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Galán, de telenovela: tercera temporada
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Puntero de todas las encuestas, esperando que esta vez sí sea la vencida, con la sombra de Claudia López y un pasado vergonzante en Cambio Radical, Carlos Fernando Galán juega a ser el protagonista de la telenonovela electoral en Bogotá, montado en la escenografía de una poderosa maquinaria política.
Por: Redacción Cambio
Carlos Fernando Galán Pachón, según la mayoría de las encuestas, es el más probable reemplazo de Claudia López. Parece que su llegada al Palacio de Liévano está cantada. Solo un ‘Deus Ex Machina’ (un hecho arbitrario que cambia la trama) escrito por Gustavo Bolívar en una de sus telenovelas le impedirá a Carlos Fernando jurar como alcalde de Bogotá el próximo 1 de enero.
Carlos Fernando es el Galán de la telenovela electoral en Bogotá, en la que en competencia hay un libretista de televisión, un exgeneral y un exministro buscando reencaucharse, un candidato enmascarado, otro que se autoproclama como 'gomelo', un veterano exsenador sin mucho entusiasmo, otro que decidió convertirse en un rebelde de la clase política tradicional y hasta un cantante aficionado.
Para profundizar
El candidato de la chaqueta roja es el ‘Galán’ de la telenovela política en Bogotá. Mira a sus competidores desde la cima de los sondeos, es receptor de los ataques y se abstiene generalmente de hacerlos, llamando a la diplomacia y las buenas formas, todo desde la tranquilidad del que se siente ganador y consentido del público.
Su reconocimiento obedece a que es el actor más experimentado de todos los candidatos en lo que se refiere a política bogotana. Las temporadas anteriores de la vida política de Carlos Fernando Galán lo han llevado a hacer parte de elencos tan variados como el de Cambio Radical, la segunda campaña de Enrique Peñalosa, la segunda vuelta de Rodolfo Hernández y ahora el Nuevo Liberalismo con tintes verdes.
El debut de Galán en la escena política ocurrió en 2008, cuando llegó al Concejo Distrital con el aval de Cambio Radical, sacando en ese entonces la votación individual más alta de un concejal en todo el país.
Su exitosa iniciación fue el reconocimiento de la ciudadanía no solo a su programa o sus ideas, sino a su apellido, que aún hoy sigue siendo un recordatorio de la familia Galán como víctima de la violencia política en Colombia.
Carlos Fernando venía de pasar por el periodismo –oficio del que se enamoró por herencia de su mamá– y en escenarios internacionales, por su formación universitaria en Servicio Exterior. De hecho, trabajó como asesor del jefe liberal César Gaviria en la OEA cuando este fue secretario general.
Por ello, fue grande la sorpresa cuando Galán aceptó la invitación de Germán Vargas Lleras y se lanzó a hacer política en una casa distinta, y con otro padrino, mientras su hermano Juan Manuel continuó fiel al Partido Liberal y a César Gaviria durante más de una década.
Durante su primer paso por el Concejo, Galán se encontró con el villano perfecto, Samuel Moreno, a quien le hizo un fuerte control político –en compañía de otros cabildantes– hasta llegar al célebre episodio del carrusel de la contratación, que llevó a la cárcel al alcalde, hoy fallecido. “Su olfato como periodista lo llevó a ponerse del lado correcto contra Samuel Moreno, aun cuando no se sabía el tamaño del escándalo”, dijo uno de los exconcejales que compartió recinto con Galán.
Desde allí, Galán encontró en la denuncia de la corrupción su fuerte. Así se vendió como candidato a la Alcaldía de Bogotá, por primera vez, en 2011, con el respaldo de Cambio Radical. Quedó de tercero, perdiendo con Gustavo Petro pero ganándole al candidato liberal David Luna.
Carlos Fernando cayó de pie, con el apoyo de Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras. El primero lo nombró secretario de Transparencia, y el segundo, director de su partido.
Galán empezó a sentirse cada vez más incómodo en el partido rojo y azul, por la avalancha de candidatos cuestionados, investigados y hasta condenados para las elecciones de 2015. Oneida Pinto, avalada por Cambio Radical a pesar de sus cuestionamientos por corrupción (que saldrían a la luz pública después), fue la gota que rebasó la copa de la tolerancia. Así, Galán renunció a la dirección de Cambio Radical.
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Eso sí, se mantuvo como militante vergonzante hasta 2020, cuando dejó al partido para ser concejal de Bogotá como independiente, ocupando la curul a la que tenía derecho por quedar de segundo en las elecciones de 2019, cuando perdió frente a Claudia López.
El vestuario multicolor de Carlos Fernando Galán
Atrás quedó el blazer y la camisa de su época en Cambio Radical, y la chaqueta azul con la que hizo campaña con Enrique Peñalosa en 2015. Lo de ahora es el rojo del Nuevo Liberalismo, el partido del que es dueño junto a su hermano Juan Manuel.
Galán ha hecho de su chaqueta roja el ícono de su campaña. Ponérsela es el rito de iniciación para quienes se han subido al llamado ‘Expreso Galán’, el bus al que le caben políticos de todos los colores.
La colectividad, que evoca el proyecto de Luis Carlos Galán, viene de sufrir los estragos de su bajo ‘rating’ político en 2022. Se la jugó por Carlos Fernando y Rodolfo Hernández en las presidenciales, y por una lista propia al Congreso que apenas arañó 2 curules en la Cámara. Así, el reencauche del Nuevo Liberalismo, pensando en 2026 (especialmente en la posible aspiración presidencial de Juan Manuel Galán) depende del triunfo y la gestión de Carlos Fernando en Bogotá.
