Gran encuesta presidencial de CAMBIO: ¿el centro, el que diga Uribe o el que diga Petro?
Crédito: Jorge Restrepo.
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CAMBIO presenta en exclusiva los resultados de la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría que mide la intención de voto para las elecciones presidenciales de 2026. El centro puntea, pero la tendencia muestra que Álvaro Uribe y Gustavo Petro siguen siendo los factores determinantes de la política colombiana.
Por: Redacción Cambio
La campaña presidencial de 2026 ya empezó. El presidente Gustavo Petro, quien a veces adopta más el tono de candidato que el de mandatario, apresuró las apuestas, los cálculos y las estrategias. Y les ha puesto como prioridad a las bases del Pacto Histórico defender su proyecto progresista que -según él- está en riesgo inminente por un golpe de Estado orquestado por “corbatas” y no por militares.
Sin embargo, el mayor enemigo del legado de Petro parece estar en el terreno electoral y no en el de las conspiraciones. La más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría, presentada hoy por CAMBIO, revela que todos los sectores ubicados a la derecha del Pacto Histórico, así como los críticos de la administración Petro, figuran en los primeros puestos de intención de voto para las elecciones de 2026.
Mientras tanto, los potenciales herederos del jefe de Estado están rezagados frente a precandidatos que ya se lanzaron al agua o intentan disimularlo. Por otra parte, no cabe duda de que, tanto Gustavo Petro como Álvaro Uribe, siguen siendo los dos polos influyentes de la política nacional.
Este es el panorama de la opinión sobre esta carrera por la presidencia que ya prendió motores: un centro puntero, una derecha sacudida por Vicky Dávila y una izquierda primeriza en el Gobierno que intenta aferrarse al poder.
El centro puntea en medio de los extremos
La encuesta fue realizada a 1.304 personas en 127 municipios del país. A la pregunta sobre la preferencia de voto para la Presidencia de la República tres aspirantes puntean: todos de centro. El podio lo integran Juan Manuel Galán (10,7 por ciento), Claudia López (8,6 por ciento) y Sergio Fajardo (8,2 por ciento). Sin embargo, con un margen de error del 2,7 por ciento, en la práctica están empatados.
La oportunidad para el centro no es nueva. En 2022 la Coalición Centro Esperanza intentó posicionarse como la alternativa a los extremos de Petro y Federico Gutiérrez, así como a la incógnita de Rodolfo Hernández. Sin embargo, el experimento fracasó, Fajardo quedó lejos de la segunda vuelta y la coalición se dispersó entre Petro y Hernández.
La diferencia entre Galán, López y Fajardo no es significativa y el podio que configuran como tríada de centro refleja que -en este escenario prematuro- las opciones preferidas reúnen las condiciones de viejos conocidos, ya sea por sus apellidos o por su recorrido político.
El primer lugar de Galán en la encuesta tiene varias lecturas. A diferencia de Fajardo y López, el mayor de los Galán ha esquivado el escrutinio público en los últimos años. El director nacional del Nuevo Liberalismo no carga sobre sus hombros el mote de tibio ni tampoco lleva a cuestas cuatro años de administración en la Alcaldía de Bogotá. Su apellido termina de apuntalar una imagen genérica de candidato confiable. No obstante, Galán tiene un desafío mayor: sus posibilidades en las urnas estarán ligadas al desempeño de su hermano Carlos Fernando en la capital.
Pero el reto del centro es tener la capacidad de presentar una candidatura única que logre encontrar puntos comunes con otros sectores políticos. La suma de los porcentajes de Galán, López y Fajardo todavía no supera el 30 por ciento, lo que podría garantizar pasar ‘raspando’ a segunda vuelta, pero dejar en veremos una victoria definitiva. "Deponer los egos es el primer paso, empezando por el mío", le dijo Juan Manuel Galán a CAMBIO.
Vargas Lleras puntea y Vicky Dávila sacude a la derecha
La directora de Semana sigue caminando en puntas por la línea que divide el periodismo y la campaña política. Su debut en el campo político es cada vez más difícil de disimular y la ‘campaña no campaña’ que viene practicando desde hace meses propició que los otros precandidatos de la derecha saltaran al agua. María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Miguel Uribe quieren tener el aval del Centro Democrático pero figuran detrás de la periodista en intención de voto.
