Alexandra Hernández, presidente de la Asociación de Energías Renovables Colombia, SER Colombia.
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'Si no entran los proyectos de energía renovable, vamos a tener un déficit estructural a partir de 2027': SER Colombia
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En entrevista con CAMBIO, Alexandra Hernández, presidente de SER Colombia, el gremio de las energías renovables, habló de la necesidad de agilizar los trámites para la entrada de nuevos proyectos y del potencial de este tipo de energía para el país.
La transición energética requiere de energías más limpias como la solar y la eólica. A pesar de que en la actualidad hay alrededor de 50 parques solares con operación comercial, y hay dos proyectos eólicos que están aportando en energía, el sector tiene varios retos, como la demora en los trámites y la necesidad de mayor seguridad jurídica.
Alexandra Hernández, presidente de la Asociación de Energías Renovables Colombia, SER Colombia, conversó con CAMBIO sobre las oportunidades que tiene el sector y las acciones en las que necesita avanzar.
CAMBIO: ¿Qué tan grave es la situación energética que está afrontando el país?
Alexandra Hernández: Son muy importantes las medidas para el uso y el ahorro de energía que se están implementando, las medidas para que las plantas que generan energía con diferentes tecnologías inyecten y entreguen al mercado la mayor cantidad de energía posible. El país no debe escatimar esfuerzos, pero no podemos confiarnos ni bajar la guardia.
Esto deja un campanazo muy importante a futuro, sobre la importancia de que tengamos una base de generación más robusta. Otra historia estaríamos contando si todos los proyectos de La Guajira con energías renovables hubieran entrado. Es justo en estos momentos cuando más se necesitan las energías renovables, cuando hay baja hidrología, baja lluvia y más sol y viento. Esa es la importancia de que estos proyectos entren a tiempo.
Más allá de las medidas de las próximas semanas y que entren las lluvias, Colombia tiene que aumentar hacia 2027 la oferta de energía y si no entran todos los proyectos previstos en generación de energía, el país va a tener un déficit estructural a partir de 2027. Se tiene que aprender de este Fenómeno de El Niño qué se requiere para que la nueva generación de energía entre.
CAMBIO: ¿Era esta una crisis evitable?
A.H.: Nuestro sector y nuestra tecnología son nuevos, no tenemos los elementos de juicio para poder determinar eso. Lo cierto es que estamos donde estamos, ya no hay que llorar sobre la leche derramada y hay que mirar hacia adelante.
CAMBIO: ¿Qué rol tienen estas nuevas energías en la matriz energética?
A.H.: Colombia tiene una oportunidad enorme porque tiene diferentes tipos de energéticos y fuentes de energía para asegurar su soberanía energética. Tiene no solo energías fósiles, sino también hidráulicas, se complementan, y tiene potencial de recursos renovables como el sol, el viento, la biomasa… Es un gran abanico.
En SER Colombia estamos convencidos de que la transición energética es la posibilidad de diversificar la matriz de energía. No hay un solo energético perfecto, lo realmente deseable para un país es tener una matriz diversa que se complemente y pueda sacar lo mejor de cada uno. Las energías renovables tienen varios atributos, como menores emisiones, competitividad, costo razonable para los usuarios, tiempos de construcción que son relativamente cortos (si logramos acortar los tiempos de trámites). Por las proyecciones hacia 2027 el tiempo se está acabando, los proyectos tienen que entrar oportunamente.
Además, las energías renovables le ofrecen al consumidor la posibilidad de autogenerar en sus casas, industrias, establecimientos comerciales y en las fincas.
CAMBIO: ¿Cuántos proyectos hay actualmente?
A.H.: Esto es muy importante. En la primera semana de enero arrancamos con 500 megavatios (MW), con alrededor de 50 parques con operación comercial. En los últimos tres meses entraron seis proyectos a operación y hay 13 proyectos más en pruebas, aunque ya están entregando energía al sistema. Con esa mezcla actualmente estamos totalizando una entrega de 1.700 MW de energía renovable, mayoritariamente solar y un par de proyectos eólicos.
