‘El Gobierno se preocupa por los usuarios, pero no se ven acciones que generen tranquilidad’: directora de Asoenergía

Sandra Fonseca, directora ejecutiva de Asoenergía.

Crédito: Asoenergía

‘El Gobierno se preocupa por los usuarios, pero no se ven acciones que generen tranquilidad’: directora de Asoenergía

Sandra Fonseca, directora ejecutiva de Asoenergía, aseguró a CAMBIO que se necesitan "medidas más simples y directas" para fomentar el ahorro de energía y que el sector tiene problemas estructurales que no se han atendido.

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

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La situación energética del país preocupa a los ciudadanos y a los grandes industriales, que son responsables de cerca de 35 por ciento del consumo de electricidad del país, según la Asociación Colombiana de Grandes Consumidores de Energía Industriales y Comerciales (Asoenergía). Este gremio representa a los productores del país: empresas manufactureras, de minas y canteras, e industriales, entre otros. 

En entrevista con CAMBIO, Sandra Fonseca, directora ejecutiva de Asoenergía, aseguró que hay incertidumbre por la forma en que se están tomando medidas para promover el ahorro de energía, y que los mensajes que manda el Gobierno a los usuarios son contradictorios sobre la importancia de ahorrar. 

CAMBIO: Hoy el país está en una situación energética complicada, ¿qué impacto han visto los grandes consumidores? 

Sandra Fonseca: En el corto plazo estamos enfrentando unas situaciones coyunturales muy duras estos meses, pero de manera estructural, tanto en energía eléctrica como en gas, hay incertidumbre en la confiabilidad en el corto, mediano y largo plazo. En el sector eléctrico, en el corto plazo es muy claro el impacto por el fenómeno de El Niño; en el mediano las mismas autoridades, como la Upme (Unidad de Planeación Minero Energética), han dicho que a partir de 2027 no hay energía firme para cubrir la demanda proyectada, y en el largo plazo, vemos que no hay la expansión suficiente en generación, transmisión y distribución para que la calidad, confiabilidad y oportunidad de la energía eléctrica esté asegurada. 

Lo mismo pasa en el gas. Para 2025, la demanda no esencial de gas, que básicamente son las generadoras térmicas e industriales, no tiene asegurado el suministro, y si se logra, va a enfrentar precios muy altos. A mediano y largo plazo, tampoco está asegurado el abastecimiento de gas. La Upme está diciendo que desde 2026 no ingresará suficiente suministro de gas al país para poder abastecer la demanda. 

CAMBIO: Hace varios meses el sector venía pidiendo medidas de ahorro. La Creg definió una estrategia y luego la revirtió. ¿Qué opina de ello? 

S.F.: Hay una incertidumbre frente a las recientes medidas que han tomado tanto el ministerio como la Creg. Han sido un poco imprevistas y contradictorias entre sí y este es un gran ejemplo. En esta situación, en que no hay suficientes aportes hidrológicos y los embalses están muy bajos. Es muy importante que la demanda de energía contribuya y ahorre. Es algo que se venía pidiendo hace dos años. 

Salió la primera medida de incentivo y castigo de los usuarios regulados, y si bien no era perfecta, porque estaba muy enfocada en penalización y no tanto en incentivos, la retiraron. Esto es muy delicado, tanto la demanda regulada como la no regulada es sensible a las señales que se le dan. Enviar un mensaje de ahorro era muy importante, y dar un mensaje luego diciendo que la situación está mejor no es claro ni es cierto, porque, energéticamente hablando, todo sigue muy delicado. 

CAMBIO: La Creg anunció un incentivo para los grandes consumidores, ¿cómo ve esa propuesta? 

S.F.: Hace unos días se emitió otra resolución enfocada en grandes consumidores. En principio suena muy interesante, ojalá no sea transitoria sino permanente, pero también es algo confusa porque habla de que se aplicará en dos fases. Es bueno que se generen propuestas, pero también sería interesante que las medidas fueran más simples y directas. Por ahora nos toca esperar a ver ese resultado. 

CAMBIO ¿Qué tanto del consumo de energía es por el gasto de esos grandes consumidores? 

S.F.: En el sector eléctrico los grandes usuarios son responsables de más o menos el 35 por ciento de la demanda del país. En gas es un poco diferente. Cuando no hay fenómeno de El Niño, la industria consume casi la mitad del gas; en tiempo de El Niño, cuando se usa mucho gas en térmicas, la demanda industrial es más o menos del 30 por ciento. Esta es la energía que mueve la capacidad productiva del país. La industria, como usuario de energía, es muy sensible a que haya disponibilidad de energéticos, un mejor portafolio y los mejores precios para que pueda ser competitivo el país. 

