Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Crédito: CAMBIO
"Latinoamérica es el deudor más importante del FMI", Rodrigo Valdés, director del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional
- Noticia relacionada:
- Economía internacional
- Crecimiento Económico
En entrevista con CAMBIO, el vocero del Fondo Monetario Internacional habló de la necesidad de bajar la deuda y, sobre todo, de recuperar suficiente espacio fiscal para soportar los nuevos impactos que se presienten en el entorno internacional.
Unas finanzas públicas sanas les permiten a los países tener un mayor margen de maniobra ante contingencias como la que sufrió el mundo con el covid -19, la guerra en Ucrania y la alta inflación.
De ahí que Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI) recomiende a los países recomponer el espacio fiscal que utilizaron en los últimos dos años lo más pronto posible, para recuperar el crecimiento. Valdés le contó a CAMBIO cómo percibe a América Latina y el Caribe, precisamente la región que menos margen de maniobra tiene en la actualidad.
CAMBIO: El FMI actualizó las proyecciones globales, entre ellas las de los países de la región. ¿Qué se espera para este y el próximo año?
Rodrigo Valdés: América Latina y el Caribe, como región, va a desacelerar su crecimiento, que fue de 4,1 por ciento el año pasado, a 2,3 por ciento, para este año. Se espera algo similar en 2024. Esto obedece a una natural desaceleración después de un rebote muy fuerte poscovid; también, a que las condiciones externas son menos amigables que antes, y a que la política económica, especialmente la monetaria, ha sido bien contractiva en varios países.
CAMBIO: A mediano plazo, ¿cuáles son esas expectativas?
R.V.: Un mensaje de nuestro reporte es felicitar a los países de la región por su reacción de política fiscal y monetaria en los últimos años contra la inflación. Ante el covid también fue determinante el apoyo fiscal.
Pero quedan dos grandes tareas: uno, recomponer el espacio fiscal. Eso quiere decir bajar los niveles de deuda en relación con el PIB. La segunda tarea es estimular el crecimiento potencial de la región, que es bajo, 2,5 por ciento. Ese es un número que no se levanta con política macroeconómica de corto plazo, sino con reformas y cambios estructurales. Pero sin una macroeconomía más ordenada, no podemos empezar a pensar en más reformas para crecer más.
frase-destacada
"Queda la tarea a futuro de recomponer el espacio fiscal, que eso quiere decir, en lo posible, bajar los niveles de deuda en relación con el PIB".
CAMBIO: ¿Cómo ve la inflación en América Latina?
R.V.: Lo mejor es mirar lo que llamamos “Latinoamérica 5”, que son las cinco economías más grandes, con metas de inflación y flexibilidad cambiaria. Dentro de ellas está Colombia. En esos países vemos que la inflación está bajando este año y seguirá bajando para el próximo.
La combinación de menores precios de bienes en el mundo en los últimos meses y la política monetaria y su credibilidad nos permiten ser optimistas de que vamos a ir convergiendo en términos de inflación hacia la meta de cada país. También confiamos en que los países irán normalizando su política monetaria, es decir, bajar las tasas de interés.
CAMBIO: ¿Han sido entonces efectivas las subidas de tasas o hace falta otro impulso?
R.V.: Depende un poco de cada país. Hay algunos que ya están cortando tasas: Chile, Brasil, Perú; otros están evaluando cuándo: Colombia y México. Depende de cuánto subieron las tasas, cuándo las subieron y otros choques propios que puedan tener. En algunos países hay que tener particular cuidado en no disminuir este esfuerzo demasiado rápido y bajar las tasas a mucha velocidad.
Hay que ser cautelosos, porque hay dos riesgos: si las tasas se bajan demasiado hay un riesgo de que la inflación vuelva a subir; si se bajan demasiado lento o muy tarde, hay riesgo de que el sacrificio de la economía sea mayor del necesario para controlar la inflación. Ese dilema es muy propio en cada país, porque hay economías más débiles que otras.
Para profundizar
CAMBIO: Estamos viendo una serie de choques globales. ¿Hay riesgos de inflación para América Latina con lo que está pasando en Israel y Gaza?
R.V.: No sabemos todavía cuál será el impacto de los sucesos más recientes en Israel y Gaza. En general, tenemos que estar preparados para varios choques, como los climáticos, algunos son más predecibles, como el fenómeno de El Niño, que tiene consecuencias complejas en determinados países.
