Gustavo Petro y Gloria Inés Ramírez durante el anuncio del decreto del incremento del salario mínimo en 2024.
Los inconvenientes de la decisión de Gustavo Petro de subir "mucho" el salario mínimo
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El presidente decretó que el aumento salarial para 2025 será de 9,53 por ciento, y aunque presentó el anuncio como una victoria social para los trabajadores, en términos económicos este incremento, muy por encima de la inflación, tiene un efecto negativo sobre ese indicador y sobre el propio mercado laboral. ¿Por qué?
El salario mínimo en Colombia llegó a 1.423.500 pesos, 1.623.000 si se suma el subsidio de transporte. El presidente Gustavo Petro hizo el anuncio en Zipaquirá, donde ganó su primer cargo de elección popular, uno de sus fortines políticos. Fue una declaración pública el 24 de diciembre, luego de entregar regalos a los niños del municipio, almorzar con habitantes de calle y rezar la novena de aguinaldos con la gente, su esposa y sus hijas.
"Este es el regalo de Navidad para la clase trabajadora de Colombia", dijo Petro ante cientos de personas, y anunció que el incremento del próximo año está en 9,53 por ciento, más de 4 puntos por encima de la inflación con la que se proyecta que cerrará 2024 y muy por encima de las recomendaciones de los expertos.
El decreto de salario mínimo fue el resultado de que no hubiera concertación entre los empresarios y los sindicatos. Como no se pusieron de acuerdo en los plazos que tenían por ley, el Gobierno tenía luz verde para definir en cuánto dejaba el salario mínimo de 2025.
La medida ha sido aplaudida por unos y calificada como populista por otros. Este incremento impacta directamente a 3,7 millones de trabajadores en Colombia, quienes devengan un sueldo mínimo por su trabajo. Son el 16,5 por ciento de los ocupados que hay en el país.
La noticia fue bien recibida por los sindicatos que participaron de la mesa de negociación, y no gustó tanto a los empresarios. Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) celebró la cifra: "Este es un paso clave para reducir la grave brecha salarial que los gobiernos neoliberales y proempresariales nos dejaron anteriormente. Estamos recuperando derechos para los trabajadores que reciben un salario mínimo".
A pesar de los aplausos de quienes estaban oyendo a Petro en la plaza del Colegio La Salle, donde se graduó el mandatario a los 16 años, varios expertos han dicho que el aumento que decretó el Gobierno es “muy alto”. Aunque millones de colombianos se benefician directamente con esta medida, y un salario de 1.425.000 pesos es poco para vivir en Colombia, esta noticia también tiene efectos negativos en la economía.
¿Por qué es malo un aumento “muy alto” del salario mínimo?
Para definir el incremento del salario mínimo en Colombia se reúnen todos los años, desde inicios de diciembre, los empresarios, sindicatos y el Gobierno. Es una discusión difícil, álgida, que solo ha logrado acuerdos en 10 de 29 ocasiones desde que se creó la mesa de concertación de políticas salariales y laborales en 1997.
La discusión técnica para definir el incremento salarial se suele componer de dos factores clave: la inflación total anual esperada para fin de 2024 y la mejora que haya exhibido la productividad, que mide el Dane como la Productividad Total de Factores (PTF).
Para este año la mesa de concertación estaba jugando con un dato de 5,2 por ciento por el lado de la inflación, que era la variación del índice de precios al consumidor (IPC) al cierre de noviembre, y un PTF de 1,73 por ciento. Con estos datos el incremento “ideal” en términos económicos era de 6,93 por ciento o 90.090 pesos, para llegar a 1.390.090 pesos.
Según Luis Fernando Mejía, director del centro de estudios económicos Fedesarrollo, si se considera que la inflación esperada para el cierre de 2024 es de 5,15 por ciento, “el aumento del salario mínimo para 2025 es uno de los más altos del siglo en términos reales descontando la inflación”.
La inflación refleja el aumento general de los precios de bienes y servicios, lo que afecta el poder adquisitivo de los trabajadores. Si no se considerara la inflación, los asalariados perderían capacidad de compra, lo que se traduce en un impacto negativo en su calidad de vida. Por eso se habla de incrementos reales.
El incremento real del salario mínimo para 2025 estaría alrededor de 4,3 por ciento. Según Mejía, este incremento es similar al de 2022, que fue de 10,07 por ciento y en términos reales de 4,45 por ciento. Esto, según el experto, generó efectos negativos en el mercado laboral y los precios, al aumentar la inflación durante ese año y el siguiente.
“Si bien este dato luce como una buena noticia para los trabajadores formales que ganan un salario mínimo, en la práctica tendrá dos efectos primordiales: uno, al encarecer sustancialmente el costo del empleo formal, inducirá aún más la contratación informal, especialmente en las microempresas; y dos, presionará al alza la inflación, retrasando la reducción de tasas de interés por parte del Banco de la República”, explicó Mejía.
El primer efecto del incremento del salario mínimo que señalan los economistas y uno de los efectos más directos es en los precios, porque al salario mínimo están indexados, o atados, a algunos servicios, cuyos valores se recalculan año a año en proporción al incremento del salario mínimo.
Con el aumento del 9,5 por ciento también subirán, por ejemplo, las cuotas moderadoras de las EPS, las multas de tránsito, la pensión mínima y los aportes voluntarios, servicios legales y notariales, los subsidios estatales y las tarifas de transporte público de algunas ciudades. Por eso se habla de un efecto inflacionario en los incrementos del salario mínimo.