La situación de la derecha no es fácil. Los candidatos ya mencionados llevan años haciendo fila y Victoria Eugenia Dávila, quien hasta ahora ha sido su mayor aliada, se les convirtió en la peor pesadilla. Vicky es un producto político difícil de superar. Es mujer, es ‘outsider’, de región, lleva décadas saliendo todas las noches en las pantallas de televisión, se ha convertido en el principal exponente de la oposición a Petro y, por si fuera poco, es empleada de uno de los grupos económicos más prósperos del país. Si Vicky se lanza, el apoyo financiero de los Gilinski puede inclinar la balanza a su favor en el camino a la Casa de Nariño.
Los candidatos de la derecha no están jugando en una cancha nivelada. Vicky es la dueña del megáfono más sonoro del país y no le da miedo usarlo para inflar a sus amigos o para destruir a sus detractores. Miguel, Paloma, y María Fernanda deberán estructurar una compleja maniobra de malabarismo que les permita posicionarse como una mejor opción que Vicky, sin atacarla ni pelear con ella.
Aunque Vicky Dávila está muy bien posicionada y tiene cómo crecer, por los lados de la derecha el gran palo de la encuesta es Germán Vargas Lleras. El exvicepresidente lidera la intención de voto con 8,1 por ciento. Le sigue Dávila con 7,5 por ciento, y luego Miguel Uribe con 6,7 por ciento.
Lo de Vargas es sorpresivo porque, a pesar de ser un hombre toreado en todas las plazas y con gran conocimiento del Estado, después del famoso coscorrón y su debacle en la urnas, era considerado por muchos como un cadáver político. Según esta encuesta, Vargas Lleras está resucitando y tiene posibilidades de llegar a quedar como el hombre fuerte del antipetrismo.
María Fernanda Cabal, con 4,5 por ciento, aparece rezagada en el lote de la derecha. El resultado llama la atención, pues se trata de una de las senadoras más mediáticas y de las primeras en anunciar sus intenciones presidenciales.
Aunque es una de las personas más cercanas al expresidente Uribe, y considerada fundadora del Centro Democrático, Cabal ya dejó claro que si no resulta elegida como candidata de su partido armará rancho aparte y se lanzará por firmas.
En el proceso pasado la senadora compitió contra Óscar Iván Zuluaga, Rafael Nieto y Carlos Holmes Trujillo (Q.E.P.D). Cabal siente que en su partido la “conejiaron” y no está dispuesta a repetir esa experiencia.
El desafío de la izquierda
La fuerza política que hoy gobierna a Colombia registra un problema mayor. El presidente Petro y los líderes del Pacto Histórico saben que deben encontrar a un sucesor viable que garantice la continuidad del proyecto. Eso, por ahora, parece una posibilidad lejana. Aunque Gustavo Petro sigue siendo un líder político pesado y determinante en el escenario electoral, su capacidad de endoso en las urnas está en entredicho. En las elecciones regionales, por ejemplo, el presidente perdió en varias plazas fundamentales. Fue el caso de Bogotá, considerada un fortín petrista. Allí el candidato Gustavo Bolívar -uno de los hombres más cercanos a Petro- obtuvo un resultado muy por debajo de las expectativas del movimiento.
Para 2026, según la encuesta del CNC, la cosa pinta así: de primera entre la izquierda, pero de séptima en la general, aparece la senadora María José Pizarro con 5.4 por ciento de intención de voto. Le siguen Gustavo Bolívar, con 4.3 por ciento; Francia Márquez, con 3,0 por ciento; Luis Gilberto Murillo, con 2.2; Daniel Quintero, con 1.7, y finalmente la ministra Susana Muhamad, con 1 por ciento.
En los corrillos del poder se habla de que, a precios de hoy, la senadora María José Pizarro y el canciller Luis Gilberto Murillo son los dos nombres con mejor acogida entre las fuerzas políticas afines a Petro. Ambos tienen proyección y caminos para crecer pero, a juzgar por los resultados de la encuesta, ninguno ha podido consolidarse como el sucesor de Gustavo Petro. Aún es muy temprano y, como suele ocurrir en este punto del camino, el candidato ganador es el “no sabe, no responde”, con un 22.3 por ciento. Es decir, el doble de lo que registra el primero en la encuesta: Juan Manuel Galán.