Con esos megavatios que hoy se están entregando al sistema tenemos la posibilidad de tener el consumo equivalente de 2 millones y medio de colombianos, y pasamos de menos de 3 por ciento de capacidad de generación de la energía eléctrica a una participación de 9 por ciento de esa capacidad total de energía. Hay intermitencias, en la noche la generación es menor, pero esta es una capacidad relevante.
CAMBIO: Mencionaba que hay unos proyectos que se necesita que entren oportunamente, ¿qué pasa con ellos?
A.H.: Tenemos que ser realistas también con los desafíos. Las energías renovables son más que un PowerPoint de buenas intenciones, somos una industria que quiere invertir a largo plazo. El principal desafío en este momento es acelerar la lenta entrada de la operación de los proyectos.
Adicional a estos proyectos que están entregando energía, tenemos 44 proyectos más, que están en etapas más tempranas de desarrollo, pero si logran surtir sus trámites podrían iniciar operación a finales de 2024 o 2025. Son 1.800 MW más, y no es solo importante que entre para diversificar la matriz, sino que es una energía que se necesita que entre para el año 2027.
CAMBIO: ¿Cuánto se demoran, del papel a la generación, estos proyectos?
A.H.: Ese es el gran reto. Un proyecto, por pequeño o sencillo que sea, surte alrededor de 15 tipos de trámites y la construcción dura alrededor de 12 meses o un año. El tiempo de entrada total está entre tres y seis años, es un tiempo exagerado, porque significa que el 70 por ciento del tiempo los proyectos se nos van en trámites, así sean proyectos de una relativa o rápida construcción. Nos demoran construyendo un año y entre tres y cinco años con los permisos. Pero no es un tema exclusivo de la industria renovable, es algo que pasa en todas las industrias.
CAMBIO: Hoy estamos en una crisis energética. Al ser proyectos fáciles de construir, ¿está tomando medidas adicionales el Gobierno para acelerar estos trámites?
A.H.: Reconocemos los esfuerzos del Ministerio de Minas y la Upme (Unidad de Planeación Minero Energética) para apoyar la articulación con las diferentes entidades. Quincenalmente nos reunimos con el Gobierno y las gobernaciones y hacemos seguimientos a los proyectos, pero toca redoblar esfuerzos. Necesitamos señales regulatorias claras de que se tienen que flexibilizar estos procesos, especialmente los relacionados con las conexiones a la red de transmisión. Se necesita certidumbre para que la Upme se flexibilice y tenga procesos más simples, y también se deben facilitar las condiciones, porque para los inversionistas todo esto es muy importante para la viabilidad de los proyectos.
CAMBIO: ¿Qué está pasando con los parques eólicos?
A.H.: La familia eólica es una apuesta importante de la cual el país no puede prescindir. Son energías que se necesitan para finales de la década. Hemos venido haciendo seguimiento a alrededor de 18 proyectos, de ellos hay ocho en revisiones profundas de si continúan o no, los otros diez siguen apostándole a si van a entrar. De esos diez proyectos, hay dos entregando energía. De los otros ocho, una parte ya tiene licencia ambiental, y la otra está avanzando. Su entrada al mercado o su inicio de construcción dependen de que entren las obras de la línea de transmisión Colectora.
CAMBIO: Si ingresan más proyectos con energías renovables, ¿podría bajar el costo de la energía que pagan los usuarios?
A.H.: En la medida en que estas energías sean significativas y relevantes en la matriz, van a generar precios más competitivos para los usuarios. Es probable que con la participación que tenemos hoy aún no se sienta un impacto, será un tema que veremos a futuro. A corto plazo se perciben beneficios directos con el costo de la luz cuando se autogenera en las viviendas y comercios. Nuestras empresas afiliadas nos dicen que los usuarios se ahorran entre un 30 y un 100 por ciento en la factura de la luz.
CAMBIO: ¿Cómo ve el plan de transición energética del Gobierno?
A.H.: Somos empresa privada, creemos en Colombia y tenemos una apuesta de largo plazo que trasciende gobiernos. Como sector estamos alineados, pero sí hay un reto, no solo nos preocupa el largo plazo, sino qué va a pasar a la vuelta de tres años. Quisiera levantar una alerta para todos los colombianos, no podemos ser indiferentes. Lo que está en juego es que a la vuelta de tres años tenemos que afrontar un déficit si estos proyectos no entran. Estamos cortos.