
Las empresas y el gobierno chino están fortaleciendo relaciones con Colombia.
Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño.
Un socio "made in China": el boom empresarial del gigante asiático en Colombia
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En los últimos años, la presencia de empresas chinas en Colombia y sus proyectos han crecido: el metro de Bogotá, energía, vehículos y hasta vacunas. Hoy el país asiático espera consolidar más negocios. En medio de una posible guerra comercial impulsada por Estados Unidos, la cercanía a China es cada vez más atractiva.

Con su característico gesto de desafío: el ceño fruncido, una ceja arriba y estirando el mentón, Donald Trump ha amenazado por segunda vez con emprender una guerra comercial cargada de aranceles. Sus blancos han sido México, Canadá, la Unión Europea y el gran gigante asiático, China, el blanco principal de sus ataques y la 'piedra en el zapato' en su plan proteccionista para Estados Unidos.
A pesar del poderío de Estados Unidos sobre la región, el país asiático lleva años abriéndose camino, no tan tímidamente, en América Latina y Colombia. El año pasado, entre enero y septiembre, la inversión extranjera directa de China en Colombia alcanzó los 114 millones de dólares. Hoy hay un centenar de empresas de esa nación acreditadas en el país, y seguramente vendrán más inversiones en los próximos años.
Aunque se repite que "Colombia es el mayor aliado estratégico de Estados Unidos en América Latina", eso no significa que el país no esté dando un giro, como el resto de la región, hacia el otro lado del Pacífico en busca de una ruta hacia China.
El embajador de China en Colombia, Zhu Jingyang, le dijo hace poco a CAMBIO que los dos países están “en el mejor momento de una relación bilateral que lleva 45 años” y aseguró que el interés del gobierno chino y de las empresas apunta a una cooperación con Colombia en busca de beneficio mutuo. “No venimos a quitarle espacio a terceros, pero creo que el comercio y la cooperación de China y Colombia tampoco deben estar sujetos o para complacer a un tercero que no es China o Colombia directamente”, dijo.
El ministro de Comercio Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, le confirmó a este medio a finales del año pasado que el gobierno espera en los próximos meses alcanzar el memorando de entendimiento para entrar a ‘La franja y la ruta’, una estrategia de desarrollo de infraestructura y comercio para impulsar las relaciones con China.
“China es un gran inversionista en Colombia. A mi despacho vienen empresarios chinos literalmente preguntando si hay límites a cuánto pueden invertir en Colombia y la respuesta es que no. La inversión extranjera hacia Colombia está viniendo por millones y millones de dólares desde China y las oportunidades de nuestra relación comercial y de inversión son enormes”, aseguró Reyes.

¿Cómo llegó China a ser la segunda economía del mundo?
El interés por China no es casual. La nación ha sido por siglos un país enigmático para los occidentales, que en la antigüedad comerciaban con los chinos sedas, porcelanas, marfil y piedras preciosas, como el jade. Hoy, el país asiático es potencia en servicios como la construcción, la fabricación de paneles solares y los vehículos eléctricos.
Hace 75 años, el 1 de octubre de 1949, el Partido Comunista, liderado por Mao Zedong, tomó el poder y con ello nació la República Popular China. Pero el sueño de Mao de un país impulsado por una revolución campesina dista mucho de la desarrollada nación habitada por 1.425 millones de personas de hoy.
Tras la muerte de Mao en 1976, Deng Xiaoping se convirtió en el líder supremo. Fue él quien comenzó a impulsar una serie de reformas que liberaron la economía e hicieron resurgir al sector privado. Gracias a ello, en los últimos 50 años China se convirtió en una potencia, con un PIB que asciende al menos a 17,8 billones de dólares, detrás de los 27,3 billones de dólares del PIB estadounidense.
Por eso, la influencia China no es despreciable en el mundo. China y Estados Unidos compiten codo a codo por ser el principal proveedor de bienes para Colombia. El año pasado se importaron 15.936 millones de dólares en productos chinos, el 24,9 por ciento de las importaciones, una cifra ligeramente inferior a los 14,9 millones de dólares en mercancías que se importaron desde Estados Unidos.
En exportaciones, Estados Unidos sigue siendo el principal mercado para Colombia. A esa nación se envía el 28,9 por ciento de lo que vende el país al exterior. Pero en 2024 la nación asiática ocupó el cuarto lugar, con una participación del 4,8 por ciento de las importaciones, y le dejó al país un saldo por 2.377 millones de dólares.
Los principales productos que compra Colombia de China son manufacturas y electrónicos. Hace poco, han crecido las importaciones de productos fotovoltaicos para granjas solares y la nueva estrella son los vehículos eléctricos. En contraste, lo que más le vende Colombia a China es petróleo, gas natural, carbón y productos agrícolas.