Gustavo Petro y Álvaro Uribe: los protagonistas del pulso
Esta encuesta del Centro Nacional de Consultoría, que no mide escenarios de segunda vuelta uno a uno, plantea una pregunta interesante que no suele incluirse en este tipo de sondeos. Como un ejercicio para medir el clima político, la polarización, la capacidad de endoso de los líderes y las prioridades electorales de los distintos grupos, contiene el siguiente interrogante: “En una segunda vuelta, si se enfrentan un candidato con el respaldo de Petro y otro candidato con el respaldo de Uribe, ¿usted por quién votaría?”.
Los resultados dejan mucho para analizar. Entre los encuestados, el 45.9 por ciento contestó que en segunda vuelta votaría “por el que diga Uribe”. “Por el que diga Petro” votarían el 27.2 por ciento y, finalmente, el 26.8 por ciento manifestó que no votaría por ninguna de esas dos corrientes.
Hace apenas dos años, en las elecciones que le dieron el triunfo a Petro, la cercanía con Álvaro Uribe se convirtió en una desventaja en las urnas. Ni Fico Gutiérrez ni Rodolfo Hernández, las dos opciones naturales de esa fuerza política, eran capaces de decir, abiertamente, que contaban con el respaldo político del expresidente. Hoy la foto muestra otra realidad. Según la encuesta del CNC, Álvaro Uribe ha ido recuperando su capacidad de endoso que, en el pasado, logró llevar a Juan Manuel Santos y a Iván Duque a una victoria en las urnas.
El presidente Petro, con su 27.2 por ciento, no está mal posicionado. Aunque aparece muy lejos de Uribe, a la base petrista podría alcanzarle ese porcentaje para meterse en la segunda vuelta. Será difícil, sin embargo, tener un candidato de izquierda viable sin persuadir a esa masa crítica que, o no se ha decidido, o se identifica con el centro.
¿Qué es lo que más pesa en los votantes?
La encuesta realizada por el CNC también indagó sobre las prioridades de esos tres grupos de votantes. Ante la pregunta de cuáles son los dos principales problemas del país, las personas que dicen estar dispuestas a votar por “el que diga Petro” respondieron lo siguiente: Inseguridad/delincuencia común (22.9 por ciento), corrupción (22.5 por ciento), economía (15.3 por ciento), desempleo (9.3), salud (7.8 por ciento). Más abajo se registran temas como el costo de vida, la educación, justicia, narcotráfico, etc.
En el caso del grupo de personas que votaría “por el que diga Uribe”, la primera prioridad, de lejos, es la seguridad con 31.6 por ciento. Le siguen la corrupción, con el 13.9; la salud, con el 11.2; el desempleo, con 9,3, y la economía, con 9.2.
Finalmente, para el grupo de los indecisos o independientes, la primera preocupación es la corrupción, con 23.2 por ciento, de segunda está la inseguridad, con 20.9 por ciento, sigue la salud, con 11.6; el desempleo, con 11.4; la economía, con 9,8, y la desigualdad, con 8.1 por ciento.
El resultado, de nuevo, parece favorable a las fuerzas de la derecha. No es una sorpresa que dentro de ese grupo, la seguridad figure como primera prioridad. En medio de los problemas de orden público y de los resultados por ahora precarios de la política de paz total, la seguridad se convertirá en uno de los caballitos de batalla de la campaña.
Si se analizan las prioridades, la base petrista también tiene aspectos preocupantes para el gobierno. Los dos temas que más pesan en ese grupo son la inseguridad y la corrupción: dos aspectos en los que el gobierno no ha obtenido la mejor calificación.
Aunque los resultados de toda encuesta presidencial en este punto son prematuros, los datos que arrojan permiten leer el momento político del país. Por ahora, el centro parece tener figuras fuertes; la derecha, aunque está atomizada y sacudida por la posible llegada de Vicky, tiene una base sólida y grandes posibilidades de jugar en la segunda vuelta. La izquierda, por su parte, tiene la figura de un presidente que sigue siendo determinante en su base, pero aún no se asoma un candidato que pueda crecer y recoger sus banderas.