El domingo de Petro
13 Marzo 2022

El domingo de Petro

A pesar de la debilidad del centro, cualquiera sea su candidato, tiene más posibilidad de ganarle a Petro que el que resulte ganador en el Equipo por Colombia.

Crédito: Colprensa

Son varios los duelos de titanes que quedarán saldados al término de esta primera temporada de la novela electoral: renovación vs. continuismo; maquinaria vs. opinión; izquierda vs. derecha; y paradójicamente centro vs. centro;. De todas maneras, desde ya, se anticipa que el mayor ganador será Gustavo Petro. 

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La suerte está echada. En la jornada de hoy, luego de meses de una campaña que de normal tuvo poco, los colombianos acudirán a las urnas para elegir a sus representantes en el Congreso y definir quiénes serán los ganadores de la candidatura de las tres coaliciones que se van a medir el aceite. Hace cuatro años hubiera sido difícil imaginar una realidad política tan convulsionada como la que existe hoy. El panorama, horas antes de que se abran los comicios, es realmente atípico. 

Los partidos fueron reemplazados por las coaliciones; pasamos de una elección presidencial de dos vueltas, a una de tres; Álvaro Uribe, con quien había que tomarse la foto para poder llegar a la Casa de Nariño, ahora tiene que esconder sus verdaderos deseos electorales para que su mala hora en la opinión no perjudique a sus fichas ocultas; un candidato de izquierda es el indiscutible favorito y se perfila para elegir la bancada más grande en el Senado; políticos de vieja data se inscriben por firmas para posar de outsiders; académicos y antipolíticos se abrazan con las maquinarias para hacer viable su triunfo; los partidos de mayor tradición llegan a las urnas sin que tengan un candidato propio; un millonario empresario se adueña del discurso anticorrupción, sin mayor autoridad moral para ello, y logra entrar al podio en las encuestas; un aspirante, acusado de lo divino y de lo humano, recoge millones de firmas en pocos días, no da entrevistas ni va a los debates y parece inmune a los escándalos; un exvicepresidente, zorro viejo de la política, espera paciente los resultados de hoy para definir si entra a patear el tablero en el último minuto; el centro se une para dividirse.  

"César Gaviria, quien a esta altura todavía no ha elegido a su ficha presidencial, curiosamente, sin tener candidato propio, podría tener en sus manos la Presidencia de Colombia".

A los políticos, cada que se inscriben como candidatos para lo que sea, siempre se les oye decir que “estas son las elecciones más trascendentales de la historia reciente”. Sin embargo, ese desgastado eufemismo en este caso puede ser bastante acertado. Es mucho lo que está en juego. Aunque todos los resultados de hoy van a redefinir el mapa político, el que realmente va a pesar para marcar la cancha será el caudal de votos que logre el Pacto Histórico.

Pacto Histórico
Es cierto que Gustavo Petro despierta miedos en las filas de varios partidos. Pero no hay nada que le dé más miedo a un político que perder y quedarse sin su tajada de la torta burocrática.

De ese número, tanto en la consulta como en el Congreso, dependerá todo lo demás. No cabe la menor duda de que el ganador de la contienda por la candidatura de la izquierda se llama Gustavo Petro. La pregunta no es si va a ganar, sino de qué tamaño va a ser esa victoria. Uno será el panorama si el líder de la Colombia Humana obtiene unos 4 millones de votos y 12 senadores, y otro muy diferente si Petro se acerca a los 7 millones, como predicen algunas encuestas, y logra la anunciada meta de elegir un número de legisladores más cercano a 30 que a 20. Si barre de esa manera, es probable que la carrera por la presidencia quede resuelta en la primera vuelta.

Petro y su fuerza política enfrentan este domingo un escenario que es a la vez favorable y adverso pues, aunque van a salir en hombros, podrían acabar siendo víctimas de una realidad que ellos mismos crearon. Obtener la bancada más grande en el Senado, como probablemente va a ocurrir, es un triunfo que no tiene precedentes para la izquierda colombiana. Sin embargo, Petro ha creado una expectativa muy difícil de lograr y, así, su gran victoria electoral podría llegarle con cierto sabor a derrota. Lo cierto es que para Petro sacar 30 senadores, por más fenómeno político que sea, es virtualmente imposible. Los partidos tradicionales saben perfectamente que este domingo se están jugando la vida y, por eso, más que nunca, han prendido los motores de sus maquinarias a todo vapor. 