CAMBIO: Los embalses se están recuperando poco a poco, pero se dice que puede tardar meses. ¿Qué preocupaciones hay para los grandes consumidores en este corto plazo? 

S.F.: Los embalses están muy bajos. No en el límite inferior al que casi llegamos hace unos días, pero sí en un nivel 34 por ciento, que sigue siendo muy bajo, especialmente cuando algunas regiones están peor. El gran problema es que no hay reservas en términos de capacidad energética para manejar cualquier imprevisto, evento o contingencia. Nuestra situación energética es muy estrecha y eso quiere decir que apenas cubre la demanda diaria. Estamos usando las reservas hídricas y con el apoyo de las térmicas disponibles para cubrir la demanda diaria, lo que no nos da capacidad de respaldo ante cualquier contingencia. Mientras que los embalses no se recuperan lo suficiente, seguimos en una situación vulnerable.

Los embalses lograron recuperarse desde un nivel de 28,5 por ciento a 34 por ciento. <em>Crédito: Colprensa</em>

 
CAMBIO: ¿A qué nivel deberíamos llegar entonces? 

A.F.: En otras épocas los embalses podrían estar en mayo en una capacidad entre 40 por ciento y 45 por ciento, y con una pendiente de recuperación muy alta. En este momento hay dos preocupaciones: el nivel, y la pendiente esperada de recuperación, que es mucho más lenta que en otros años. Es decir, vamos a estar expuestos y con muy poca capacidad de respuesta por más tiempo. 

CAMBIO: Asoenergía venía alertando desde el año pasado sobre el impacto del fenómeno de El Niño en el sector energético, ¿ignoraron esas alertas? 

S.F.: Hay una retórica de que el Gobierno se preocupa por los usuarios, pero en la toma de medidas, en la instrumentalización de las decisiones, no se ve un accionar que dé tranquilidad. Se empezaron a tomar decisiones hace unas semanas, pero creemos que, si se hubiera empezado a reaccionar más temprano, en noviembre o diciembre del año pasado hubiéramos podido cuidar mejor la cantidad de agua de los embalses y habríamos tenido una capacidad de respuesta más temprana desde la demanda, con mayor flexibilidad para el sistema, y podríamos tener algo más de tranquilidad y confianza en las instituciones. 

CAMBIO: ¿No hay confianza en las autoridades del sector? 

S.F.: Uno de los grandes temas que se discute hoy es la institucionalidad de la Creg, si está adecuadamente conformada, sí está preparada para responder ante este tipo de situaciones, si el ministerio está usando medidas más allá de su competencia en temas regulatorios. Todo ese tipo de cosas, que ojalá se superaran para que vuelva una institucionalidad fuerte al sector y los usuarios se puedan sentir mucho más tranquilos. 

CAMBIO: ¿Qué tanto pueden subir los precios de la electricidad que pagan los usuarios? 

S.F.: Hay decisiones estructurales que han afectado los precios y no se han solucionado. Me refiero, por ejemplo, a los indexadores con los cuales se actualiza la tarifa. Llevamos en discusión más de dos años y no se ha podido solucionar. Hay otros temas muy técnicos, como que las tarifas reconozcan los costos eficientes y no costos de pérdidas no técnicas, que no deberían estar en las tarifas. Y hay otros efectos por medidas de intervención en el mercado. 

CAMBIO: ¿Qué soluciones proponen para solventar esta crisis del sector?

A.F.: Lo primero es que se debería dejar actuar a la Creg, en el sentido de que se cumplan los criterios de la ley. Si se hacen ajustes en el mercado deberían responder los causantes de que no se cumplan los supuestos de desarrollo del mercado. Si hay restricciones de generación y de transmisión, ese costo no debería ir a los usuarios, sino a quien cause esa restricción. 

Es decir, si hay una planta de generación que debería entrar en el año 2021, pero entró en 2023 y causó un mayor costo de generación, debería responder la planta por esa restricción. Una línea de transmisión estaba prevista para entrar en 2022 al sistema, pero aún no ha entrado y lleva dos años de retraso. Quien debería responder por ese costo, que se le causa a la demanda, es quien todavía no ha desarrollado ese proyecto de transmisión. Ese es el tipo de cosas que se deberían hacer. 
 

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