“Cualquier libro o investigación que hable de los mejores equipos de la historia del fútbol tiene a ese Millonarios”: Mauricio Silva, autor del libro ‘El mejor equipo del mundo’.

Uno de los grandes sucesos de la FILBO ha sido el libro El mejor equipo del mundo. Por un lado, es el resultado de la pasión extrema de Mauricio Silva, su autor, por el equipo bogotano que viste de azul. Pero, ante todo, de una muy exhaustiva investigación que él y Felipe Valderrama hicieron acerca del papel que jugó el entonces llamado Ballet Azul durante la era de El Dorado. Silva es periodista con una larga trayectoria en diversos medios (El Tiempo, CityTV, Cambio y la revista Bocas, de la que en la actualidad es editor) y además ha escrito varios libros sobre deportes, entre ellos la trilogía Enséñame a ser héroe, El 5 a 0, La leyenda de los escarabajos, y dos sobre la vida de Joe Arroyo: El centurión de la noche y Quién mató al Joe. Un vocero santafereño de CAMBIO conversó con el autor de un libro rico en detalles desconocidos o que habían sido olvidados de aquellos tiempos remotos del fútbol profesional colombiano y, como su autor señala, “con mucho detalle delirante”.

CAMBIO:¿Con base en el título podría inferirse que ‘El mejor equipo del mundo’ es un texto de humor? ¿O más bien de literatura fantástica?
Mauricio Silva: Sé por dónde va su pregunta, estimado hincha cardenal. A ver, no es exactamente un texto de humor, pero sí fue muy simpático todo lo que ocurrió en la era de El Dorado, especialmente el capítulo de la ‘liga pirata’. Por otra parte, no se trata de literatura fantástica, por el contrario, está lejísimos de ser ficción en la medida en que Millos, en efecto, y aquí lo comprobé, sí fue el mejor equipo del mundo de aquellos años. De eso se trata este texto: de aterrizar desde la investigación ese mito y revivirlo con los hechos. Pero, ahora que lo pienso, sí podría ser literatura fantástica porque este libro recoge toda la fantasía que representó el fútbol espléndido de Cozzi, Pini, Rossi, Báez, Pedernera y Di Stéfano. ¡Magia pura!

CAMBIO: Bastante se ha escrito y dicho sobre la época de El Dorado. ¿Qué elementos novedosos o desconocidos encontró usted en su investigación?
M. S.: Muchos. De cómo, por una serie de errores y atrevimientos, nuestro incipiente fútbol se convirtió en una liga ‘pirata’ desafiliada de la FIFA; de cómo fue todo el novelón de la llegada de Pedernera quien, poco después, volvió a su tierra para traer a su amigo y pupilo Di Stéfano; de cómo en el año 50 los jugadores ingleses y los argentinos se hicieron la vida imposible en las entrañas del club, lo que llevó a que se perdiera el título de 1950; de cómo se conformó el equipo fantástico que los viejos recitaban de memoria: Cozzi, Pini, Zuluaga, Rossi, Soria, Ramírez, Reyes, Mourín, Pedernera, Báez y Di Stéfano; de cómo esos fenómenos conquistaron cuatro Ligas, una Copa Colombia y la Pequeña Copa del Mundo; de cómo ese equipo de “trotamundos” se lanzó de gira por Suramérica y Europa; y de cómo se dio la transferencia más importante y rocambolesca en la historia del fútbol mundial, que fue la venta de Alfredo Di Stéfano de Millonarios al Real Madrid. En medio de todo eso, mucho detalle delirante.

CAMBIO: ¿Más allá de su afecto por el equipo, qué lo llevó a realizar este trabajo?
M. S. La razón principal fue mi papá. Tiene 93 años, los vio, los disfrutó y toda la vida me habló de ese momento especial. Luego, hace 25 años por cuenta de una trombosis, perdió el habla y la memoria. Y nunca lo grabé. Hace siete años, cuando puso un afiche de Di Stéfano en la cabecera de su cama, dije: “Esto hay que escribirlo”. Imagínese que, hace 25 años, en algún partido espantoso de Millos de esa época, me dijo en el estadio: “Mijo: a mí me tocó ver a Pedernera, a Di Stéfano, a Báez en mi juventud y, la verdad, pensé que el fútbol era o iba a ser así. Después de ellos, siempre hubo algún vacío. Nunca volví a ver un equipo, ni en Millos, ni en el mundo, que la tocara igual. Ese fútbol solo lo volví a ver en la selección Brasil del setenta”. También me lancé a hacer este libro por mi tío Ricardo, que hablaba con tanta vehemencia de esa época. Por él y mi papá me decidí a comprobar la leyenda. Era una deuda con los viejos.