Nuestra directora ejecutiva del FMI suele decir que lo hay que hacer es “prepararse para un mundo de más shocks”, y por eso hay que tener más flexibilidad y más espacio de política fiscal para maniobrar, porque el mundo se ha tornado más propenso.
frase-destacada
"Si las tasas se bajan demasiado hay un riesgo de que la inflación vuelva a subir; si se bajan demasiado lento o muy tarde hay riesgo de que no se tenga un sacrificio de actividad económica mayor al necesario para controlar la inflación".
CAMBIO: ¿Cómo se puede reconstruir ese espacio fiscal del que habla?
R.V.: Lo primero es que los países que ya tienen políticas de regla fiscal, diseñados de manera que primero estabilicen la deuda y luego pueden bajarla, las cumplan. Eso requiere disciplina y esfuerzo, porque siempre hay necesidades de corto plazo, pero es muy importante llevar a cabo esos planes.
El problema es que estos planes no hacen que caiga la deuda, solo la estabilizan, y por lo tanto, también es momento de empezar a pensar cuándo va a ser posible, y ojalá pronto, tener más ambición para bajar los ratios de deuda en relación con el PIB.
CAMBIO: ¿Qué tanto es el nivel de endeudamiento de los países de la región con el FMI en comparación con otras economías?
R.V.: Es importante ver con quién nos comparamos. Hay países desarrollados que pueden tener mucha más deuda, pero frente a otros países emergentes, con clasificaciones de riesgo similares, en general la deuda en América Latina es más alta.
CAMBIO: ¿Cuál es el uso que América Latina ha hecho del Fondo Monetario?
R.V.: En los últimos 70 años, más de la mitad de los fondos que se han utilizado de distintas formas han ido a América Latina. Eso muestra la relevancia de la región para el Fondo Monetario.
En un caso más reciente, 200.000 millones de dólares, básicamente 65 por ciento del total del Fondo, ha ido a la región, incluyendo las líneas precautorias, pero además hay un montón de programas con otros países. La región recibió mucha ayuda rápida con el covid. La región es el deudor más importante del FMI.
Para profundizar
CAMBIO: El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha hablado de una propuesta que tienen varios países de América Latina para el FMI: cambiar acción climática por deuda. ¿Cómo recibe el FMI esa propuesta?
R.V.: Siempre estamos discutiendo modificaciones de los distintos instrumentos que existen. El Fondo, desde hace unos pocos años, tiene una línea nueva muy diferente a las anteriores. Sus siglas son RSF: Resilience and Sustainability Facility, o Facilidad para la Resiliencia y la Sostenibilidad.
Es una línea de largo plazo, de muy baja tasa de interés, y atada a una matriz de reformas en resiliencia y sostenibilidad. Ya tres países en la región lo tienen: Jamaica, Barbados y Costa Rica, y algunos otros podrán venir posteriormente.
CAMBIO: Bonilla sostiene que los créditos con el FMI son una especie de seguro: hay que tenerlos, pero no usarlos. ¿Cómo lo entiende el FMI?
R.V.: Creo que el ministro Bonilla está haciendo una excelente pedagogía de lo que se trata la línea de crédito contingente.
CAMBIO: El FMI ha venido haciendo ajustes en sus líneas de crédito. ¿Qué implican esos cambios y cómo se pueden beneficiar países como Colombia de esto?
R.V.: Se aprobaron algunos cambios en las llamadas líneas precautorias, una de las cuales es la línea de crédito flexible que mantiene en Colombia, Chile, Perú, México y Marruecos. En el pasado la tuvo Polonia, pero América Latina es la que concentra esta línea. Se hizo una reforma que básicamente da un mayor sello de calidad al tener la línea de crédito, porque intenta ser más objetivos los criterios para calificarse.
La línea de crédito flexible es una línea de crédito a la que acceden países que tienen marcos macroeconómicos que dan bastante seguridad, que son buenos, pero no son una coraza que está siempre ante cualquier shock. Hay impactos que son lo suficientemente grandes y ante ellos podrían requerir alguna ayuda de financiamiento. Eso es lo que hace la línea de crédito flexible.
CAMBIO: En Colombia, así como en otros países de la región, se están preparando una serie de reformas estructurales. ¿Qué opinión tiene el FMI de ellas?
R.V.: Muchas de las reformas que se están haciendo son muy necesarias en un plano más social, y no necesariamente están relacionadas a crecimiento económico, pero no por eso no hay que hacerlas. Con esto en mente, es muy importante cuidar el efecto fiscal. Y en tercer lugar, ojalá esas reformas tengan un apoyo lo más transversal posible, pues para que las reformas estructurales duren en el tiempo requieren de pactos políticos que las sostengan.