¿Qué tan responsable es aumentar el salario mínimo por encima de la inflación?
5 Diciembre 2022

¿Qué tan responsable es aumentar el salario mínimo por encima de la inflación?

Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño

Un salario mínimo por encima de la inflación no precisamente beneficia a los más pobres; en cambio, sí propicia más inflación, sobre todo entre los más vulnerables. ¿Cómo se resolverá el dilema?

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En el penúltimo mes del año, la inflación nuevamente fue más alta que las expectativas de los analistas. Llegó al 12,53 por ciento anual, la más alta desde marzo de 1999, y amenaza con dejar el registro total del 2022 al menos en el 13 por ciento, según los expertos. Esos dos datos, el que se espera y el que sucedió hasta noviembre, son los que se utilizan en la mesa de negociación del aumento del salario mínimo para 2023. 

El senador Gustavo Bolívar, quien hace parte del partido de gobierno y durante la reforma tributaria era constantemente corregido por el mismo gobierno, dijo en su cuenta de Twitter el domingo, horas antes de que se conociera el dato de inflación, que el aumento del salario debería ser de 20 por ciento, por el incremento que han tenido los alimentos este año y su impacto en los bolsillos de los más pobres. 

Gustavo Bolívar salario mínimo

Aunque la inflación en el promedio nacional fue de 12,53 por ciento anual en noviembre, para los hogares pobres, según los cálculos del Dane, fue de 14,34 por ciento, mientras que para los vulnerables fue de 14,17 por ciento. En ambos casos es más del doble que el incremento de precios que se había visto en noviembre de 2021, al compararlo con el 2020.

El experto Jorge Llano advierte que, a la hora de definir el incremento del salario mínimo, hay que tener en cuenta varios puntos, por ejemplo, que la mayoría de hogares pobres está compuesto por trabajadores que reciben menos del salario mínimo.

“Son los más afectados por los incrementos del salario mínimo, pues no los cubre ante el crecimiento de la inflación y sí los expulsa al desempleo o los envía a la informalidad laboral”, destacó.

En Colombia, la medida más común de informalidad laboral es el registro de cotizaciones al sistema de seguridad social –aportes al sistema de salud y ahorros para pensión–, pero la barrera para aportar a este sistema es que el trabajador debe aportar con un ingreso que sea, por lo menos, de un salario mínimo, lo que deja por fuera a quienes reciban menos de ese monto cada mes. Alguien que quiera hacer aportes sobre 500.000 pesos, por ejemplo, tendría que hacerlo sobre una base del salario mínimo, es decir, un millón de pesos. Si el salario mínimo sube, la dificultad para quien devenga menos del salario mínimo es mayor.

“Los incrementos del salario mínimo no cubren a la población más pobre y sí los puede afectar aún más porque los incrementos del mínimo pueden llevar a más incrementos en la inflación; luego, esa población –más del 40% de ocupados– se llevaría tres efectos: el actual de inflación, el de informalidad y el efecto adicional sobre inflación por incremento del mínimo”. 

La economista y exdirectora del Banco de la República Carolina Soto considera que “es muy importante reiterar el impacto que tiene la inflación sobre la población más pobre y vulnerable. La inflación de hecho se conoce como el impuesto de los pobres, porque son las personas que no tienen cómo cubrirse frente a una pérdida del valor del dinero. Si tienen 100 pesos en el bolsillo, ya valen 88, porque incrementó el nivel de vida y no tienen cómo cubrirse, no tienen activos financieros que les generen rendimientos, no tienen ninguna opción más que el efectivo en sus bolsillos o tienen deudas que cada vez van a ser más difíciles de pagar. Todo en una economía que tiene altos niveles de pobreza y pobreza extrema”.

Un estudio reciente sobre el tema, a cargo de un grupo de economistas encabezado por Luis Eduardo Arango-Thomas y publicado por el Banco de la República, demostró que cada año en el que el salario mínimo aumenta un punto porcentual por encima de la inflación, el país pierde mínimo 46.000 y máximo entre 70.000 y 72.000 puestos de trabajo. Los puestos de trabajo que más se pierden son los menos calificados, es decir los de aquellos que tuvieron menos recursos para educarse y por lo tanto tienen menos posibilidades de obtener trabajos de menor calidad. 

En cuanto a la variación de precios, el estudio también muestra que los efectos son más fuertes en los primeros meses del año, pero hasta mayo se pueden sentir incrementos de precios como consecuencia del aumento del salario mínimo. 

Para Soto, el incremento del salario mínimo para 2023 no debería superar al dato de inflación, ni siquiera se debería sumar el cálculo de productividad, que según el Dane fue de 1,24 por ciento “Sería lo más responsable, para evitar encarecer todavía más la generación de empleo formal y no afectar en mayor medida a las personas de menores ingresos”. 

El país también está a la espera de las medidas de desindexación del salario mínimo, con las que el gobierno espera reducir el impacto del incremento salarial sobre la inflación. Pero, advierte Soto, esta medida no será suficiente pues muchos contratos privados también están atados al incremento del salario mínimo.

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