"En la derecha, como en el centro, todavía hay tres caballos vivos en la carrera: Federico Gutierrez, Álex Char y David Barguil. Si para hacer predicciones nos acogiéramos a lo que dicen las encuestas, lo más probable es que el ganador sea Fico".

Si Petro logra algunas de las ambiciosas metas que se ha propuesto para los comicios de hoy, es probable que una parte importante de la clase política termine rendida a sus pies a partir de este lunes. Es cierto que el senador de la Colombia Humana despierta miedos en las filas de varios partidos. Pero no hay nada que le dé más miedo a un político que perder y quedarse sin su tajada de la torta burocrática. Por eso en este país el partido más grande se llama el partido de gobierno. Si la victoria de Petro empieza a verse inminente, los gamonales de siempre, en lugar de combatirlo, van a unirse a su causa y a levantar sin sonrojarse las banderas de la izquierda. 

En el Pacto Histórico el destino está escrito. Pero, en cambio, tanto en la consulta del centro como en la de la derecha puede haber sorpresas. En la Coalición de la Esperanza, aunque Sergio Fajardo ha liderado las encuestas desde que se inscribió, los desarrollos del último tiempo dejaron un panorama en el que cualquier cosa puede pasar. La salida de Íngrid Betancourt de esas filas, y su publicitado agarrón con Alejandro Gaviria, cambiaron el ajedrez de la competencia. Las maquinarias entraron por la puerta lateral de Alejandro Gaviria y la pelea quedó servida entre tres posibles ganadores: Un Fajardo que no logra sorprender, un Galán que no emociona pero tampoco suscita grandes rechazos, y un Gaviria en el que el pragmatismo ha prevalecido sobre los principios. Como esa coalición está rota por dentro, el destino del centro será muy distinto en función de cuál de ellos se haga a la victoria, y es prácticamente imposible convencer a los electores de que el ganador hará un gobierno de equipo.

Coalición Esperanza
El resultado de la consulta de la Coalición de la Esperanza será determinante. Si gana Fajardo o Galán la apuesta será pasar a la segunda vuelta y consolidar en torno al candidato de centro todo el antipetrismo, pero también el antiuribismo. En cambio, si el ganador es Gaviria, la apuesta será mucho más convencional.

Fajardo va de primero. Pero eso puede obedecer más a un conocimiento de la gente que votó por él hace cuatro años, o hace ocho, que a entusiasmo por el candidato. Galán aparece de segundo en la mayoría de las mediciones. Tampoco es imposible que el peso de la marca de su apellido le dé un impulso y pueda superar a Fajardo. Pero dentro de esa consulta el verdadero palo podría ser Alejandro Gaviria. Si bien el exrector no ha despegado en las encuestas, los apoyos que recibió de cuestionados grupos políticos podrían acabar dándole, a punta de maquinaria, el respaldo que no pudo lograr en la opinión. Está por verse si esa apuesta le funcionó.

El resultado de la consulta del centro será determinante. Si ganan Fajardo o Galán la apuesta será pasar a la segunda vuelta y consolidar, en torno al candidato de centro, todo el antipetrismo, pero también el antiuribismo. En cambio, si el ganador es Gaviria, la apuesta será mucho más convencional. Se tratará simplemente de juntar todos los aparatos políticos alrededor de la vendedora idea de cerrarle el paso a Gustavo Petro. Lo curioso es que llegado ese caso Gaviria necesitaría más a los políticos tradicionales que ellos a él y no sería raro que desembocara en un gobierno muy parecido a los ya vistos. Manejo económico neoliberal, discurso social puramente retórico y continuismo real. 

"La foto del Congreso es importante, no solamente para los posibles escenarios de gobernabilidad del próximo presidente, sino para definir quién se queda con la Casa de Nariño".

La paradoja es que a pesar de la debilidad del centro, cualquiera que sea su candidato, tiene más posibilidad de ganarle a Petro que el que resulte ganador en el Equipo por Colombia.

