Crédito: Colprensa - El Colombiano
Escasez de energía: al Gobierno le cogió la tarde
- Noticia relacionada:
- Ministerio de Minas y Energía
- Energía
- Fenómeno del Niño
En las últimas semanas, el Gobierno se ha apresurado a anunciar decretos y resoluciones con medidas para aumentar la energía eléctrica disponible en el país y, más recientemente, para incentivar su ahorro. Sin embargo, expertos y exfuncionarios públicos califican de tardía esta cascada de decisiones.
Por: Redacción Cambio
En junio de 2023, cuando el presidente Gustavo Petro y la entonces ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, asistieron en Cartagena al Congreso de generadores de energía eléctrica, representantes gremiales y de las principales empresas del sector, cifras en mano, les advirtieron que el fenómeno de El Niño podría generar una disminución de la oferta de energía tal, que, si no se tomaban medidas, el país podría enfrentarse a un riesgo de apagón como en 1992.
Un mes antes, en mayo de 2023, la Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica (Asocodis) le había enviado una carta al presidente Petro en la que, como anticipación al Niño 2023-2024, recomendaba iniciar campañas para reducir el consumo de energía y agua, así como limitar las exportaciones de energía eléctrica.
No obstante, hasta el pasado 31 de marzo de 2024 el Gobierno se mantuvo firme en que no eran necesarias medidas adicionales para enfrentar la sequía. Ese día, incluso, el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, publicó en X que el país estaba en la etapa final del fenómeno climático y se había logrado pasarlo sin desabastecimiento de agua.
En las últimas dos semanas, ante el descenso del nivel de los embalses con los que se produce cerca del 70 por ciento de la energía eléctrica del país en temporadas normales, el Gobierno se ha apresurado con una serie de medidas para aumentar la participación de las termoeléctricas y otras fuentes de energía renovable no convencionales. Más recientemente, el Ministerio de Minas y Energía anunció un impulso al ahorro de energía en los hogares, mediante un incentivo económico.
La situación recuerda el fenómeno de El Niño de 2015-2016, que, aunque fue menos severo, también alertó del riesgo de racionamiento de energía y motivó al gobierno del momento –en alianza con el sector privado– a lanzar una campaña de uso eficiente de energía y agua, así como un incentivo económico al ahorro de energía y un “castigo” a quienes consumieran de más.
¿Medidas tardías?
Exministros de Minas y Energía le dijeron a CAMBIO que, efectivamente, consideran como tardías las medidas que está tomando el Gobierno para evitar un racionamiento. Además, destacaron la importancia del lenguaje que ha utilizado el Gobierno hasta el momento, ya que en su campaña y discurso han preferido hablar del cambio climático en general, que del fenómeno de El Niño en particular.
Uno de los exfuncionarios, quien prefiere no ser mencionado, agregó que “en esta coyuntura hay muchas discusiones abiertas y se están mezclando todas. El Gobierno habla de las tarifas de energía y ese es un problema del sistema, pero en el corto plazo el problema es de confianza en el sistema y de asegurar la oferta de energía necesaria”.
Por su parte, Camilo Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), agregó: “Las medidas son tardías, lo advertimos desde tiempo atrás. Ojalá que logremos sobrepasar este fenómeno, es una clara muestra de que hay que construir sobre lo construido y no cambiar lo que funciona. Es importante tener en cuenta que los fenómenos de El Niño anteriores permiten tener experiencias y lecciones aprendidas para la situación actual, sin embargo, cada situación de hidrología crítica tiene su propio impacto y duración. En ese sentido, las medidas anunciadas por el Gobierno en el momento actual deben evaluarse en función de su oportunidad y efectividad. Es positivo que se estén tomando medidas para abordar la situación y, por tal motivo, es necesario mantener constante monitoreo de la evolución del fenómeno de El Niño y la disminución de los niveles de los embalses”.
Además, los gremios y algunos exfuncionarios públicos también coinciden en que, como lección del incentivo de ahorro de energía en 2016, le habían advertido al Gobierno que tomar una medida de este tipo llevaría tiempo, ya que la reglamentación e implementación de la medida es compleja y, si se hacía con poco tiempo, de nuevo podría representar un reto adicional.
El reto de mediano plazo
Además de la sequía, al sector le afecta la ausencia de oferta de energía por proyectos que se licitaron y programaron hace años y que no han entrado al sistema, así como de otros que se han retrasado.
Aquí, el problema ha sido también de gestión del Gobierno. Por ejemplo, Natalia Gutiérrez, presidenta de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), explica que “en los últimos años se ha evidenciado un retraso continuo en los proyectos de generación y transmisión. Según XM, en el último año entró apenas el 17 por ciento de la nueva capacidad esperada de generación. Pero esta situación no es de ayer ni de 2023, realmente ha ocurrido en los últimos años: en 2021 ese porcentaje fue 7 por ciento y en 2022 fue 28 por ciento. Las principales causas de estas demoras se deben a conflictos sociales en el territorio y demoras en las consultas previas”.
La ausencia de oferta de energía (por retrasos u otros motivos) se ve así en esta gráfica de Acolgen:
Al final del día, el sistema de energía eléctrica, aunque es más fuerte que en 2016, se enfrenta a retos de corto y mediano plazo que necesitan planeación, previsión, gestión y el trabajo tanto del Gobierno como del sector privado y los consumidores.