Las nuevas batallas de la guerra entre Laura Sarabia y Armando Benedetti
30 Abril 2025 05:04 am

Las nuevas batallas de la guerra entre Laura Sarabia y Armando Benedetti

La canciller Laura Sarabia y los viceministros Daniel Ávila (quien salió del cargo) y Mauricio Jaramillo.

Crédito: Cancillería

¿Es el ministro del Interior el responsable de la salida del viceministro Daniel Ávila, quien apenas llevaba tres meses en el cargo y era la mano derecha de la canciller? Entre tanto, ¿qué dirá ella este miércoles cuando va a ampliar su versión como víctima de violencia política de género?

Por: Armando Neira

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Entre quienes siguen la actividad diaria de las dos personas más poderosas que rodean al presidente Gustavo Petro –Armando Benedetti, ministro del Interior y Laura Sarabia, canciller– hay apuestas sobre cuándo explotará definitivamente esta relación. Por ahora, hay una guerra fría con inesperadas y nuevas batallas ante los ojos de la opinión pública.

En la mañana de este martes salió Daniel Ávila, quien era el viceministro de Relaciones Exteriores y una apuesta personal de Sarabia, basada en sus capacidades profesionales, para fortalecer la carrera diplomática del país. Solo llevaba tres meses en el cargo.

Aunque en la Cancillería informaron oficialmente que la salida de Ávila “se produjo por razones personales”, en los pasillos de esta edificación tan rica en su legado artístico y cultural acumulado en más de cuatro siglos como en su historial de traiciones y juegos de poder, hay otra versión.

Se cuenta que, en este breve tiempo, el ahora exviceministro había solicitado varias comisiones para viajar a Washington y atender asuntos personales. Sin embargo, el Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) –bajo la órbita del poder de Benedetti– decidió no aprobarlas, a pesar de que él había advertido que asumiría el costo de los tiquetes.

Ávila, entonces, decidió dar un paso al costado. Es una baja sensible, pues era uno de los funcionarios con mayor conocimiento sobre los hilos del poder en Washington, un valor agregado en momentos en que las relaciones con Donald Trump son extremadamente delicadas.

Un experto en Estados Unidos

De hecho, Ávila venía de desempeñarse como encargado de negocios en Washington y conoce como la palma de su mano las lógicas de los republicanos y los demócratas en el ejercicio del poder.

Armando Benedetti, ministro del Interior.
Armando Benedetti, ministro del Interior. Foto: Colprensa.

“El viceministro Daniel Ávila ha sido un colaborador excepcional. Hacia él solo tengo gratitud y admiración. Su experiencia de más de 30 años fortaleció nuestra agenda con Estados Unidos y aportó al posicionamiento estratégico de Colombia en el mundo. Estoy segura de que seguirá aportando mucho a esta Cancillería”, aseguró Sarabia.

En su reemplazo llegará Yolanda Villavicencio, cuya hoja de vida ya fue publicada en la página de aspirantes de la Presidencia. Ella es licenciada en Economía, tiene una especialización en mujer y desarrollo, y un máster en Migraciones y Relaciones Intracomunitarias.

La salida de Ávila se produjo en un momento en que no cesaba la sorpresa por la decisión de Benedetti de encabezar dos reuniones cruciales para la política exterior del país: una con el embajador de la Unión Europea y otra con el encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos. En ambos encuentros se trataron temas de cooperación internacional y lucha contra las drogas, asuntos que, por su competencia, debería abordar Sarabia. En especial, la cita con el máximo representante en Bogotá de Estados Unidos.

En juego está ni más ni menos la decisión que debe tomar Trump en el futuro próximo sobre la certificación a Colombia en la lucha contra las drogas y que hasta ahora Sarabia había manejado personalmente.

“Hoy nos reunimos en Casa de Nariño con John McNamara, encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Colombia @USEmbassyBogota. En este encuentro clave abordamos temas como la lucha contra las drogas y los cultivos ilícitos”, informó Benedetti en su cuenta de X.