Tanto en la derecha, como en el centro, todavía hay tres caballos vivos en la carrera: Federico Gutiérrez, Álex Char y David Barguil. Si para hacer predicciones nos acogiéramos a lo que dicen las encuestas, lo más probable es que el ganador sea Fico. Ahora, las encuestas no miden la maquinaria y eso es justamente lo que les sobra a Char y a Barguil. De los tres, Gutiérrez puede ser quien menos estructuras políticas tenga bajo la manga, aunque mucho se comente que es él el verdadero candidato de Uribe, y en los últimos tres días se ha desatado una campaña para que el Centro Democrático vote por él. Por eso no es difícil establecer que detrás del boom en redes sociales están los tradicionales bodegueros de Uribe. Su eventual triunfo depende enteramente de qué tanto se mueva la militancia del Centro Democrático en las consultas de hoy. Si el uribismo sale a votar, las posibilidades de Fico pueden ser buenas. Ahora, si los uribistas se quedan en la casa con la esperanza de que Óscar Iván Zuluaga despegue algún día, Fico la tiene de para arriba. Las maquinarias de Char y Barguil no tienen competencia. El primero, además de estar muy cerca de Fico en las encuestas, es la punta de lanza de un clan que lleva décadas haciéndose elegir con una milimétrica estrategia que combina plata, poder, contratos, y votos para botar para el techo. Como si fuera poco, se gastó los últimos cartuchos de su campaña en redes sociales mostrando fotos suyas acompañado de María Fernanda Cabal, quien para muchos representa al verdadero uribismo, a pesar de que Uribe le dio el triunfo a Óscar Iván Zuluaga. En materia de maquinaria, Barguil no se queda atrás. Además de ser el candidato oficial del Partido Conservador, es también cordobés, y en su tierra ha surgido una especie de coalición tácita y multipartidista para elegirlo. Si el Partido Conservador le pone un millón y medio de votos, y Córdoba quinientos mil más, es muy posible que esta noche Barguil sea el candidato de la derecha. 

Equipo por Colombia
Quien resulte ganador en el Equipo por Colombia tendrá que compartir los votos de la derecha con Rodolfo Hernández, Óscar Iván Zuluaga, Enrique Gómez y, posiblemente, Germán Vargas Lleras. 

Aunque no dentro de las coaliciones, la derecha tiene otras cartas por jugar a partir del lunes. Quien resulte ganador de la contienda del llamado Equipo por Colombia tendrá que compartir los votos de la derecha con Rodolfo Hernández, Óscar Iván Zuluaga, Enrique Gómez y, posiblemente, Germán Vargas Lleras. Con tantos candidatos de derecha en la baraja, las matemáticas simplemente no les darían para pasar a segunda vuelta. No hay cama para tanta gente. Entonces, probablemente, de este lunes en adelante vendrán adhesiones, alianzas y hasta renuncias. En esas filas la consigna es clara: hay que vencer a Petro a como dé lugar, y nadie apuesta mucho por la continuidad de Óscar Iván Zuluaga. 

Dentro de todo este ajedrez el peso de los resultados del Congreso será enorme. Lo que se anticipa en esa contienda es un reparto curioso: mientras que en el Senado el voto de opinión puede imponerse sobre la maquinaria, en Cámara los partidos tradicionales seguirán mandando la parada. Hay dos realidades cantadas: la bancada de Petro va a ser la más grande y la del Centro Democrático va a perder al menos 6 o 7 senadores. Habrá que ver si Cambio Radical saca un resultado lo suficientemente atractivo como para que Vargas Lleras se meta en la carrera y trate de desbancar a Char, quien progresivamente se le ha venido quedando con su partido. Esa OPA es la que no le gusta a Vargas Lleras.  

La foto del Congreso es importante, no solamente para los posibles escenarios de gobernabilidad del próximo presidente, sino para definir quién se queda con la Casa de Nariño. César Gaviria, quien a esta altura todavía no ha elegido a su ficha presidencial, curiosamente, sin tener candidato propio, podría tener en sus manos la Presidencia de Colombia. Si al Partido Liberal le va bien en las elecciones de hoy, logra mantener su bancada, en una contienda tan reñida, esos votos liberales pueden acabar convertidos en el fiel de la balanza. Si Gaviria logra su cometido en los comicios legislativos, su poder de negociación será enorme. El Partido Liberal de hoy es tan dúctil en su ideología que ese apoyo podría acabar en manos de Petro, de Gaviria, de Vargas, de Hernández o hasta de Barguil. César Gaviria, el tan criticado expresidente, a quienes muchos habían desahuciado para la política en diciembre, podría ponerse muy de moda a partir del lunes. 

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