¿Se acerca el fin del interminable Rafa Nadal?

Crédito: Reuters

7 Marzo 2024

¿Se acerca el fin del interminable Rafa Nadal?

El tenista español dejó frío al mundo del tenis al anunciar que no jugará el Indian Wells en California. Su ocaso y retiro es inminente. Pero no todavía. ¿Qué sorpresa dará?

Por: Juan Francisco García

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El 18 de enero del año pasado, en segunda ronda del Australian Open, Rafael Nadal jugó su cuarto y último partido del año. Lo perdió en sets corridos contra Mackenzie MacDonald. Al salir de la cancha, se confirmó la lesión de grado 2 del psoas ilíaco de su pierna izquierda.

Dos meses después, en el final de marzo, salió del top 10 del ranking ATP. Esto le puso fin al récord histórico del tenista con más semanas consecutivas (¡912!) dentro de los diez mejores del circuito. En junio, el ranking actualizado mostró a Nadal como el tenista 136 del ranking.

La hipótesis de un ocaso triste y sombrío para una de las grandes leyendas del tenis, y del deporte, fue inevitable. El mismo Nadal declaró entonces, después de una intervención quirúrgica por la lesión del psoas, que destinaría el resto del año en recuperarse y disfrutar en 2024 de su último año como jugador profesional. 

Todo esto sazonado con la noticia de que Novak Djokovic, al ganar el Australian Open en el que Nadal se lesionó, puso sobre la mesa la inminente posibilidad de arrebatarle al español el récord del jugador con más Grand Slams ganados (22). 

Ayer en la noche, en su cuenta de X Rafa anunció que con "profunda tristeza debía abandonar el increíble torneo de Indian Wells".  

El resultado de revisar el historial de lesiones de Rafa es tan largo como variopinto. Lesiones abdominales; fractura del pie izquierdo; desinserción de la vaina de la muñeca derecha; dolor crónico en el tendón rotuliano de la rodilla derecha; rotura del tendón rotuliano izquierdo; artroscopia en el tobillo derecho; tendinitis en ambas rodillas; síndrome de Müller-Weis en el pie izquierdo... Y la lista sigue.  

Pero esta vez, en su comunicado, Nadal no justificó su abandono con una lesión. Dijo que no podía mentirse y que su nivel actual no está a la altura de la exigencia de la élite. La noticia cayó como un baldado de agua fría para quienes esperaban verlo de vuelta, en su último año, batallar en las fases finales de los grandes torneos. Pensar un su retiro, confirmar su ocaso, es hoy una obviedad.

Sin embargo, como siempre con Rafa, queda en el aire el reverso, el epílogo, la certeza de que si hay que verlo de nuevo en el circuito no será para cumplir. Si ha de volver lo hará como siempre, como desde los 17 años cuando lo entrenaba su tío Tony: con fuego en los ojos y el cuerpo volcado, por completo, a cada pelota, creyendo en lo improbable. Convencido de que no ha llegado el final. 

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