Una imagen vale más que mil palabras

En este pulso político entre Sarabia y Benedetti, las formas también cuentan. En el consejo de ministros de este lunes, ella fue ubicada lejos del presidente Petro, a pesar del alto cargo que ostenta. Mientras que Benedetti se sentó junto al jefe del Estado y en la práctica fue quien llevó la voz cantante.

Laura Sarabia y el presidente Gustavo Petro.
Un aspecto de la reunión entre el presidente Gustavo Petro, la canciller Laura Sarabia y la secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos, Kristi Noem, en Palacio, hace unos días. Foto: Presidencia. 

Pero no se trata solo de una fotografía. En Palacio, Benedetti ha demostrado que cada vez afianza más su poder. Tal como lo reveló CAMBIO, poco a poco los funcionarios que encabezaron la rebeldía por su llegada han sido desplazados del círculo que le habla al oído al presidente.

Ya no están Jorge Rojas, Alexander López, ni la vicepresidenta, Francia Márquez, ni la ministra de Medio Ambiente, Susana Muhamad, quien ha sido una de las figuras más destacadas y cercanas al presidente Petro, y quienes fueron los que expresaron su molestia por el arribo al Gobierno del hasta entonces embajador ante la FAO.

En su círculo cercano –y hasta entre quienes no la respaldaban del todo– se esperaba su nombramiento. Sin embargo, no se publicó su hoja de vida en el portal de aspirantes de Presidencia porque un “todopoderoso” Benedetti, y una consulta popular que requería oxígeno burocrático, la dejaron fuera del Gobierno, relató CAMBIO.

Ella fue una de las protagonistas del consejo de ministros del martes 4 de febrero. La primera en reclamar fue la vicepresidenta, Francia Márquez. A esa molestia se sumó Muhamad, quien, de frente, le dijo a Petro: 

Presidente, como feminista y como mujer, yo no me puedo sentar en esta mesa de gabinete de nuestro proyecto progresista con Armando Benedetti. Y yo no soy la que voy a renunciar, señor presidente. Yo no renuncio ni al proyecto ni al Gobierno”. La entonces jefa de la cartera de Ambiente se quebró en lágrimas mientras sostenía un lapicero para intentar ocultar los nervios que se reflejaban en su voz.

Cinco días después, Muhamad confirmó que su carta de renuncia estaba sobre la mesa del presidente. Un hecho coherente con el feminismo que ha defendido.

Un nombramiento que ya no fue

Petro estaba a punto de perder a una de sus ministras más eficientes. Una voz en la que confiaba. Como le dijo una fuente del alto Gobierno a CAMBIO: “Para qué, pero era de las personas a las que el presidente más le reconocía que hacía las cosas bien”. En consecuencia, el presidente se movió y le ofreció a Muhamad el DNP.

Laura Sarabia y Armando Benedetti
Laura Sarabia, ministra de Relaciones Exteriores y Armando Benedetti, ministro del Interior.

A inicios de marzo, su nombre ya sonaba para esa entidad, clave para ejecutar el plan de Gobierno. Pero el ofrecimiento se concretó entre el 27 y 28 de marzo, según confirmaron tres fuentes del alto Gobierno. “A ella le tocó pedalear para lograr un encuentro”, dijo una persona cercana a la exfuncionaria. Aunque ya lo venía evaluando, pidió algunos días más para decidir.

Muhamad, que había dejado un puesto importante con tal de no compartir mesa con Benedetti, pensaba en volver. ¿Por qué asumir ese costo político? Porque su prioridad era impulsar el proyecto en el que creía. Eso pesó más, y aceptó. Según cuatro fuentes, ella pidió una única condición: tener autonomía para nombrar a sus funcionarios. El jefe de Estado aceptó.

Todo parecía en orden: Muhamad llegaría al DNP, y a inicios de abril la prensa ya lo daba por hecho. Sin embargo, una fuente del DNP que prefirió no ser citada dijo a CAMBIO que, mientras Muhamad se movía, ya corría el rumor de que la dirección de la entidad quedaría en manos de Natalia Irene Molina, actual vicedirectora.

