Gustavo Petro se la juega con los verdes

Todo indica que en las próximas semanas se agitará la bolsa de empleo en la Casa de Nariño: quedarán por fuera funcionarios que no gozan de la confianza plena del Gobierno y serán reemplazados por nombres estratégicos para la gobernabilidad y para las elecciones regionales de octubre.

Uno de los que no goza de confianza es Mauricio Lizcano, actual director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre). Lizcano no solo se ha distanciado de Petro, sino de pesos pesados de la Presidencia como Laura Sarabia, la jefe de gabinete.

La salida de Lizcano se da por descontada, entre otras cosas porque el Ejecutivo, si quiere conservar la gobernabilidad, necesita alguien más estratégico en la coalición. Entre quienes podrían llenar este requisito, Carlos Ramón González, copresidente del Partido Alianza Verde, ya suena como el más opcionado.

El líder de los verdes fue uno de los fundadores del partido junto con Antonio Navarro y Antanas Mockus. Antes de dar a la luz a la colectividad de centroizquierda, González fue director ejecutivo del Partido Alianza Democrática M-19, a donde llegó gracias a su militancia en ese grupo guerrillero durante la década de los ochenta. Se desmovilizó a principios de 1990, hizo parte de la Asamblea Nacional Constituyente y logró una curul en la Cámara de Representantes en 1991. La historia y trayectoria del político santandereano le dan la llave para abrir la puerta del círculo más cercano al presidente Petro, algo que nunca pudo hacer Lizcano, cuyo pasado no solo ha sido muy distante sino muy distinto.

Aunque González es el que más bajo perfil tiene de los tres codirectores del Partido Verde, su poder no es menor, debido al éxito empresarial de su familia en el sector de las energías alternativas, los comedores comunitarios y la salud. Incluso, la firma Dangsgold –propiedad de González y de su esposa Dana Leal– le ha hecho varios préstamos al Partido Verde, como lo reveló La Silla Vacía en febrero del año pasado.

Además, su habilidad política le ha permitido al partido que fundó sobrevivir en el tinglado del poder sin hundirse en el sectarismo y la resistencia a las alianzas. Bajo la sombra del Partido Verde se han arropado candidatos tan variados como Antanas Mockus, Sergio Fajardo y Enrique Peñalosa. De hecho, la composición actual de su bancada da cuenta de una diversidad de posturas mucho mayor que la que permiten partidos como el Centro Democrático y Cambio Radical.

La llegada de Carlos Ramón González –quien presentó su renuncia a la codirección del partido pero no a la militancia– sería un guiño presidencial a la facción verde más cercana al petrismo, dentro de la cual hay voces fuertes y leales al presidente como las de Inti Asprilla y Katherine Miranda, que están en tensión con la facción más distante a la Casa de Nariño, en la que sobresale el senador JotaPe Hernández como su figura más mediática. Hernández ha pedido al partido salirse de la coalición de Gobierno y tiene una pelea casada con Roy Barreras.

El pulso entre ambas facciones quedó en evidencia recientemente cuando la facción distante del Gobierno propuso que el Partido Verde presentara una ponencia alternativa a la reforma a la salud que les permitiera negociar con la ministra Carolina Corcho al estilo de los liberales, los conservadores y el Partido de la U. Sin embargo, en cuestión de días ese ímpetu se apagó y prevaleció la postura del sector cercano al Ejecutivo: acompañar la ponencia positiva en la Comisión Séptima de la Cámara. De hecho, en el debate de ayer, 19 de abril, Carlos Ramón González afinó las posturas de los dos representantes verdes que hacen parte de esa comisión. En consecuencia, tanto Martha Alfonso como Camilo Londoño han expresado la intención de apoyar hasta el final la reforma.

La importancia de los verdes para el Gobierno aumentará en el próximo periodo legislativo, pues asumirán la presidencia de Senado y Cámara. Aunque hasta hace unos meses parecía que Angélica Lozano era fijo reemplazo de Roy Barreras, actualmente en ese pulso han aparecido otros nombres: Inti Asprilla, quien goza del visto bueno de la Casa de Nariño; e Iván Name y Ariel Ávila, considerados como voces equilibradas que gustan a ambas facciones.