Luis Alberto Arango
14 Abril 2023

Luis Alberto Arango

Riesgos y recompensas de las inversiones ilíquidas

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Invertir en la compra de un negocio o empresa tiene limitantes y retos, la iliquidez de la inversión es uno de ellos. Sin embargo, la recompensa de una mayor rentabilidad además de todo lo positivo que significa hacer empresa bien valen la pena para el inversionista adecuado.


Como apasionado por los negocios y la economía, a menudo encuentro conceptos erróneos sobre la naturaleza de las inversiones ilíquidas, es decir las que una vez realizadas no son fáciles de convertir en dinero con rapidez. Muchas personas tienden a pensar que las inversiones ilíquidas son un mal negocio debido a la falta de liquidez inmediata. Sin embargo, esta es una perspectiva limitada que no tiene en cuenta las muchas ventajas de invertir en activos ilíquidos.

Hacer una inversión que tenga alta rentabilidad y a su vez alta liquidez y bajísimo riesgo es muy difícil de lograr. De eso tan bueno no dan tanto, o simplemente no dan. Alta liquidez se obtiene cuando se invierte en fondos de inversión a la vista o en un título de renta fija que pueda negociarse con facilidad en el mercado secundario, pero usualmente esa alta liquidez y bajo riesgo están acompañados de baja rentabilidad.

Evidentemente en esta época de altos intereses, las rentabilidades en este tipo de activos en Colombia han aumentado, comparado con lo que se podía lograr hace tan solo un año. Pero en mi opinión, estas altas rentabilidades relativas existirán solo durante una temporada y mientras se reajustan tasas de captación y colocación con una inflación que se irá estabilizando en el tiempo.

“Hacer una inversión que tenga alta rentabilidad y su vez alta liquidez y bajísimo riesgo es muy difícil de lograr”.

Una rentabilidad de hoy del 13 o 15 por ciento anual, que se puede obtener en un título de renta fija, dentro de unos meses bajará o será inferior a lo que podrían lograr inversiones menos tradicionales, usualmente ilíquidas y además más riesgosas.

Primero, aclararemos qué es una inversión ilíquida. En términos simples es un activo que no se puede vender o convertir fácilmente en efectivo. Ejemplos de inversiones ilíquidas incluyen bienes raíces, empresas o negocios que no cotizan en bolsa de valores, emprendimientos, etcétera. Estas inversiones típicamente requieren un horizonte temporal más largo, ya que puede tomar meses o incluso años vender o salir de una posición o inversión en este tipo de activos.

Comprar un negocio como una panadería, taller de mecánica o peluquería implica utilizar liquidez para adquirir un activo que puede ser difícil de vender posteriormente, convirtiéndose en un activo ilíquido. Sin embargo, esta inversión se hace con la expectativa de que las ganancias generadas por el nuevo dueño sean mayores que las que se podrían obtener con un título de renta fija de menor riesgo y mayor liquidez inmediata, gracias a la buena administración de la inversión.

Sin embargo, en toda inversión hay riesgos. El riesgo de comprar un negocio o empresa está relacionado con la economía del sector y del país, la competencia, la mala administración del negocio o incluso la suerte.

Ahora, ¿por qué alguien querría invertir en algo que no se puede vender fácilmente y que además está sujeto a riesgos? La respuesta, como señalé antes, se debe al potencial de mayores rendimientos. Las inversiones ilíquidas tienden a ofrecer mayores rendimientos en comparación con las inversiones líquidas debido a su naturaleza ilíquida. Esto ocurre porque los activos ilíquidos requieren más tiempo y esfuerzo para venderse, lo que significa que los inversionistas son potencialmente compensados por el riesgo y el compromiso de tiempo agregados.

“Las inversiones ilíquidas tienden a ofrecer mayores rendimientos en comparación con las inversiones líquidas debido a su naturaleza ilíquida”.

Por esa razón, al establecer el precio de compra de un negocio ilíquido se debe tener en consideración el buscar rentabilidades superiores a lo que se obtendría en una inversión líquida. En este punto es donde comprador y vendedor podrían discrepar. El vendedor quiere vender su empresa o negocio a precio de una inversión líquida y el comprador a precio de una inversión ilíquida.

Los compradores experimentados no se dejan seducir por precios excesivos de activos ilíquidos que no cumplen con sus expectativas de rentabilidad, mientras que los vendedores razonables saben que lo justo es vender sus negocios por una rentabilidad esperada acorde con la naturaleza ilíquida de su negocio.

