Con la ansiedad del adicto | CAMBIO de Libros
24 Marzo 2023

Con la ansiedad del adicto | CAMBIO de Libros

'Todo muere, salvo el mar' es la segunda novela de la escritora colombiana María del Mar Ramón.

Por: Martín Franco Vélez

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TODO MUERE SALVO EL MAR

García Márquez solía usar el símil de la carpintería para hablar del oficio de contar historias: “Uno trata de hipnotizar al lector para que no piense sino en el cuento que le está contando y eso requiere una enorme cantidad de clavos, tornillos y bisagras para que no despierte”, dijo hace años en una entrevista.

Pues bien: esa carpintería está tan cuidadosamente ensamblada en la segunda novela de la escritora colombiana María del Mar Ramón, Todo muere, salvo el mar, que uno como lector se sorprende pasando las páginas con la ansiedad del adicto, queriendo saber más sobre sus dos protagonistas, Lucas y Paula, una pareja joven que viaja a una isla del Caribe para tratar de sobrellevar la tragedia que los ronda y que flota en las páginas de la novela como una nube negra.

En el intermedio, nos vamos enterando de sus vidas, de todo lo que tuvo que suceder para que ellos dos estuvieran allí, de sus temores, sus ansiedades, sus vacíos y sus dolores. Una narración poderosa que termina en una escena plagada de belleza y desolación, dos sensaciones que rondan cada una de las páginas de esta gran novela.

Es una suerte que, a pesar de su juventud, María del Mar haya logrado hallar su voz. Y eso, sumado a una historia cautivadora, demuestra que a los lectores nos esperan decenas de páginas valiosas en el futuro.

Lo que subrayé

Sobre la juventud:

No supo qué decir, porque la gente joven nunca sabe qué hacer frente a la desgracia. Parte del encanto de la juventud es sentirse lejos, muy lejos, de los dolores trascendentales de la vida, aquellos que parten a una persona en dos, que alteran su realidad de forma tan radical que es biológica, dejando una tristeza capaz de modificar las células del cuerpo.

Sobre el amor:

A pesar de ello, siguieron escribiéndose largos mails, epístolas eternas de un amor imperturbable, como son los que no se concretan y viven felices en el recuerdo sin llegar a descomponerse en el ejercicio del presente.

Sobre la muerte:

Nadie está preparado para la muerte de alguien a quien ama, así a veces resulte más natural, así a veces llegue a planearse, a charlarse inclusive. No hay un simulacro para la muerte hasta que llega.

Sobre el dolor:

Habría pagado lo que no tenía por ser un muchacho de veinticinco años otra vez e incrustar una de esas erecciones que solo conseguía antes de los treinta en todos los agujeros de todas las jovencitas de tetas erguidas que encontrase, le habría encantado cogérselas y no amarlas, ni enamorarse, ni saber que el precio del amor es el dolor y que la muerte no se esquiva.

*Martín Franco: Periodista, novelista. Autor de La sombra de mi padre.

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