El fat talk y su relación con los trastornos mentales y la muerte

Los trastornos de la conducta alimentaria -TCA- son una serie de afecciones que afectan a la conducta alimentaria y la percepción de la imagen corporal. Estos trastornos pueden ser peligrosos para la salud física y mental y, en algunos casos, incluso pueden ser mortales. Los más comunes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.

La anorexia nerviosa es un trastorno en el que la persona tiene una obsesión por perder peso y se niega a mantener un peso corporal saludable. La bulimia nerviosa es un trastorno en el que la persona tiene episodios recurrentes de atracones de comida, seguidos de purgas o vómitos autoinducidos para evitar el aumento de peso. Por su parte, el trastorno por atracón es un trastorno en el que la persona come grandes cantidades de comida en un corto período de tiempo, pero no se purga.

Los TCA: Quiénes lo padecen, qué los causa y cómo se previenen

Los pacientes con trastornos de la conducta alimentaria pueden ser de cualquier edad, género o nivel socioeconómico. Sin embargo, las mujeres son más susceptibles a padecerlos que los hombres. Adicionalmente, las personas con antecedentes familiares de trastornos alimentarios, trastornos de ansiedad o depresión tienen un mayor riesgo de desarrollarlos. Ciertas personalidades, como la perfeccionista, la obsesiva-compulsiva y la ansiosa, tienen una mayor tendencia a sufrir trastornos alimentarios. 

Los trastornos alimentarios pueden prevenirse en algunos casos mediante la educación sobre la nutrición y la promoción de una imagen corporal positiva. También es importante fomentar una actitud sana hacia los alimentos y el ejercicio.

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Según Ana Patricia Salgado, médica especialista con maestría en nutrición clínica y autora del libro “Con el enemigo en la mesa”, lo primero que hay que saber sobre los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades mentales, que afectan el cuerpo directamente. “Aunque las causas de estos trastornos son multifactoriales, existe un comportamiento que debemos evitar y es lo que en inglés de conoce como el fat talk, es decir, los comentarios en torno al cuerpo, sea el de uno o el de otra persona, incluso si son positivos y con buena intención. Cuando le decimos a alguien que como se ve de linda flaca, es como si le dijéramos que gorda se ve fea. Además, no sabemos si esa persona se está matando de hambre y con nuestro comentario estamos fomentando ese comportamiento”, explica la especialista.

Señales de alarma y recomendaciones 

Aunque los trastornos de la conducta alimentaria se pueden presentar a cualquier edad, son bastante comunes entre los adolescentes. Es por esto que es importante que los padres de familia estén muy atentos a estas señales de alarma en sus hijos:

1. Presenta conductas obsesivas en relación a los alimentos, como son preocuparse en exceso por los ingredientes, las calorías o las formas de prepararlos.
2. Dejan comida en el plato.
3. Se pesan todo el tiempo.
4. Evitan compartir con amigos o con familia, sobre todo cuando se trata de eventos en los que se va a servir comida. 
5. Insisten en preparar y llevar su propia comida cuando los invitan a comer por fuera. 
6. No se quieren poner vestido de baño.
7. Después de comer van al baño a vomitar. 
8. Se alteran si dejan de ir un día al gimnasio. 

Lo que esta especialista le recomienda a los padres es que ante la más mínima sospecha, busquen ayuda apropiada. Es decir, que lleven a su hijo a consulta con un profesional de la salud, que sea experto en trastornos de la conducta alimentaria. “Para estos casos no funcionan ni el consejo de la vecina, ni la charla del que sufrió de un trastorno, lo superó y ahora es coach”, aclara.  Los tratamientos más recomendados para los trastornos alimentarios incluyen la terapia cognitivo-conductual, la terapia familiar y la medicación, en algunos casos.

Los trastornos de la conducta alimentaria matan

Los trastornos de la conducta alimentaria pueden ser causales de muerte, en algunos casos, debido a complicaciones médicas como problemas cardíacos, deshidratación y desequilibrios electrolíticos. También pueden tener graves consecuencias para la salud física y mental, incluyendo daño al corazón, infertilidad, osteoporosis y depresión. “Estos trastornos son muy peligrosos y matan porque la desnutrición mata. Un paciente desnutrido, que además se purga de manera constante, es mucho más propenso a sufrir arritmias cardíacas, pues se le bajan los niveles de los electrolitos, el potasio, el sodio y el magnesio, lo que lo hace más propenso a sufrir convulsiones e, incluso, un infarto”, explica la doctora Salgado. “Darse cuenta a tiempo que padecemos o que alguien cercano a nosotros padece de un trastorno de la conducta alimentaria cambia por completo el pronóstico”, concluye.