Los tres guardianes de alias Iván Mordisco en el Cauca

Tras dos semanas de incertidumbre en el Estado Mayor Central, el Ejército interceptó una reunión entre alias Iván Mordisco y sus principales estructuras en el suroccidente del país que formalizó una alianza para la protección del jefe máximo de la organización. 

Según información de varias fuentes en el departamento del Cauca, la reunión se dio la segunda semana de abril. En ella Mordisco cerró un trato con los tres cabecillas de las estructuras de la zona, que se comprometieron a respaldarlo contra las operaciones militares.

Desde hace un mes, cuando se levantó el cese al fuego bilateral con el Gobierno nacional, las estructuras ilegales pidieron el apoyo de los otros frentes en el país, que les dieron la espalda. El único respaldo ha sido el de Mordisco, que en video del pasado 14 de abril pidió detener las operaciones de la fuerza pública.

Los tres alfiles 

Wilmar Pazu Rivera, alias Cholinga, es el principal cabecilla de la Dagoberto Ramos. Cuenta con unos 300 hombres en armas, además de redes de apoyo al terrorismo en cabeceras urbanas.

Fue firmante del acuerdo de paz entre la extinta guerrilla de las Farc y el gobierno de Juan Manuel Santos. De hecho, fue acreditado como desmovilizado mediante resolución 017 de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.

La Dagoberto Ramos, una de las estructuras más violentas del departamento, produce y comercializa coca y marihuana, reclutas menores, ejecuta asesinatos y secuestros.

“Su poder se deriva del control de las rutas del narcotráfico y de la comercialización de la marihuana en el triángulo de la marihuana: Toribío, Caloto y Corinto”, afirma un oficial de inteligencia.

El segundo alfil en el ajedrez de defensa de Mordisco es Óscar Eduardo Sandoval Noscué, alias Andrés Patiño, quien comanda la disidencia Carlos Patiño, que opera en los municipios del centro del Cauca.

Sandoval, de 36 años de edad, ingresó a las Farc como integrante de la columna Daniel Aldana, donde es el encargado de la instalación de explosivos y de las comunicaciones del grupo ilegal.

Por su experiencia, según inteligencia militar, fue enviado por Gentil Duarte para capacitar en cursos de operaciones de radio al personal del frente Oliver Sinisterra, en el Pacífico nariñense, debido a sus conocimientos empíricos en temas de telemática, reparación y técnicas para mejorar la señal de los equipos.

Gracias a Información de desmovilizados, se supo que ordenó la instalación de campos minados en los que varios integrantes de las disidencias y campesinos de la zona han resultado muertos y heridos, algo que ha generado malestar entre los mismos guerrilleros.

Según los seguimientos de la fuerza pública, Sandoval ejecutó asesinatos selectivos de pobladores que se negaban a sembrar o negociar coca.

Fue uno de los guerrilleros más cercano a alias Mayimbú antes  de ser nombrado como cabecilla del frente Carlos Patiño, con cerca de 250 integrantes con injerencia en los municipios de Morales, Cajibío, El Tambo, Patía, Balboa y Argelia, en el departamento del Cauca.

Según organismos de inteligencia, Sandoval, bajo las órdenes de alias Iván Mordisco, se hacía cargo de solucionar las diferencias entre varios grupos disidentes en los departamentos de Cauca y Nariño, con el fin de reunificar la organización y controlar las rutas ilegales.

Las autoridades dicen que posee fincas ganaderas, apartamentos y viviendas en la costa Atlántica y en el Valle del Cauca, que ha comprado con los pagos de cargamentos de droga. 

En su contra existen tres órdenes de captura por los delitos de homicidio, desplazamiento forzado y reclutamiento de menores.

El tercer alfil de Mordisco es alias Marlon Vásquez, encargado de los ataques con explosivos en la zona y comandante del frente Jaime Martínez, la estructura más beligerante en la región.

Su nombre real es Iván Jacobo Idrobo Arredondo. Es uno de los hombres más cercanos a Néstor Gregorio Vera, encargado de sacar de la zona a los integrantes de la Segunda Marquetalia, el ELN y la fuerza pública de una zona estratégica para el cultivo de coca.

Tiene varias investigaciones en su contra por extorsiones y secuestros, así como por atemorizar a líderes sociales, que deben cumplir sus órdenes.