¿Qué pasa si no se desarrollan todos los proyectos de energía? Esto dicen los expertos de la U. Nacional

A junio de 2023 se tenía registro de 362 proyectos, cuya capacidad instalada ascendería a 19.234 MW.

Crédito: Freepik

30 Octubre 2023

¿Qué pasa si no se desarrollan todos los proyectos de energía? Esto dicen los expertos de la U. Nacional

Un estudio elaborado por un grupo de investigadores de la Universidad Nacional simuló cinco escenarios y alertó sobre la necesidad de garantizar la energía en firme para suplir la demanda que enfrentará el país en los próximos 13 años.

Por: Laura Lucía Becerra Elejalde

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Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional presentó un estudio sobre el sistema eléctrico en el país, en el cual se evaluó la capacidad de abastecimiento que tiene Colombia en relación con la demanda de energía que se espera para los próximos años. 

La investigación independiente, que contó con financiación de Acolgen, el gremio de los generadores de energía, simuló cinco posibles escenarios con diferentes niveles de estrés, o de contingencia, en el sistema eléctrico para evaluar qué pasaría si no entran los proyectos esperados de acá a 2036. 

De acuerdo con Santiago Arango Aramburo, director del equipo de investigadores, la gran conclusión del estudio es que “la energía en firme con la que cuenta el país no sería suficiente para abastecer toda la demanda. Y habría un balance negativo de energía formal para todos los escenarios desde 2035”.

¿Cómo está conformada la matriz energética en Colombia? 

Tal como destaca el estudio, Colombia tiene una matriz de generación de electricidad predominantemente renovable, en la cual 66,2 por ciento de la energía proviene de fuentes hidráulicas, 30,6 por ciento de fuentes térmicas y 2 por ciento de energía solar. 

“Consistente con la capacidad, la generación de energía en Colombia depende del clima. Si tenemos una alta generación hidráulica la generación de energía va a depender de la disponibilidad del agua, eso va a depender de cuánto llueva, y por ende del fenómeno de El Niño”, comentó el académico. 

"Los últimos dos escenarios son los más críticos, pues en ambas simulaciones la energía firme no sería suficiente para abastecer toda la demanda del país a partir del año 2027, es decir, en cuatro años". 

Esto es necesario para garantizar la energía en firme, que hace referencia a la capacidad que se requiere para que la electricidad esté disponible en todo momento, incluso cuando haya una alta demanda o variaciones climáticas. 

El problema que reconoce el estudio es que, según proyecta la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), la demanda eléctrica crecería entre 2,2 por ciento y 3,4 por ciento en este lapso de tiempo, así que se deben tomar medidas para poder suplir al mercado y anticipar las necesidades en torno a la expansión en generación eléctrica. 

“Si estamos en un país que está creciendo en demanda necesitamos una mayor oferta de energía, por lo tanto tenemos que garantizar que los proyectos que se están haciendo salgan adelante”, explicó Arango.

El documento destaca que, a junio de 2023, se tenía registro de 362 proyectos, cuya capacidad instalada ascendería a 19.234 MW. De estos 85 por ciento son de energía solar, 12,6 por ciento hidráulica y 1,8 por ciento de eólica.

 

¿Cuáles son los posibles escenarios que enfrenta el país?

Los investigadores compararon la cantidad de energía eléctrica disponible, y la cantidad de energía eléctrica que se requiere para consumo, y analizaron qué pasaría si no entran los proyectos esperados a 2036. 

"La energía en firme hace referencia a la capacidad que se requiere para que la electricidad esté disponible en todo momento, incluso cuando haya una alta demanda o variaciones climáticas". 

En el primer escenario, el mejor de los casos, y que funciona como punto de partida, se asume que entran todos los proyectos que hoy cuentan con un punto de conexión asignado y garantías. Esto quiere decir que el país debería doblar su capacidad instalada actual de acá a 10 años, lo que resultaría en una capacidad instalada de 19.234 MW, y garantizaría la energía en firme hasta 2034. 

El segundo escenario asume que entran solo los proyectos fuera de zonas de conflictos potenciales, como son La Guajira, Cesar y Magdalena, lo que implicaría que entraría el 79 por ciento de los proyectos de energía, y resultaría entonces en 15.305 MW de energía instalada. Bajo este supuesto la energía en firme del país alcanzaría hasta 2033

El tercer caso excluye no sólo los proyectos en zonas de conflicto, sino también proyectos hidroeléctricos pendientes, como la etapa II de Hidroituango, lo que resultaría en una capacidad instalada de 15.187 MW, es decir, 78 por ciento frente al escenario base, de modo que la energía en firme solo sería suficiente hasta 2030. 

Los últimos dos escenarios son los más críticos, pues en ambas simulaciones la energía firme no sería suficiente para abastecer toda la demanda del país a partir del año 2027, es decir, en cuatro años. 

El cuarto escenario parte de que solo se lleguen a construir los proyectos que no dependan del desarrollo de otros proyectos, como redes de interconexión, para su viabilidad, con lo cual entraría alrededor del 45 por ciento del total de la energía estimada en el primer escenario, lo que resultaría en 8.572 MW. 

Y en el último escenario se asume que solo entran proyectos que tiene compromisos de ingresar al sistema u otros compromisos de venta de energía adquiridos en subastas, con lo que el país solo contaría con 19 por ciento de la capacidad instalada en el escenario base, que sería lo mismo que 3.592 MW. 

De acuerdo con el estudio, el escenario más crítico puede ser también “el más realista”, pues “lo componen los 26 proyectos que tienen compromiso de mercado para ingresar antes de 2027 (garantías, contratos, puntos de conexión asignados)”.  

De esos 26 proyectos, 17 están ubicados en la región caribe, incluido los ubicados en La Guajira, que dependen del desarrollo de la línea de transmisión Colectora para poder iniciar su operación. Esta línea de transmisión tenía como fecha de entrada inicial el año 2022 y hoy no se tiene seguridad sobre su fecha de inicio de operación. 

No estamos pronosticando una catástrofe, estamos hablando de la importancia de una planeación robusta para evitar estos escenarios”, dijo Arango, quien añadió: “Queremos anticipar los desafíos de expansión, porque expandir el sistema no es algo que se haga de la noche a la mañana, expandir la capacidad toma tiempo, no solo para construir, sino para financiar y tomar decisiones”, explicó el investigador. 

El académico también explicó que, dado que estos modelos son dinámicos a lo largo del tiempo, también puede haber un balance positivo si hay excedentes de energía, porque depende de la entrada de los proyectos. 

Finalmente, el estudio sugiere que la expansión de la generación energética se complemente con tecnologías diferentes a la solar, porque su intermitencia la hace inestable. Es por ello que es urgente pensar en nuevas formas de operar y nuevas formas de almacenamiento, dado que “la seguridad del suministro de electricidad estará comprometida si no se expande el sistema de transmisión nacional”.
 

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