El manejo de la ansiedad está en nuestras manos

La ansiedad es una respuesta adaptativa necesaria para afrontar aquellas situaciones en las que identificamos un peligro inmediato o una amenaza potencial.

Crédito: Freepik

8 Septiembre 2023

El manejo de la ansiedad está en nuestras manos

Aunque la ansiedad es normal e, incluso, necesaria, cuando nuestros recursos internos son insuficientes, Esta se desborda y se convierte en crisis. La clave para prevenirla y regularla está en fortalecer esos recursos internos con los que afrontamos las situaciones externas.

Por: Natalia Romero Rosanía

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La ansiedad es una respuesta adaptativa necesaria para afrontar aquellas situaciones en las que identificamos un peligro inmediato o una amenaza potencial. En ciertos momentos de la vida, la ansiedad es necesaria para responder de manera efectiva ante retos profesionales, sociales, económicos, de pareja o familiares.  “El hecho de que una persona se sienta ansiosa en determinado momento no quiere decir que tenga un trastorno de salud mental”, aclaró Natalia Esparza, psicóloga clínica especializada en el manejo de las emociones.

La ansiedad “normal” se vuelve problemática o psicopatológica cuando el nivel de intensidad, la frecuencia o la duración de su respuesta se prolonga en el tiempo o se presenta en un contexto que no debería provocarla. Cuando esto pasa, lo que en un inicio se presentó como una respuesta necesaria y adaptativa que la persona usa a su favor para afrontar o resolver una situación, puede generar el efecto totalmente opuesto cuando la persona se desajusta y se bloquea.

Así se reconoce la ansiedad

Una respuesta ansiosa se manifiesta de manera fisiológica y cognitiva. Inicia con un cambio de conciencia, cuando se pasa de un estado natural y neutro, a un estado de hipervigilancia. Esto, por lo general, viene acompañado por respuestas fisiológicas como son:  el aumento de las frecuencias cardiaca y respiratoria, sudoración y un temblor leve. 

“En cuanto a lo cognitivo, la ansiedad aumenta nuestra capacidad anticipatoria, pues proyectamos lo que podría suceder, lo cual juega a nuestro favor o absolutamente en contra, cuando todo lo que anticipamos es negativo. Cuando nos anticipamos de manera positiva, nos movemos y ponemos a funcionar, de manera efectiva, nuestros recursos y estrategias. Cuando nos anticipamos de manera negativa, por el contrario, nos bloqueamos y nos quedamos quietos. Esto podría desencadenar en una crisis de ansiedad, la cual no suele presentar síntomas tan intensos como los de un ataque de pánico. Sin embargo, si estos se repiten con frecuencia podrían representar problemas para la salud física o convertirse en un trastorno de salud mental”, compartió la especialista.

La forma en la que se manifiesta la ansiedad varía según cada persona, pero hay ciertas respuestas típicas como: falta de atención o de concentración, y dificultad para estar en el momento presente pues todo el tiempo se está proyectando en un futuro amenazante. También podrían presentarse trastornos en el sueño y en la alimentación. “La persona ansiosa se ve angustiada todo el tiempo. Habla y se mueve muy rápido. Sin embargo, en muchos casos vemos una mezcla de ansiedad y depresión, y ahí es cuando la persona se aísla y se vuele muy pasiva”, explicó la psicóloga.

También es importante tener en cuenta la correlación existente entre la ansiedad y los mecanismos de escape o evasión, como son el consumo de cigarrillo, alcohol o sustancias psicoactivas. “Las personas ansiosas suelen recurrir a estas sustancias, pues deprimen el sistema nervioso y, por lo tanto, la actividad fisiológica. Con esto logran una relajación temporal pero problemática en el mediano plazo”, añadió la doctora Esparza.

Causas de la ansiedad

Existen unos estresores muy definidos en las diferentes etapas de la vida, como son el inicio de la vida laboral y la búsqueda de trabajo; el desempleo, la falta de oportunidades y la falta de acceso a los servicios básicos; la situación de inseguridad en algunas ciudades; la situación económica y política actual de Colombia en general; y la entrada a la etapa de jubilación e inactividad profesional.

Los jóvenes son muy propensos a sufrir de ansiedad psicopatológica, pues su autoestima y autoaceptación depende mucho del reconocimiento social y de la aprobación externa”, reconoció la psicóloga.

 

La clave está en entender que los estresores siempre van a existir y seguirán existiendo. Son una constante en nuestra vida. También es muy probable que, eventualmente, nos veamos obligados a vivir eventos traumáticos que producen un impacto muy fuerte tanto en la salud física como en la salud mental. Es por eso que más que intentar cambiar lo que sucede externamente, el foco debe estar en desarrollar recursos y estrategias internas que faciliten la resolución de problemas y la autorregulación emocional. 

Recursos y estrategias para prevenir la ansiedad

De acuerdo con la especialista, se requieren de políticas en salud mental, sobre todo en las áreas de promoción y prevención y, obviamente, acceso a estos servicios, para que los estados de ansiedad se mantengan dentro de los límites de la normalidad. Los profesores y las familias también cumplen un rol importante en el desarrollo de los recursos que le permiten al individuo regular su ansiedad.

Estos recursos y estrategias serían:

  • Capacidad para resolver problemas.
  • Asertividad y técnicas de afrontamiento.
  • Autorregulación emocional.
  • Concentrarse en el momento presente y practicar la aceptación.

Nuestra principal responsabilidad como adultos es abrirle un espacio a nuestra salud mental. Esto lo logramos cuando nos preparamos para controlar lo que es controlable y soltar lo que no es, y cuando adoptamos una actitud proactiva, aceptando rutinas saludables y teniendo un buen manejo del tiempo. Si trabajamos en nosotros mismos y nos responsabilizamos de nuestro bienestar físico y mental, nos relacionaremos de manera distinta con el mundo, pues ya no dependeremos, para estar y sentirnos bien, del entorno exterior”, concluyó la psicóloga clínica.  

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