Muhamad no perdía la esperanza, y aunque preguntaba en la Casa de Nariño por el proceso, su hoja de vida no se subía al sistema. Los días pasaban sin novedades. Ni el presidente Petro ni Angie Lizeth Rodríguez, directora del Dapre, respondían.

Casi un mes después del primer ofrecimiento, el rumor de su exclusión del cargo creció y la prensa comenzó a asumir que no volvería al Gobierno. Ella aceptó la derrota y le escribió al presidente. Él, distante, respondió con un escueto: “Gracias a ti”.

Así se cerró este capítulo, aunque dejó varias preguntas abiertas: ¿Por qué se cayó el nombramiento? ¿A quién en la Casa de Nariño no le gustaba la autonomía que pedía Muhamad? ¿Qué papel desempeñó Benedetti?

Más de cinco fuentes de Palacio, del DNP y cercanas a Muhamad confirmaron a este medio que el nombramiento se frustró porque a Benedetti no le convenía tener a una opositora en el gabinete.

¿Qué dirá ahora Laura?

En el gabinete, por ahora, sigue Sarabia. Sin embargo, los últimos acontecimientos –la salida de Ávila, el encuentro de Benedetti con John McNamara y lo que se espera en las próximas horas– elevarán indudablemente la tensión.

Se trata de una nueva ampliación de declaración por parte de Sarabia en calidad de víctima, en un proceso donde está mencionado directamente Benedetti.

Y aunque el ministro ha reiterado que no se pronunciará sobre el tema –“No me voy a referir absolutamente a nada. Desde que ella (Sarabia) dejó de ser mi secretaria no me importa lo que haga hoy día”–, es un hecho que tendrá repercusiones.

“En mi última declaración a la Fiscalía entregué audios y conversaciones con Armando Benedetti, incluso audios que no han sido conocidos por la opinión pública. Le he pedido a la Fiscalía escucharme en los próximos días para ampliar la investigación”, dijo la canciller.

La ministra se refiere a una declaración rendida a finales de ese mes ante la fiscal Séptima Delegada ante la Corte Suprema de Justicia, quien investiga a altos funcionarios del Gobierno por su presunta relación con las irregularidades en la financiación de la campaña Petro Presidente.

En este proceso se conoció un audio donde se escucha la voz de Benedetti: “Laura, yo pensé llamarte el miércoles, jueves, pero yo me moví hoy duro en la Fiscalía y me dicen que me pueden nombrar de lo que sea, que no pasa absolutamente nada de nada. Ahora, (...) con el número uno y con Jaimes, y me dijeron que no pasa un culo, que me puedes nombrar de lo que tú quieras.”

“Yo pensé llamarte, pero... y una más: yo estoy muy, pero muy bien posicionado ahí, y estoy buscando que la persona que tenga la ‘huevonada’ esa que salió el sábado sea una persona acá. Yo estoy muy, pero muy bien posicionado allá, para que sepas, para cualquier otra cosa que necesites tú o el Gobierno”.

Sarabia presentó ante la fiscal del caso una nota de voz que le habría enviado Benedetti a comienzos de mayo de 2023, cuando ella era directora del Dapre.

Eran tiempos de gran controversia por la pérdida de una suma de dinero en efectivo, caso que luego derivó en una serie de interrogatorios e irregularidades contra Marelbys Meza, la niñera del hijo de la canciller. 

Luego se produjo una especie de guerra fría y Sarabia asumió buena parte del poder en la Casa de Nariño. Sin embargo, Benedetti volvió y hasta ahora –parece– se está imponiendo su voluntad. ¿Sorprenderá mañana ella con nuevos audios? ¿Cómo reaccionará Benedetti?

Por ahora, él se defiende y dice: “A mí me echan la culpa de todo lo malo que ocurre en el Gobierno y eso no es así”.
 

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