La dirección de investigaciones económicas, sectoriales y de mercado de Bancolombia estima que el efecto inflacionario de este incremento salarial podría estar en un rango entre 2,38 y 3,61 puntos porcentuales. Esto si se tiene en cuenta un estudio que publicó el Banco de la República en 2022 que encontró que un incremento de 100 puntos básicos o un punto porcentual del salario mínimo nominal puede generar un alza en la inflación total entre 0,95 y 1,44 puntos porcentuales.
¿Cómo afecta el aumento del salario mínimo al mercado laboral?
La otra arista que golpea directamente el incremento salarial es el mercado laboral. En Colombia buena parte de los trabajadores ganan menos de un salario mínimo. Cifras del Dane dan cuenta de que 45,2 por ciento de los ocupados, 10,1 millones de personas reciben menos de un mínimo.
La lógica detrás del argumento de Mejía, el director de Fedesarrollo, es que si suben muchos los costos que deben pagar los empresarios por los trabajadores, es posible que reduzcan las nóminas, o incluso, que mantengan remuneraciones por debajo del mínimo, lo que impulsa a la informalidad a los trabajadores. Si se tiene en cuenta que en Colombia nueve de cada diez empresas son micro, pequeñas y medianas empresas, la propensión es alta.
El Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP) indicó también que el aumento “agrava los riesgos económicos en un contexto de alta inflación, crecientes costos para los productores y pérdida de competitividad”, lo que les pone más presiones a los pequeños empresarios para contratar más trabajadores formales en 2025.
Por otro lado, el Observatorio Fiscal y el Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana presentaron una posición conjunta sobre este tema, y señalaron que, además de los trabajadores que reciben exactamente el mínimo, el incremento beneficia directamente a menos del 1 por ciento de los trabajadores, aquellos que ganan más de diez salarios mínimos y tienen salario integral; a los empleados públicos que no negociarán un incremento menor, que son más de 500.000; a los congresistas y altos funcionarios del Estado.
“Esto solo beneficiará directamente al 17 por ciento de los trabajadores, mientras el 83 por ciento restante estará viviendo entre la informalidad, precariedad y aumentos menores”, indicaron. Los observatorios concluyeron que 2025 “no va a ser un año de ganancias en la formalización”, sino que probablemente será un año en el que aumente en algo el desempleo y la no participación laboral.
La teoría económica sugiere que cuando ese salario mínimo es muy elevado, tiene un efecto negativo en quienes están por debajo de ese nivel, pues ya son trabajadores informales que no llegan a ese salario, no cuentan con acceso a seguridad social, como cotizaciones a salud y pensión y si sube mucho el mínimo se amplía esa brecha en lugar de corregirse.
Otras visiones
Pero detrás de esa discusión de si el salario mínimo en Colombia es "muy alto" o no hay varias visiones. Stefano Farné, director del Observatorio del mercado de trabajo y la seguridad social de la Universidad Externado de Colombia, explica que, cuando el salario mínimo representa 60 por ciento del salario promedio de un país se considera alto, según diferentes estudios académicos, e incluso documentos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). “En Colombia el salario mínimo está por estas cifras. Es elevado”, reconoció Farné.
Sin embargo, según el académico, hay opiniones encontradas entre los economistas sobre el efecto en el mercado laboral. Farné señala que en Colombia el empleo que está cayendo es el del sector público y el de los empleados por cuenta propia, mientras que el empleo asalariado en empresas formales va relativamente bien. "Esto de alguna forma desvirtuaría la tesis de que, si un salario mínimo se aumenta mucho, aumentará la informalidad", explicó el experto.
Incluso, hay expertos y académicos que han abierto la discusión sobre otros aspectos que toca un aumento alto del salario mínimo, como la equidad. Esa es la postura de Mateo Hoyos, colombiano y docente del Centro de Investigación y Docencia Económicas (Cide), ubicado en México.
"No todos los economistas pensamos igual. Un estudio sobre un aumento real del 11 por ciento en Colombia muestra que salarios de formales e informales subieron y no hubo efectos negativos en empleo formal. Esto sugiere que los ingresos de los más pobres sí podrían mejorar tras un alza en el mínimo, sin aumentar informalidad", dijo el economista en su cuenta de X (antes Twitter).
Adrián Garlati, director de la carrera de Economía de la Universidad Javeriana, reconoce, por otro lado, que no existe un criterio homogéneo sobre cómo se debería calcular el salario mínimo, y eso abre otra discusión sobre si en Colombia se está utilizando el mejor sistema.
“Tener el mismo salario mínimo para todo el país y todos los trabajadores pone a Colombia en una situación rara que típicamente no ocurre, es algo muy colombiano. En el resto de los países típicamente hay varios salarios mínimos en función de la industria, la edad, el tamaño de la empresa, o como en Estados Unidos, que hay un salario mínimo nacional que se aplica a todo el país, pero también cada estado tiene su salario mínimo”, explicó el académico.
Garlati también calificó de “peculiar” el cálculo que hace Colombia, que se actualiza una vez al año, mientras que en otros países los aumentos se definen por la circunstancia económica o política, o tienen recálculos durante el año.
La discusión del salario mínimo tiene muchos matices y opiniones. Entre los mismos economistas no hay un acuerdo sobre cuál es la mejor metodología o sus efectos. Efectivamente, la decisión de Petro impactará directamente a 3,7 millones de colombianos y puede que mejore sus condiciones, pero también es posible que les cueste por otros lados.