La Superfinanciera les pide a los bancos otro colchón si quieren seguir prestando
30 Noviembre 2022

La Superfinanciera les pide a los bancos otro colchón si quieren seguir prestando

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

La Superintendencia Financiera les exigirá a los bancos hacer una provisión adicional por cada crédito de consumo de largo plazo, para evitar problemas en la desaceleración de 2023.

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Hace cinco meses, en la Convención Bancaria, el superintendente financiero Jorge Castaño les pidió a los bancos ser más cuidadosos con la selección de los consumidores a los que les ofrecían y otorgaban créditos, pues el endeudamiento –como porcentaje del gasto– estaba creciendo en los hogares; mientras el tiempo en el que los endeudados empezaban a colgarse en sus cuotas era cada vez menor.

Ahora, el superintendente les da una instrucción clara: dado que los créditos de consumo de largo plazo están creciendo, y que se aproximan tiempos difíciles para los bolsillos, los bancos necesitan un colchón adicional para evitar que las cosas se salgan de control. 

Este martes, la Superintendencia publicó una circular en la que les exige a los bancos crear una provisión adicional equivalente al 10 por ciento del monto prestado para los créditos de consumo con plazos entre seis y nueve años. Si el crédito tiene plazos más amplios, el porcentaje será más elevado.

De acuerdo con la circular, los bancos también deberán evaluar el total de los créditos de consumo que han entregado a sus clientes y crear otra provisión adicional para los recursos que puedan estar en riesgo de caer en mora.

El sistema financiero tiene varias provisiones o colchones para evitar una crisis en caso de que, en una situación anormal, muchos de los consumidores sean incapaces de cumplir con sus obligaciones financieras: la reserva legal, que ya llega a los 54,3 billones de pesos; la ocasional, que anda en los 13,5 billones de pesos; y las provisiones totales del sistema, que se acercan a los 38 billones. También hay un colchón de provisiones contracíclicas, que están en 5 billones de pesos y que fueron usadas en parte durante la pandemia y ya se recuperaron.

La razón para pedir un nuevo colchón

Durante su presentación en la asamblea general de Anif, el superintendente Castaño explicó que los consumidores no han sido tan sensibles a la subida de las tasas de interés y que, más bien, están alargando los plazos de sus créditos. Ahora, el 49,8 por ciento de los créditos de consumo se originan con plazos mayores a seis años; cuando seis años atrás, en 2016, los créditos de más de seis años eran solo el 43,92 por ciento.

El problema de alargar los plazos de los créditos, o de las cuotas de las tarjetas de crédito, así como de entregar créditos de consumo con plazos que desde el principio son más largos, es que los consumidores tienen cuotas más pequeñas cada mes, pero acumulan más deudas. En el acumulado, su carga de endeudamiento es más alta. Eso es un motivo de vigilancia para las autoridades, pues el próximo año se espera una desaceleración económica, lo que significa que algunos podrían perder la capacidad de responder por sus obligaciones. 

Aunque por ahora no es un motivo de alarma, la Superintendencia Financiera dice que sí deben tomarse precauciones. En un ejercicio en el que contó con la ayuda del Fondo Monetario Internacional, la entidad midió la resistencia del sistema financiero ante un posible problema de pagos de los consumidores y encontró que se necesitaría que los bancos pierdan mínimo 50,8 billones de pesos para comprometer al sistema financiero. 

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