Ingrid Chaves, directora ejecutiva de la Cámara Colombo China de Inversión y Comercio, destaca el papel de China como socio comercial, pero también dice que el gran reto está en que el país diversifique sus exportaciones.
“Necesitamos pensar en cómo diversificar nuestros productos en China, empezando por el café, porque cada vez se consume en mayor cantidad, siguiendo por la carne de res, que ya tiene admisibilidad. Se están dando visitas en doble vía entre gobiernos y hay que aprovechar porque China nos ve como un país con oportunidades comerciales”, dice Chaves.
En 2024 Colombia exportó 29.364 sacos de café hacia China, y el presidente de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón, ha dicho que tienen la intención de aprovechar ese mercado.
Según la ejecutiva de la Cámara Colombo China, hay conversaciones constantes con empresarios de ese país que quieren explorar opciones en Colombia y acelerar procesos de admisibilidad para la carne de cerdo, el pollo, el limón tahití o la quinua, que ya tiene un protocolo firmado para la exportación a ese país.
La conquista de las empresas chinas
La semana pasada llegó al puerto de Buenaventura un buque de Cosco Shipping, la naviera más grande de China. El puerto colombiano se incluyó como una parada en la ruta con destino al puerto de Chancay, en Perú, el primer puerto inteligente de Sudamérica con el que se pretende modernizar el comercio en la región y facilitar las transacciones con China. El puerto de Chancay tuvo una inyección de capital inicial de 1.300 millones de dólares y Cosco es el inversionista mayoritario.
Los chinos vieron una oportunidad en ese pequeño desvío hacia Buenaventura. “Hay varios proyectos que estamos evaluando, pero son planes que por ahora no podemos revelar”, comentó a CAMBIO Minhui Wang, gerente general de Cosco Colombia, quien no descartó que la empresa, que también está en el negocio de trenes y opera varias líneas entre China y Europa, participe en proyectos ferroviarios en el país. “Es una posibilidad”, dijo.

La experticia de los chinos en este ámbito les permitió quedarse con el contrato de uno de los mayores proyectos de infraestructura del país, y también uno de los más polémicos: el metro de Bogotá. El sueño de cerca de medio siglo que parecía inalcanzable empezó obras en 2021 con la promesa de un primer viaje en metro en 2028.
Aunque el proyecto no ha estado libre de críticas, tropiezos y algunos retrasos, Wu Yu, senior advisor de Metro Línea 1, el consorcio a cargo de la construcción, asegura que la experiencia de trabajar en proyectos de infraestructura en Colombia “ha sido enriquecedora y desafiante”, y ve margen para nuevos proyectos por las necesidades de modernizar y expandir la infraestructura del país en áreas como transporte, energía, agua y saneamiento, telecomunicaciones y vivienda.
“Hay un interés claro en continuar trabajando en Colombia. Las relaciones comerciales y de inversión entre ambos países están en un buen momento, y la expectativa es que esta tendencia se mantenga en los próximos años”, dijo a este medio Wu.
En el sector energético también hay interés. La riqueza en recursos naturales renovables, como el sol, el viento y el agua son características que se pueden aprovechar para el desarrollo de energías limpias. En 2016 inició operaciones en el país Powerchina, una de las mayores empresas de construcción y de energía en el mundo, que está presente en 130 países.
La compañía aseguró a CAMBIO que tienen un interés “a largo plazo” en Colombia, un “mercado estratégico” para ellos debido a su estabilidad regulatoria, su posición geográfica privilegiada y la creciente demanda de infraestructura y energía. “Estamos convencidos de que Colombia tiene todas las condiciones para convertirse en un referente de energías renovables en la región, y queremos ser parte activa de esa transformación”, indicó la empresa.
Otra firma trabajando en temas de energía es Huawei. Aunque la compañía se conoce popularmente por sus soluciones en el sector de tecnologías de la información y telecomunicaciones y por sus dispositivos móviles, también tiene una unidad de negocios que trabaja en energía solar, con la que están desarrollando minigranjas y parques solares en varias regiones colombianas.
Huawei es una de las compañías chinas que más lleva en el país. Se estableció en Colombia hace 25 años y hoy emplea a unas 500 personas. “Colombia ofrece un ambiente favorable para la inversión, lo que ha motivado a Huawei a fortalecer su presencia en el país. Dada su posición estratégica en la región y el papel que está tomando el país en la adopción de nuevas tecnologías como inteligencia artificial, nube y 5G, Huawei considera a Colombia como un gran centro para ubicar departamentos regionales”, indicó la compañía a CAMBIO.

