Autismo: un diagnostico que puede cambiar su vida
17 Febrero 2023

Autismo: un diagnostico que puede cambiar su vida

Crédito: Foto cortesía Pixabay

Si siente que el desarrollo de su hijo o hija es anormal o atípico, busque respuestas de inmediato. Nunca es demasiado temprano, ni tampoco demasiado tarde, para detectar un trastorno del espectro autista.

Por: Redacción Cambio

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Por Natalia Romero Rosanía

Uno de los mayores retos que puede enfrentar un padre es la crianza de un hijo con trastorno del espectro autista (TEA) y, en este sentido, la detección temprana es clave. Existen varios signos de que un recién nacido podría padecer de un trastorno del espectro autista (TEA):

  • La ausencia de la sonrisa social, que es la que el bebé, a partir de los dos o tres meses, esboza como respuesta a la sonrisa del papá, de la mamá o del adulto con el que tenga una conexión. 
  • La incapacidad para señalar. Si a partir de los 9 meses un bebé no empieza a señalar, sea para pedir o para comentar algo que despierta su interés, es probable que presente un déficit en su desarrollo neuronal. 
  • La falta de imitación. Esto se observa cuando el bebé no responde a los juegos sociales de imitación de gestos, como es el de las palmitas. 

Todas estas son señales de falta de intersubjetividad primaria, es decir, de la imposibilidad de los niños para conectarse con los adultos. También hay otras señales que deben considerarse, como son: la demora en el lenguaje, el no contacto visual y los comportamientos repetitivos. 

Sin embargo, más allá de las señales, si los padres sienten que algo no está bien, deben buscar ayuda profesional de inmediato. “El corazón de una mamá, de un papá, nunca se equivoca. Si nota que el desarrollo de su hijo no es normal, llévelo al médico. Si este le dice que no se preocupe, que es muy pequeño para hacer un diagnóstico, es probable que no esté en capacidad para detectar un trastorno del espectro autista. No es cierto que toca esperar hasta que el niño cumpla 5 años para hacer un diagnóstico”, aclara Piedad Jaramillo, médica cirujana y diplomada en necesidades educativas especiales (NEE).

La especialista añade que, “aunque los pediatras deberían estar formados en desarrollo neuronal, no todos lo están. Las fonoaudiólogas tampoco están capacitadas para el diagnóstico del autismo. Si le dicen que espere, no lo haga. Busque un psiquiatra infantil o, mejor aún, consiga un equipo especializado en evaluación del desarrollo. El autismo no es diagnosticado por un solo profesional, pues este tiene que ver con muchas áreas del desarrollo humano”. 

Otras señales de TEA 

Cada caso de autismo es muy diferente y por eso es tan complejo de diagnosticar. “Hay dentro de los TEA manifestaciones distintas y muy sutiles. Hay niños que son muy amorosos. Otros dan la impresión de ser muy maduros o muy inteligentes. Incluso, hay algunos que empiezan a hablar desde muy temprano, o a leer y a escribir mucho antes que los demás. Son casos en los que el autismo se manifiesta como una falla en la teoría de la mente. Son niños que no entienden cómo funciona el mundo y las personas, y por esto se frustran. Son inflexibles de pensamiento, y todo tiene que ser a su manera. No responden bien a los cambios. Son niños que tienen dificultad para tolerar la frustración”.

La especialista, quien además es mamá de un joven autista, revela que todos los días recibe en su consulta a adolescentes e incluso adultos con trastornos de sueño, de alimentación, o de salud mental, como son la ansiedad y la depresión, que en realidad padecen de un trastorno del espectro autista. “Entre el 65 y el 85 por ciento de las personas con TEA, presenta trastornos del sueño, y el 60 por ciento, o más, presenta trastornos relacionados con la alimentación. Son jóvenes que toda la vida se han sentido diferentes”. 

Vivir siendo autista sin saberlo produce mucho sufrimiento y mucho agotamiento, por eso cada vez que le diagnostican a un adulto un trastorno del espectro autista, este se siente aliviado. “Hace unos días, una paciente de 30 años, también médica, me confesó que se sentía feliz con el diagnóstico. ‘Ahora sé que no soy un caballo defectuoso, sino una cebra’, me respondió”, compartió la especialista, quien es muy activa en Instagram, a través de su cuenta @TuDocDice.  

Referencias:

 

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