Pero el de Galán también es el rojo del partido En Marcha, del exministro Juan Fernando Cristo. Además, es el rojo de parte de la maquinaria del Partido Liberal, colectividad que se decantó mayoritariamente por Galán para atajar las ambiciones del otro delfín, Simón Gaviria, quien consideró la posibilidad de lanzarse en los primeros meses de 2023.
De la mano de su cabeza de lista al Concejo, Samir Abisambra, los liberales le pusieron otro motor al ‘Expreso Galán’. El abogado monteriano con pasado en el Partido Verde es cercano a la línea de Horacio José Serpa, excongresista y hoy aspirante a la Alcaldía de Bucaramanga, que hizo de Bogotá su fortín electoral.
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Sin embargo, otros grandes electores liberales de la capital siguen sin confirmar el apoyo a Galán. Es el caso de la número 2 de la lista, María Victoria Vargas –concejal opositora a la administración de Claudia López–, y del representante a la Cámara Juan Carlos Losada, también crítico de la alcaldesa.
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“Con Galán están concejales comprados por Claudia y ahí no vamos a estar”, le dijo a CAMBIO una fuente cercana al sector liberal que no está con Carlos Fernando.
De hecho, Losada ha mencionado que con Galán están “concejales enmermelados”:
El verde es, justamente, el color que ha sido más problemático de la campaña. Por un lado, Galán se ha puesto el verde claro de los militantes de ese partido que lo han apoyado públicamente, como la representante Katherine Miranda –la congresista más votada en la capital–, y la cabeza de lista al Concejo, Jorge Torres, ahijado político del exalcalde Antanas Mockus. "No es un cheque en blanco", dijo la representante Miranda sobre su adhesión a Galán.
Pero también lo persigue el verde oscuro, pues, para muchos, Galán es la ficha de Claudia López y Angélica Lozano, a pesar de haberlas negado más de tres veces. “Claudia no me ha ayudado”, dijo Galán en días pasados, buscando disipar los rumores. Miguel Silva Moyano, politólogo y principal asesor de Carlos Fernando desde hace varios años, le dijo a CAMBIO: "El ejercicio frente a la administración de Claudia López siempre ha sido desde la independencia. Haciendo control político pero también dando herramientas". Otra fuente de la campaña del candidato del Nuevo Liberalismo explicó: "No hay una alianza hecha con Claudia ni con Angélica, pero no se les han cerrado las puertas. Al final, tienen una fuerza muy grande en Bogotá".
CAMBIO conoció que el ala claudista del Partido Verde tiene en la mesa el apoyo a Galán como prioridad y a Juan Daniel Oviedo como un "tal vez", en busca de una coalición casi invencible entre ambos en la inédita segunda vuelta en Bogotá, la cual, según el libreto de las encuestas, será contra Gustavo Bolívar.
Eso sí, a Galán se le avecina un gran dolor de cabeza de llegar a ganar y es el de trabajar de la mano del otro favorito pero en Cundinamarca: el exgobernador Jorge Rey, quien quiere repetir periodo y fue señalado por Carlos Fernando como una de las mentes malévolas detrás del 'volteo de tierras' en el departamento.
Rey recibió el mes pasado el sorpresivo apoyo de Angélica Lozano, a pesar de que Claudia López llegó a referirse a él como "el jefe" de la corrupción de Cambio Radical en Cundinamarca. Seguramente Galán, si llega a ser alcalde, tendrá que pedir consejo y concejales a Claudia López para trabajar en llave con el gobernador. La saliente alcaldesa ha hecho una fraternal amistad con el gobernador Nicolás García, quien a su vez es tan cercano a Rey como lo es Funza a Mosquera, sus feudos políticos.
El invento de la Región Metropolitana hizo a la figura del gobernador una autoridad importante para los intereses de Bogotá.
Como si la juntanza con electores de peso en Bogotá fuera poca, Galán ha seducido a figuras más "técnicas", como los exministros Alejandro Gaviria y Fernando Ruiz, adjudicándose también una posición opositora, aunque no tan vehemente, al Gobierno de Gustavo Petro.
Así, Carlos Fernando Galán ha construido una programa de Gobierno que parece un libreto bien escrito para complacer a cada sector político a su manera.
Tiene a la seguridad como bandera y eslogan de su campaña criticando implícitamente a Claudia López. "Bogotá camina segura tiene dos significados principales. Uno es el de la seguridad, que es el mayor problema de la ciudad. Queremos que la gente esté segura en los espacios públicos. El otro es la necesidad de recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones, porque hay una desconexión muy grande entre la gente y el Gobierno", dijo Miguel Silva.
Sin embargo, Galán también promete la continuidad de obras claves, como la primera línea del metro, y de programas como las manzanas del cuidado. "Tenemos que reconocer lo bueno y lo malo de la administración de Claudia López, no se puede criticar todo ni aplaudirlo todo", agregó Silva.
Galán también se alineó con los opositores del corredor verde por la Carrera Séptima, pero se abstiene de desechar de tajo el proyecto rescatando una parte de los diseños.
La estrategia es reivindicar los lugares comunes "construir sobre lo construido" y "salir de la polarización". Por ello, Galán ha elogiado y criticado en las últimas semanas a todos los exalcaldes de Bogotá en las últimas dos décadas: desde Claudia hasta Mockus, pasando por Petro, Peñalosa y Lucho Garzón.
Es decir, "ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario". Mucho Galán.