Alcaldía de Bucaramanga ya sabía de problemas en la telegestión del alumbrado
Crédito: Yamith Mariño
Nicolás Cobos, entonces encargado del alumbrado público de la ciudad, advirtió las demoras del contratista para cumplir el millonario contrato y solicitó que lo sancionaran. Los riesgos fueron recibidos pero no acatados.
Por: Juan Pablo Vásquez
El contrato de 14.680 millones de pesos para la implementación de la primera fase de la telegestión en el alumbrado público de Bucaramanga tiene contra las cuerdas al alcalde Juan Carlos Cárdenas. Mientras él y varios miembros de su administración aseguran que el proyecto —cuya liquidación se inició el pasado 24 de junio— funciona según lo planeado, la interventora presentó un informe final en el que detalló más de diez fallas e inconsistencias que demostrarían todo lo contrario. De darse el visto bueno a esta primera fase, se procedería a la etapa posterior que, a su vez, abriría la puerta a las fases subsiguientes de toda la telegestión de las luminarias, que están estimadas en cerca de 50.000 millones.
Para profundizar
En medio de todo este revuelo, Cambio conoció un documento en el que el entonces encargado del alumbrado público, el ingeniero Nicolás Cobos, solicita el inicio de un proceso sancionatorio en contra del contratista del proyecto, Unión Temporal Bucaramanga Inteligente, por atrasos injustificados “en la instalación e implementación del sistema de gestión inteligente”. Cobos presentó sus quejas cuando solo faltaban cuatro días para la finalización del contrato, el pasado 19 de mayo. En su criterio, la Unión Temporal no alcanzaría a cumplir con el plazo estipulado y lo procedente era sancionar. Sin embargo, en vez de acceder a la petición de Cobos, la Alcaldía dio una nueva prorroga (ya anteriormente había concedido otras dos) de 30 días al contratista.
“La prórroga vence el próximo 23 de mayo de 2022, habiendo transcurrido el 98,32 % del plazo contractual y quedando solamente el 1,68 %, avizorando desde ya el incumplimiento dentro del plazo contractual del objeto de la orden de operación”, señaló Cobos en el documento.
Adicionalmente, el ingeniero indicó que el contratista no contaba con un programa para subsanar sus retrasos en lo que restaba de contrato. “El Comitente Vendedor no presentó plan de contingencia para recuperar el atraso que presentaba, en cumplimiento de los compromisos adquiridos en los diferentes comités de seguimiento”, apuntó.
Lo anterior prueba que Cobos, en su condición de director de la Oficina de Alumbrado Público, fue enfático con la administración sobre las dificultades que tendría el contratista en cumplir cabalmente con sus obligaciones en los tiempos establecidos. En el mismo sentido, aunque con mayor profundidad, también se pronunció la firma encargada de la interventoría de la telegestión en sus dos informes sancionatorios y su informe final. El contenido de esos informes es actualmente desestimado por el alcalde Cárdenas, Sarahay Rojas, su secretaria de Hacienda, y Édson Gómez, asesor TIC del gobierno municipal, quienes insisten en que el contrato no requería interventoría por haber sido tramitado en la Bolsa Mercantil.
Para profundizar
Pero Cobos fue más allá y también advirtió sobre las consecuencias negativas de seguir adelante con el contrato en caso de que la Unión Temporal Bucaramanga Inteligente continuara con sus incumplimientos.
“El incumplimiento por parte del Comitente Vendedor causa un impacto sustancialmente negativo en el cumplimiento de los fines del objeto de la operación en comento y afectan el cumplimiento de las metas del Plan de Desarrollo establecido por el municipio de Bucaramanga para la vigencia 2021, lo cual podría acarrearle investigaciones disciplinarias al secretario de infraestructura y al alcalde municipal”, agregó.
Los riesgos resaltados por Cobos fueron recibidos pero no acatados. Al dar una última prorroga, la alcaldía extendió el tiempo de entrega para el contratista e hizo caso omiso a las observaciones hechas por su funcionario. Así las cosas, solo un mes después de entregar el documento en mención, Cobos renunció irrevocablemente y dejó sus funciones en medio de una nube de incertidumbre por el futuro de la telegestión en las luminarias.
Según Vanguardia, el periódico de la capital santandereana, el asesor TIC, Édson Gómez, quien hoy es la cara más visible del proyecto, también presentó su renuncia y Juan Carlos Cárdenas no la aceptó. En paralelo, la lluvia de críticas no cesa y los detractores de la administración siguen empeñados en afirmar que el proyecto no funcionará.
Está por verse a qué conclusiones llega el muestreo recientemente contratado por la Alcaldía de Bucaramanga para la revisión de las luminarias de la ciudad y si estas tendrán alguna incidencia en el desembolso de los 14.680 millones de pesos al contratista. Lo cierto es que la interventoría no dejó bien parado al proyecto y sería llamativo que un contrato de mínima cuantía, que nunca estuvo presupuestado en el proyecto, resulte suficiente para permitir el pago.