La calidad educativa es una tarea pendiente

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Crédito: Freepick

29 Enero 2024

La calidad educativa es una tarea pendiente

¿Por qué Colombia no mejora en las pruebas Pisa? ¿Cuáles son las claves para iniciar una transformación educativa en Colombia? Santiago Espinosa, escritor y rector del Gimnasio Sabio Caldas, les hizo estas preguntas a diez expertos en calidad educativa. El artículo, que fue publicado por CAMBIO el domingo, recoge distintas perspectivas sobre los malos resultados en las pruebas. Hay una idea preocupante, en la que parecen estar de acuerdo los diez invitados: Colombia no tiene una política pública sobre la calidad educativa. 

Por: Santiago Espinosa

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Los esfuerzos se han centrado en que los niños vayan a clase, pero no tanto en lo que niños van a aprender en ellas. “No existe una política de calidad definida, amplia y clara. La política educativa implícita a la Ley 715 de 2001 centró su atención a mejorar el acceso y la cobertura”, señaló la exsecretaria de Educación Edna Bonilla”. Yolanda Reyes, escritora y directora de Espantapájaros, incluso habla de “un cambio de paradigma educativo que entienda que la educación excede un periodo de gobierno y requiere de un consenso social y político profundo”. Los gobiernos, en medio de sus disputas políticas, no han entendido que en la educación debe ser “otro contrato social de la nación”.

Colombia, nos recuerda el artículo, es uno de los pocos países que no ha pensado en un currículo nacional, esta es otra constante en las respuestas de los invitados. ¿Qué es el currículo? Luisa Pizano lo define en este artículo como la respuesta a estas preguntas fundamentales: “Debemos pensar en un currículo que responda a las siguientes preguntas: ¿qué enseñar?, ¿para qué enseñar? y, ¿cómo enseñarlo?”. El magisterio ha defendido la libertad de cátedra como derecho fundamental, pero esto ha supuesto, en muchos casos, que el colegio tiene tanto currículos como profesores, o que se hayan privilegiado unos contenidos dispersos en cada clase, dejando a un lado el desarrollo integral de los estudiantes. Sobre esto señaló Juny Monotoya, directora de Desarrollo e Innovación Pedagógica y Curricular de la Universidad de los Andes: “Si bien somos un país diverso y por eso nos resistimos a la estandarización, la libertad curricular no sirve de nada si va a quedar a merced de las editoriales o de la repetición de unos contenidos obsoletos.”

Cuando no hay una política pública el resultado es la dispersión de los esfuerzos, esto señalan los rectores de los colegios. “Falta una alineación entre el currículo escolar, las metodologías y las habilidades para la vida”, sostiene Catalina Guzmán Urrea, rectora del Colegio Marymunt de Medellín, o agreda Eucardo Pérez, rector del colegio Calasanz Buenavista de Ciudad Bolívar: “la educación es una práctica compleja donde intervienen distintos actores. Si están desarticulados, no se podrán obtener los buenos resultados que la sociedad necesita”. Moisés Wasserman incluso habla de la ausencia un diagnóstico claro sobre lo que está pasando en materia de calidad educativa: “mi diagnóstico es que probablemente no hemos hecho un buen diagnóstico”, señaló el exrector de la Universidad de Colombia. Los gobiernos presentan los resultados de las pruebas, y buscan responsables, pero no se tiene mucha claridad sobre lo que preguntan las pruebas ni sobre cómo podemos mejorar en ellas. 

“En Colombia, los diferentes gobiernos han descuidado los factores asociados a la calidad de la educación: formación de docentes, currículo y liderazgo pedagógico”, responde Julián de Zubiria, columnista de el espectador y director del instituto Alberto Merani. Y esta es otra constante del artículo, la formación de los docentes. En su alocución sobre los resultados, el presidente Gustavo Petro propuso “maestrías gratuitas para los profesores del país”, pero la formación que necesitan los profesores parecería estar más enfocada en sus impactos en el aula, y no tanto en la investigación sobre educación, que es lo que se hace en las maestrías. Sobre esto señaló para el artículo Víctor Alberto Gómez, rector del Gimnasio Moderno: “Se debe tener una política pública clara y coherente para la contratación, evaluación y capacitación de maestros”. 

Aparte de todo lo anterior, algunos invitados centraron sus respuestas en el propósito mismo de la educación. El panorama son unos colegios descontextualizados, que en muchos casos no le están apuntado a las habilidades que los estudiantes necesitan. Señaló Jorge Castilla, rector de la Institución Educativa Departamental Mitsilou Campbell de Los Negritos, Magdalena.: “en la escuela de hoy no se llega a aprender sino a desaprender, y básicamente porque el estudiante no encuentra en la escuela de hoy lo que él quiere o lo que él desea para consolidar sus sueños.”

Hasta que no haya un esfuerzo nacional por responder a estas preguntas, los resultados difícilmente mejorarán, como no mejora la capacidad de los estudiantes para leer críticamente el mundo, o solucionar un problema complejo a través del razonamiento matemático y científico. Y lo que es más importante, el país no encontrará en los colegios la posibilidad de las transformaciones sociales que necesita: “el problema no es la prueba sino las brechas”, concluye Yolanda Reyes. 

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