Lo anterior no aplica para operaciones de compra y venta de acciones en la bolsa de valores, pues en acciones de alta bursatilidad, la compra y venta de títulos accionarios representativos de la propiedad de una empresa se da casi inmediatamente en mercados de valores de alta liquidez. Y su precio depende de las expectativas del negocio y del mercado, así como de la oferta y de la demanda por el título accionario. Si bien hay riesgo en comprar acciones en bolsa, no necesariamente hay mayor rentabilidad, comparada con el potencial de retorno de una inversión ilíquida. Esa menor rentabilidad es compensada por mayor liquidez.

Sobre una inversión ilíquida, supongamos que tenemos 100 millones de pesos para invertir. Podría poner ese dinero en un fondo a la vista que ofrece una institución financiera, donde obtendría un rendimiento anual del 10 o del 12 por ciento anual. O alternativamente, podría invertir ese dinero en un activo ilíquido como una propiedad inmobiliaria para alquilar, localizada en un sector de alta valorización, donde podría potencialmente obtener un rendimiento anual del 18 o del 25 por ciento anual. Aunque la propiedad inmobiliaria puede tardar más en venderse, mientras se recibe un ingreso mensual por alquiler, el potencial rendimiento al venderse con valorización, combinado con los ingresos del alquiler, es mucho mayor.

Por supuesto, hay condiciones limitantes que se deben considerar al invertir en activos ilíquidos. Una de ellas es la falta de liquidez. Las inversiones ilíquidas pueden ser difíciles de vender rápidamente, lo que significa que es posible que tenga que mantener la inversión durante un período más largo de lo que inicialmente anticipó. Esto puede ser un problema si de repente necesita efectivo y no tiene otras fuentes de fondos. Así que hay que estar preparado para ese escenario.

Otra característica de una inversión ilíquida es que presenta una mayor exposición al riesgo en comparación con las inversiones líquidas, ya que no se puede garantizar un rendimiento óptimo ni una valorización suficiente para asegurar una rentabilidad elevada al venderla. Factores como las condiciones del mercado, la competencia o una administración inadecuada de la inversión pueden influir negativamente en el valor de venta potencial de un activo ilíquido.

“A pesar de las limitantes, creo que invertir en activos ilíquidos puede ser una decisión inteligente para el inversionista adecuado”.

También hay que tener cuidado con concentrar la inversión en un portafolio reducido de bienes ilíquidos. Por ejemplo, si invierte todo su dinero en una sola propiedad inmobiliaria para alquilar, está asumiendo un riesgo significativo porque sus rendimientos están ligados al éxito de esa única propiedad. En contraste, si invierte en un portafolio de inversión diversificado de activos líquidos como lo son acciones y bonos, además de inversiones ilíquidas, está distribuyendo su riesgo en múltiples activos.

A pesar de las limitantes, creo que invertir en activos ilíquidos puede ser una decisión inteligente para el inversionista adecuado. Aquí hay algunas sugerencias a tener en cuenta si está considerando invertir en un activo ilíquido:

• Investigue: antes de invertir en un activo ilíquido, asegúrese de entender los riesgos y las posibles y potenciales recompensas. Esto significa investigar sobre la clase de activos en los que va a invertir, comprender los elementos que pueden afectar negativa o positivamente la inversión y no dejarse llevar por las emociones. Ante esto último, no sobra tener un polo a tierra al analizar cualquier decisión de inversión.

• Diversifique: como mencioné, la diversificación es fundamental para manejar el riesgo al invertir en activos ilíquidos. Asegúrese de no poner todos los huevos en una sola canasta y considere invertir en un portafolio diversificado de activos ilíquidos y líquidos.

• Diseñe un plan: invertir en activos ilíquidos requiere una mentalidad a largo plazo. Asegúrese de tener un plan sobre cómo administrará su inversión a largo plazo, incluido el cómo piensa que la puede vender, cuando llegue el momento adecuado.

• Sea paciente: las inversiones ilíquidas pueden ser frustrantes porque tardan más en venderse que las inversiones líquidas y los retos de administrarlas son mucho más grandes que las inversiones líquidas. Sin embargo, si es paciente y está dispuesto a mantener la inversión a largo plazo, puede potencialmente cosechar las recompensas de mayores rendimientos.

Invertir en activos ilíquidos no es un mal negocio. Desde luego que hay riesgos y no hay ninguna garantía de que una inversión ilíquida se exitosa en términos de rentabilidad. Si bien hay limitantes a considerar, incluida la falta de liquidez y un mayor riesgo, el potencial de mayores rendimientos puede valer la pena para el inversionista adecuado.

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