El comercio chino: de las chucherías y a los carros eléctricos
Los productos chinos son tan populares que en cualquier local de variedades la etiqueta ‘Made in China’ está en casi todo lo que se vende. Por años los colombianos se acostumbraron a comprar artículos de cocina y hogar, juguetes, accesorios y hasta vestuario hecho en china. Los chinos saben fabricar, pero también vender a buenos precios.
En 2018 Miniso llegó a Colombia y desde entonces la cadena de tiendas llena de peluches, artículos de viaje, implementos de papelería y ‘chucherías’ con diseños novedosos ha crecido al punto que hoy tiene 91 locales en el país. La empresa nació en Guangzhou, China, en 2013, y más de 10 años se ha expandido a más de 100 países con cerca de 5.000 tiendas.
“El éxito de Miniso está en entender las características y la idiosincrasia de cada país. Así lo hemos hecho en Colombia: estamos muy atentos en entender las necesidades de los clientes y eso nos ha permitido evolucionar”, aseguró en una entrevista reciente con CAMBIO, Juan Sebastián Ávila, directivo de Miniso para Colombia.
Las manufacturas chinas también tienen un valor agregado. Una muestra de ello son los vehículos eléctricos, cuyas ventas están disparadas. En 2023 se vendieron 3.677, mientras que 2024 la cifra llegó a 9.178.
BYD, el conglomerado chino fundado hace 30 años en Shenzhen que se ha convertido en uno de los mayores fabricantes de este tipo de vehículos en el planeta, ve en Colombia una gran oportunidad de expansión
El gerente de la compañía para Colombia, Luis Mesa, le comentó a CAMBIO que la empresa ha visto un gran potencial para hacer negocios en Colombia por el creciente interés en vehículos de nuevas tecnologías y también por los beneficios otorgados por el gobierno y las administraciones locales que fomentan la compra de estos carros, buses y camiones.
“La progresiva demanda de opciones de movilidad sostenible, junto con la expansión de la infraestructura de carga, crea un entorno favorable para la adopción de vehículos eléctricos e híbridos. Además, la conciencia ambiental de los consumidores aumenta la viabilidad de estos vehículos como una opción, que ya se viene implementando en Bogotá, Medellín y Cali para el transporte público”, dijo.
La empresa no solo está en el segmento de automóviles. También tiene vehículos de carga y ha hecho alianza con empresas locales para el ensamblaje de buses eléctricos, chasis y fabricación de carrocerías en Colombia.
Los chinos están en todo. El sector salud no es la excepción. Hace un par de años, durante la pandemia por Covid-19 empezó a sonar un nombre de una farmacéutica poco conocida localmente: Sinovac, una empresa que surgió en 1999 en Pekín enfocada en la investigación, desarrollo, fabricación y comercialización de vacunas.
Hoy Sinnovac tiene una alianza con la alcaldía de Bogotá, BogotáBio, con la que buscan generar vacunas a nivel nacional. “Desde su creación, en 2023, se ha avanzado en importantes hitos, incluyendo el proceso de selección del terreno y la puesta en marcha de los procesos regulatorios necesarios”, explicó Diana Calderón, vicepresidenta de asuntos públicos y líder país de Sinovac. La idea es que esta planta produzca vacunas contra hepatitis A, polio y varicela.

Según Calderón, la empresa planea seguir invirtiendo en el país. Les llama la atención la ubicación geográfica para la distribución de vacunas y medicamentos biológicos e incluso consideran relevante el clima tropical, sumado a la persistencia de enfermedades endémicas como el dengue o la malaria. “Somos una empresa que invierte en investigación y estamos desarrollando nuevas tecnologías de última generación como las vacunas en ARNm mensajero, por eso vemos a Colombia con gran interés”, aseguró.
Se podría decir que los chinos se están abriendo camino en todos los sectores. Están en aplicaciones de transporte como Didi, en celulares como Xiaomi o en grandes proyectos mineros, como el de Zijin Continental Gold, en el municipio antioqueño de Buriticá. La invasión china es una oportunidad para que Colombia se abra hacia una economía que no ha dejado de crecer en las últimas décadas y que varios expertos estiman pasará a Estados Unidos.
En medio de las tensiones comerciales, mientras Estados Unidos aterroriza al mundo y busca bloquear a China, lo que puede terminar pasando es que más empresas busquen negocios con ese nuevo amigo que quiere comerciar e invertir sin condiciones e intimidaciones.
