‘Me interesan las películas de autor, no las de superhéroes’: Rodrigo García
29 Junio 2023 10:06 pm

‘Me interesan las películas de autor, no las de superhéroes’: Rodrigo García

Rodrigo García.

Hijo de Gabriel García Márquez, Rodrigo siguió un camino muy diferente al de su padre, pero con un objetivo básico común: contar bien las historias. Es uno de los invitados especiales al Festival Gabo que se celebra este fin de Semana en Bogotá. Con CAMBIO habló de temas relacionados con su oficio en el cine y la televisión.

Por: Eduardo Arias

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No es fácil ser hijo de una celebridad de las dimensiones de Gabriel García Márquez. Por eso, desde muy niño, Rodrigo García Barcha se decidió por el camino del cine, una pasión que compartió con su padre, al igual que contar bien las historias. Además de director de cine Rodrigo García, quien nació en 1961, también es guionista de cine y televisión. Estudió Historia Medieval en la Universidad de Harvard y más adelante obtuvo el título de Cinematografía en el American Film Institute de Los Ángeles. Al comenzar el nuevo siglo se consolidó como director de cine independiente. Pero también ha incursionado en la televisión. Inició su carrera como director de comerciales y varias películas independientes.

En televisión trabajó en diversos proyectos del canal HBO, entre ellos las series The Sopranos, In treatment y Six feet under, así como un episodio de la serie Big Love por el que recibió una nominación al premio Emmy. Ha sido director y productor de la adaptación a series de streaming de los libros Santa Evita de Tomás Eloy Martínez y Noticia de un secuestro de Gabriel García Márquez. También publicó en 2021 Gabo y Mercedes: una despedida, un libro donde narra los últimos días de sus padres. CAMBIO habló con él acerca de sus impresiones y miradas del mundo audiovisual.
 

CAMBIO: Nombre un director de cine que se le viene primero a la cabeza.
Rodrigo García:
Cristiano Monjou, extraordinario director rumano. Su primera película que tuvo éxito internacional fue Cuatro meses tres semanas y dos días. Un director que hace muchas cosas bien, uno de los mejores guionistas que trabajan en este momento. Casi todas sus películas las filma en planos secuenciales. Todas complicadas historias, moralmente complicadas, muy fuerte director. Acabo de ver la última película MNR, algunas otras suyas son Más allá de las colinas, La graduación, creo que es uno de los directores más poderosos que hay ahorita.
CAMBIO: Antes la televisión y el cine eran dos universos aparte, si acaso a veces pasaban películas por televisión. Ese abismo parece haberse cerrado casi en su totalidad. ¿Usted está de acuerdo?
R.G.:
En un sentido creo que es para bien porque antes, claro, en el mundo del cine había mucho prejuicio con la televisión. De hecho los actores y directores que trabajaban en televisión rara vez pasaban a cine. Quizá la única excepción era Gran Bretaña, donde las series no duraban años. Eran series de pocos capítulos y había una tradición de los actores de teatro en hacerlas. Había menos prejuicio contra la televisión. En Estados Unidos, a partir del éxito de las series más sofisticadas que creó HBO como Los Soprano, Seis pies bajo tierra, etcétera, empezaron a trabajar muchos más directores de cine independiente y empezaron a verse actores como George Clooney, que pasó de ER al cine. Entonces ahorita hay más fluidez, más difusión entre uno y otro. Son formatos diferentes, por supuesto, pero se pueden hacer muy bien la series. Ahora con las plataformas han vuelto las series limitadas o miniseries. Esencialmente son películas de seis, siete, ocho horas y que es un gran formato. Entonces creo que todo puede convivir con calidad.
CAMBIO: No debe ser nada fácil abrirse paso en la industria del cine en una ciudad como Los Ángeles. ¿Cómo ha sido su experiencia allá?
R.G.:
He contado con mucha buena suerte, pues llegué siendo ya camarógrafo. Siempre están los obstáculos del principio, los permisos de trabajo, los sindicatos, pero yo llegué con muchas ventajas habiendo estudiado en Estados Unidos. No me puedo comparar con la gente que emigra para ganarse la vida. He tenido suerte, sobre todo con mis guiones, consiguiendo buenos actores que me permiten financiar mis películas. No he trabajado realmente en el Hollywood industrial. Eso siempre ha sido una cosa aparte que, por otro lado, tampoco me ha interesado mucho y cada vez me interesa menos. Me siguen interesando lo que llaman las películas de arte, de autor, no las de superhéroes. Entonces realmente no estoy en Hollywood.
CAMBIO: ¿Todavía puede hablarse del lenguaje de cine o televisión o más bien se han amalgamado?
R.G.:
Como dije antes son diferentes formatos. Es distinto contar algo en media hora que contarlo en dos horas o en una miniserie de siete u ocho capítulos de 45 minutos o una hora cada uno o series que se alargan por varias temporadas, son diferentes formatos. El lenguaje en televisión generalmente es más narrativo, más sobre relaciones interpersonales. El cine puede ser formalmente un poquito más audaz, quizá menos narrativo y más experimental. Pero todo depende del proyecto. Hay series de televisión que se parecen mucho a las películas y películas que no son más que una serie de televisión alargada, quizá demasiado alargada. Yo, en general, no tengo prejuicio con un formato u otro. Me gustan los cortos, los largos, los muy largos, las miniseries, las series, la calidad es lo que manda. Pero no creo que se hayan amalgamado totalmente. Son diferentes maneras de contar una historia.
CAMBIO: ¿Las nuevas pantallas plataformas y lenguajes centrados más en la inmediatez que en la paciencia han afectado el lenguaje cinematográfico?
R.G.:
Poder ver una película en la casa cuando uno tiene el control en la mano crea cierta presión para enganchar al público rápidamente. O sea, para bien o para mal en las plataformas dicen que hay que enganchar a alguien antes de cinco, seis, siete minutos o que si no cambian de canal. Por desgracia eso siempre va a existir. Ahorita la atención está muy peleada. La gente tiene muchas cosas que ver, muchas cosas que leer, muchas cosas que disfrutar. Cuando uno está en un cine salió de su casa, se metió en un transporte, compró un boleto, se sentó en una sala de cine a oscuras, entonces es más fácil comprometerse a quedarse. Entonces sí, creo que en general hay más impaciencia, creada también por los formatos hipercortos como los Instagrams, los Tiktoks, la necesidad de novedad constante. Esa es una presión sobre el cine. Sin embargo, la gente al parecer tiene paciencia para ver las series y ver horas y horas y temporadas y temporadas de contenido. O sea que cuando algo gusta hay mucha paciencia.
CAMBIO: ¿Cómo ha visto el desarrollo de cine y la industria audiovisual en general en Colombia?
R.G.:
Me es difícil hablar de la industria audiovisual. No vivo en Colombia, no estoy tan al día. Pero claro, he visto películas colombianas muy buenas en los últimos años. Monos, Pájaros de verano, Los reyes del mundo son películas sobresalientes. Entonces, creo que hay calidad. No podría hablar más de las series aunque fui productor en Noticia de un secuestro y sé que había muy buenos actores y muy buenos técnicos que trabajaron en esa serie. Entonces sí hay nivel, sí hay calidad. No podía hablar de la industria en general por no estar tan expuesto a ella.

 

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