¿Por qué subió tanto la factura de la energía eléctrica?
Crédito: Fotoilustración: Yamith Mariño
En 2022 el precio de la electricidad fue uno de los protagonistas de la inflación. Como siempre, unas razones del alza obedecen a lo que sucede dentro del país; otras, a lo que sucede en el mundo, y otras, simplemente, al clima.
La inflación de la electricidad durante 2022 fue de 22,40 por ciento. En su punto más alto –septiembre– la variación anual llegó a 40 por ciento, pero incluso hubo incrementos de hasta 50 por ciento en la región Caribe. Detrás de la subida de los precios de la energía, en un momento en el que los embalses de las generadoras hidroeléctricas están llenos de agua, hay varias razones. Como siempre, unas obedecen a lo que sucede dentro del país; otras, a lo que sucede en el mundo, y otras, simplemente, al clima.
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Igual que en el mundo del petróleo, la energía eléctrica se vende con contratos futuros. Es decir, lo que estamos consumiendo hoy se vendió hace meses; y hoy se está vendiendo lo de los próximos meses. En los meses anteriores pagamos un precio alto de energía por la incertidumbre que había sobre la entrada en funcionamiento de varios proyectos, entre ellos Hidroituango, cuya fecha de entrada en operación estuvo en duda hasta último momento, con el riesgo de pagar una multa millonaria por incumplimiento.
A eso se suma, en la actualidad, el pronóstico del Ideam del Fenómeno de El Niño para el segundo semestre del año, lo que significa la ausencia o disminución de las lluvias y, por lo tanto, la disminución en los niveles de los embalses, lo que obliga a las generadoras hidroeléctricas a empezar a ahorrar. Como el sistema les obliga a vender energía permanentemente, ante la amenaza de que la oferta disminuya en el futuro, y que la demanda se mantenga, el precio incrementa.
Los otros actores del mercado son las generadoras termoeléctricas. Estas empresas son las que reciben el cargo por confiabilidad para estar listas en caso de que el país las necesite en funcionamiento. Además, generan energía con gas natural o carbón, materias primas costosas en el mundo por el conflicto entre Rusia y Ucrania, así que entran al mercado a ofrecer su electricidad también a un mayor costo.
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El otro factor que eleva el precio de la energía eléctrica es la misma inflación. Las tarifas de energía se calculan con una fórmula que tiene en cuenta el índice de precios al consumidor (IPC). Pero si la inflación sube mucho, impulsa el precio de la energía, que a su vez vuelve a empujar la inflación. Para cortar esa espiral, el Gobierno y las empresas del sector incluyeron en su ‘Pacto de Justicia Tarifaria’ un cambio en la fórmula con el objetivo de elegir el indicador más bajo entre el IPC y el índice de precios al productor (IPP), una especie de inflación solo para productores, que en 2022 subió 21,81 por ciento.
El Sistema Interconectado Nacional
El precio de cada kilovatio de energía eléctrica por hora se distribuye entre todos los actores del sistema: 36 por ciento se le paga a los generadores de energía; otro 32 por ciento, a los distribuidores del servicio; 6 por ciento se cobra por la transmisión de energía por las redes; 13 por ciento, por la comercialización. Las empresas pueden recibir 3 por ciento para compensar las restricciones y 8 por ciento para compensar las pérdidas del sistema.
Esas pérdidas pueden ser técnicas, es decir, las que se dan, por ejemplo, por las condiciones de infraestructura de las redes de transmisión y ocurren mientras la energía eléctrica se transmite de un lado a otro. Las no técnicas incluyen los robos de energía o conexiones irregulares.
Roberto Angulo, economista experto en pobreza y desigualdad, advirtió que no se trata solo de bajar las tarifas de energía, sino de “cómo conseguir tarifas asequibles y equitativas en condiciones de eficiencia”, una tarea que no es sencilla y para la cual se necesita de un órgano colegiado o un grupo de expertos, no de una sola persona.