CAMBIO: ¿Existen fuentes escritas suficientes y sólidas para seguirle la pista a aquel Ballet Azul o fue necesario recurrir a la memoria y la historia oral para completar el hilo narrativo?
M. S.: Sí, la prensa de la época se desbordó en información. El Tiempo, por ejemplo, enviaba a otras ciudades al gran fotógrafo Sady González a seguir a Millos. Y más allá del fútbol, del juego, de los viajes, de las giras, la prensa le seguía los pasos al equipo y sus estrellas. Ellos fueron todo un suceso. Lejos de los políticos, Pedernera, Di Stéfano, Rossi, Pontoni y Rial eran, sin miedo a equivocarme, las grandes personalidades y estrellas de la Colombia de esos años. Hacían parte de la celebración de aquella sociedad. Entonces también narraban su vida social. Y claro que también hablamos con los parientes de los jugadores y con varios adultos mayores que nos ayudaron con datos. Por ejemplo, Isabelita, una señora de 100 años, nos contó que tomó onces con Di Stéfano en su casa. Así supimos en qué cuadra vivió “la Saeta Rubia” en Teusaquillo, Bogotá.

CAMBIO: ¿Cómo aseverar que Millonarios fue el mejor equipo del mundo en una época en la que no había competencias internacionales que lo corroboraran?
M. S.: Se puede hacer de dos maneras. Una, por la calidad de su nómina. Por hacer un comparativo con las estrella de hoy, Millos, en esa época, tuvo en su línea de ataque al Messi (Pedernera), al Mbappé (Di Stéfano) y Di María (Báez) de esos tiempos. Y no exagero: Pedernera fue el mejor jugador del mundo en los años 40, Di Stéfano el de los 50 y Báez, un crack olvidado. Por otro lado, la academia, como por ejemplo el argentino Esteban Bekerman, profesor de Historia del Fútbol, consultor en historiografía deportiva y máximo experto del fútbol de los años 40, 50 y 60 de América, lo confirmó. O el historiador español Juan Tejero que le dedicó un espacio a “El Ballet Azul” en el libro Los años del Jogo Bonito, en el que afirma que ese equipo merece un lugar en la galería de los grandes equipos de la historia del fútbol. En 2014, Kicker, la revista deportiva más importante de Alemania, publicó una edición especial que tituló: “Los clubes legendarios del mundo” en la que escogió a los 40 equipos de todos los tiempos: “De Bayern a Boca, de Milán a Millonarios”, decía el subtítulo. El escritor Keir Radnedge incluyó a “El Ballet Azul” en su libro The Complete Encyclopedia of Football; lo mismo que Andrés Camponar en ¡Golazo! Latin American Football; y de igual manera que David Goldblatt en The Ball is Round: A Global History of Soccer, todos clásicos de la literatura futbolera. Hoy, cualquier libro o investigación que hable de los mejores equipos de la historia del fútbol tiene a ese Millonarios.

CAMBIO: ¿Desde la perspectiva de bastante más de medio siglo, El Dorado le hizo bien al fútbol colombiano o, por el contrario, provocó efectos negativos?
M. S.: Bien porque vinieron a jugar enormes leyendas del fútbol suramericano: Di Stéfano, Pedernera, Pontoni, Heleno de Freitas, Villaverde, Rial. Ellos dejaron profunda huella en el estilo de nuestro fútbol. En Colombia se juega bien a la pelota gracias a ellos. Y mal, porque lo de la liga pirata, eso de saltarse las reglas, eso de la plata puede más quedó impregnado en la esencia de nuestro fútbol.

CAMBIO: ¿Cuál fue el gran rival de Millos en El Dorado?
M. S.: El Cali. El partido contra ellos lo llamaron, desde entonces el ‘Súper clásico’. Pero también Santa Fe. Por cierto, creo que ese equipo rojo de El Dorado ha sido el mejor de todos sus tiempos. Es que tuvo a Pontoni, Perucca, Antón, Rial, Mitten, Mounford... ¡Equipazo! Pero, de nuevo, el mejor equipo del mundo vestía de azul.