del Partido Liberal.

En Casanare, fortín del uribismo a través del clan de los Barrera, perdió estruendosamente. Allí fue derrotada Marisela Duarte, la esposa del senador Alirio Barrera, exgobernador y dominador absoluto de la manga política hasta hoy. Eso sí, lo que perdieron los Barrera lo recuperaron los viejos integrantes del Clan de la Casita, que durante dos periodos estuvo marginada del poder local.

Los Aguilar, en Santander, tampoco lograron detentar el poder local. Perdieron en la Gobernación, donde se impuso el exgeneral Juvenal Díaz Mateus; y en la Alcaldía de Bucaramanga, que ganó Jaime Beltrán. Ninguno de los dos tuvieron el apoyo de los Aguilar.

Así es como las elecciones departamentales y regionales de 2023 quedaran en la historia como aquellas en que los clanes políticos recuperaron el poder local.