¿Quiere sumergirse en el gótico andino? No se lo pierda en la Filbo
25 Abril 2024

¿Quiere sumergirse en el gótico andino? No se lo pierda en la Filbo

Lina Meruane.

Crédito: Isabel Wagemann.

La chilena Lina Meruane, la argentina Agustina Bazterrica y la boliviana Giovanna Rivero coincidirán en charlas para hablar sobre sus libros más recientes, repletos de cuerpo, violencia y oscuridad.

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Por Carlos Hernández Osorio
 

Cucarachas, agujas, sangre. Un roedor gigante que succiona el pecho de una mujer moribunda. Un hámster que les arranca la cabeza a sus crías. Mujeres que no pueden abrir los ojos porque se los han cosido. Cuchillas de afeitar, mucho vello corporal, zoofilia.

Esos elementos y situaciones dibujan un paisaje decididamente oscuro en los más recientes libros de la chilena Lina Meruane, la argentina Agustina Bazterrica y la boliviana Giovanna Rivero, que se presentarán en esta edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Los organizadores programaron charlas entre ellas con un sentido claro: sus obras tienen puntos de encuentro que las ubican dentro de una narrativa que en los últimos años ha tomado fuerza con los nombres de gótico andino y gótico latinoamericano.

Son expresiones que han comenzado a volverse problemáticas por el uso y el abuso, y porque el nombre de todo movimiento cultural siempre surge con el riesgo de un encasillamiento al que le huyen sus integrantes. Pero gótico andino es un nombre útil para referirse a cómo al menos una decena de autoras ha coincidido recientemente en contar historias a partir de elementos propios de lo grotesco, lo sobrenatural, lo distópico, lo incómodo o, simplemente, lo raro. Así sumergen al lector en atmósferas oscuras que caracterizan -si bien no definen completamente- lo gótico.

Y, antes que quedarse en el entretenimiento de lo monstruoso, ponen el foco en temas cotidianos, universales y muy políticos, como la familia, la casa, la escuela, la violencia y el abuso sexual. Quizás su impacto se deba justamente a eso.

Avidez
En los trece cuentos de Avidez, el libro más reciente de Lina Meruane, predominan, por ejemplo, las voces de niñas y adolescentes con padres ausentes, sea porque las abandonaron o porque murieron. Juegos infantiles y erotismo conviven allí con hambre, prostitución y mucha violencia.

Meruane, de 54 años, es una escritora consolidada que ha sido también ensayista y novelista. Viene de ganar en 2023 el Premio Iberoamericano de las Letras José Donoso (que antes ganaron escritores como Javier Marías, Cristina Peri Rossi, Ricardo Piglia y el colombiano Pablo Montoya), y en 2012 había ganado el Sor Juana Inés de la Cruz.

Es evidente, y ella lo resalta siempre, que la suya es una literatura sobre el cuerpo, un tema que la atraviesa de forma particular. A sus 30 años sufrió una hemorragia ocular que la dejó ciega por varios meses. Sus padres, además, son médicos. “La medicina es mi lengua materna”, ha dicho ella como forma de explicar el origen de su materia prima literaria.

Indignas
 

Distopía y religión

El cuerpo es, realmente, un elemento transversal a toda esta literatura, sobre todo el femenino. Así lo confirman los libros de Agustina Bazterrica, Las indignas, y de Giovanna Rivero, Tierra fresca de su tumba.

Agustina Bazterrica es conocida internacionalmente por la novela Cadáver exquisito, ganadora del Premio Clarín de Novela en 2017 y convertida en bestseller, en la que retrata un mundo en el que los seres humanos se vuelcan al canibalismo luego de que un virus contaminó la carne animal que estaban acostumbrados a servirse en sus mesas.

En Las indignas vuelve a la distopía, esta vez la de un mundo que ha sido arrasado por un desastre ecológico y en el que queda apenas un foco de vida en una especie de claustro al que llegan mujeres sobrevivientes de la catástrofe. En ese espacio, que llaman “Casa de la Hermandad Sagrada”, mientras unas gozan de tratos privilegiados, otras son sometidas a torturas y abusos sexuales en nombre de la fe de un dios hasta ese momento desconocido. “Sin fe no hay amparo”, repiten -las hacen repetir- constantemente.

Eso se toca con uno de los escenarios que describe Rivero, boliviana radicada en Estados Unidos. En La mansedumbre, uno de los cuentos más reconocidos de su libro, cuenta el abuso sexual de un líder religioso a una niña de 15 años dentro de un campamento menonita norteamericano. Hay allí también incesto, zoofilia y venganza, y un muy llamativo rescate de la figura del indígena boliviano.

La “Casa de la Hermandad Sagrada” y ese campamento menonita son contextos religiosos que se conectan con el tratamiento que hace Meruane de un espacio como la escuela: los tres son lugares donde se busca forjar disciplina, pero en los que líderes, súbditos, brujas o monstruos quebrantan constantemente las reglas con actitudes violentas que reflejan las fallas estructurales de esos sistemas.

Tierra fresca
La escritora boliviana Liliana Colanzi ha explicado así estas apuestas: “En muchas de esas escritoras la fuente del horror es el patriarcado, los feminicidios, la violencia hacia la mujer, cuestiones que han permanecido normalizadas y silenciadas y que el género del horror hace visibles. Hay también un interés por entender la manera en que los monstruos regresan y se resignifican: la vampira, la bruja y el pishtaco o kharisiri dicen mucho acerca de diferentes momentos históricos y de lo que una sociedad considera abyecto o peligroso; también, el monstruo en el siglo XXI sirve para reivindicar varias luchas políticas. La bruja como símbolo de las protestas feministas, por ejemplo”.

Dentro de ese grupo hay escritoras que no estarán en la FILBo, pero acaban de lanzar libros, como la argentina Mariana Enríquez (Un lugar soleado para gente sombría) y la ecuatoriana Mónica Ojeda (Chamanes eléctricos en la fiesta del sol), que ha defendido abiertamente la etiqueta de gótico andino.

En la FILBo, Meruane y Bazterrica se encontrarán el viernes 26 de abril a las 4:00 p.m., y a las 5:30 p.m. de ese día lo harán Bazterrica y Rivero.

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