El cobro de un millón de pesos que originó una masacre en el Meta

En la madrugada del 19 de septiembre de 2023, la familia Naranjo Mora se dispuso a comenzar las tareas cotidianas en la finca Los Naranjos, ubicada en zona rural de San Martín, en el departamento del Meta. El ruido de dos motocicletas puso en alerta a los dos perros de la casa.

Al notar la impaciencia de los perros, Aurelio Naranjo, de 72 años, salió a mirar qué estaba ocurriendo. No alcanzó a abrir la puerta cuando sintió el impacto de los disparos que le causaron la muerte. Segundos después, por la misma vía, la que murió fue Gabriela Mora, quien había saludo a auxiliar a su marido. Después, los asesinados fueron su hijo Maicol Naranjo Mora, y la esposa de este, María Arango, quienes intentaron defender a sus parientes.

Las primeras versiones apuntaban a que los hechos habían sido cometidos por integrantes de las disidencias de las Farc, al parecer por el incumplimiento del pago de una extorsión, ya que la familia era muy conocida en la región por la venta y compra de ganado.

Pero otros fueron los motivos. Investigadores de la Dijin de la Policía, en coordinación con integrantes del laboratorio móvil de criminalística, ataron los cabos suficientes para confirmar el desenlace de una historia de horror.

Luego de realizar varias entrevistas, reconocimientos fotográficos y la revisión de las llamadas que se realizaron antes y después de los asesinatos, los peritos lograron establecer que los sucesos se habían desencadenado cuando el hijo mayor de la familia adquirió una deuda de 1'450.000 pesos con Miller Gutiérrez Sánchez, conocido como alias Colorado, propietario de una tienda de la vereda, por el arriendo de una tienda para realizar un evento.

Como el deudor no tuvo el dinero para saldar la cuenta, propuso pagarla con una vaca que costaba alrededor de cinco millones. Colorado exigió dinero en efectivo.

Días después, el deudor propuso sacrificar la vaca y, con la venta de la carne, pagar el dinero. La propuesta fue nuevamente rechazada por Colorado.

Luego de verificar varias líneas de celular y el testimonio de varios pobladores, los investigadores llegaron a la conclusión de que Colorado había sido el autor de la masacre, junto con uno de sus empleados.

Con las pruebas en la mano, los investigadores buscaron a Gutiérrez Sánchez. Lo encontraron cerca de un conjunto residencial a la terminal de Villavicencio, Meta, donde la Policía halló más elementos que lo vinculaban con el crimen.

En el allanamiento, encontraron un arma de fuego tipo revólver calibre 38 especial, sin documentación, y munición de diferentes calibres, además de dos radios de comunicación y una mira telescópica de largo alcance para arma de fuego.

Un juez de control de garantías le imputó cargos por los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones. El cómplice de Colorado todavía no ha sido capturado.