Inteligencia artificial: ¿una nueva amenaza contra el cuerpo de la mujer?
4 Febrero 2024

Inteligencia artificial: ¿una nueva amenaza contra el cuerpo de la mujer?

Crédito: Reuters

Unas imágenes pornográficas de Taylor Swift hechas con inteligencia artificial develaron el riesgo que corren las mujeres frente a esta tecnología no regulada. Además, abre una discusión sobre el fin de los límites de los fetiches más oscuros.

Por: Pía Wohlgemuth N.

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Un día de enero, la red social X se inundó de videos pornográficos de Taylor Swift. De inmediato, millones de usuarios buscaron las imágenes, deseosos de ver expuesta a la princesa del pop, que suma 478 millones de seguidores en sus redes sociales. Al día siguiente, los administradores de X bloquearon el contenido y su búsqueda. Todo resultó ser falso.

Alguien había usado la cara de Swift para hacer videos sexuales con inteligencia artificial (IA). Eran muy realistas, por eso les llaman deepfakes. Este caso puso al mundo a hablar de un tipo de violencia a la que hoy se exponen muchas mujeres. Una violencia machista con agresores ocultos y cuyos límites éticos no existen.

Quien siempre soñó con ver a Taylor Swift haciendo pornografía, puede cumplir su deseo. Quien quiera ver a cualquier mujer en videos sexuales, podrá hacerlo en un mundo de IA que parece imposible de regular. La víctima, entonces, pierde el control sobre su imagen, que puede ser moldeada y usada sin ningún control por cualquier persona. 

En otro plano figuran las mujeres de la industria del porno y del llamado webcamming. Hay contenidos que sobrepasan la imaginación de muchos, con el objetivo de complacer a un cliente. Según la activista de derechos humanos Claudia Yurley Quintero, una de las mujeres que más gana en el negocio webcam introduce bolas de billar en su vagina a petición de los usuarios. Pero los fetiches y deseos de quienes compran mujeres en línea van mucho más allá.

Mercury, una coach de modelos webcam en Medellín, cuenta que algunos les piden a las modelos que se corten, se mutilen e incluso se suiciden frente de la cámara. La gran mayoría pone un límite. Si existiera un avatar, una versión deepfake de estas mujeres, controlada por la versión real de ellas -o tal vez no-, la situación sería distinta. 

“Incluso quienes trabajamos en esta industria tenemos derechos: derechos de imagen. Si yo hago un video con plena consciencia del tema, tengo que tener el derecho de decidir si esto lo quito, lo pongo, lo subo. El que yo trabaje en esta industria no le da a otra persona derecho a usar mi imagen y hacer con ella lo que quiera”, dice la mujer, que en sus redes aparece como @mercuryfmoficial. 

Una de las discusiones clave gira en torno al fin de los límites que imponen el propio cuerpo y la voluntad y el inicio de una forma de violencia machista incontrolable. El cuerpo de la mujer, siempre cosificado y hoy usado con fines mercantiles, pasa a pertencer a la IA. Muchos dicen que la prostitución y el webcamming son la pérdida de la autonomía del cuerpo de las mujeres. Claudia Yurley Quintero considera que la pornografía cosifica a la mujer, ya que es una industria de abuso sexual y de explotación. Con la IA, asegura, esto solo empeorará. Un estudio de Home Security Heroes -citado por El Diario.es- muestra que la creación de deepfakes de tipo pornográfico aumentó 464 por ciento entre 2022 y 2023. 

Para un empresario con 20 años en el negocio webcamer en Colombia -quien prefiere mantener su nombre en reserva-, el uso de la IA significa un cambio drástico. Explica que hay múltiples usos de esta tecnología en la industria: en la iluminación de los sets en donde se hacen las modelos; en un chat en el que los usuarios se mensajean con un robot, que puede “atender algunas cosas”, y en los traductores, que pueden convertir un acento paisa en uno de inglés británico. Según el empresario, en algunas partes del mundo y en plataformas similares a OnlyFans hay avatares de mujeres reales haciendo contenido sexual.

El experto va más allá. Piensa en la creación de mujeres con IA. Caras y cuerpos que no existen y que se suman a la oferta de las plataformas webcam: “Se acabaría la explotación del cuerpo humano, se acabaría el proxenetismo, porque son seres irreales y nadie se vería perjudicado”, anota.

Sin embargo, el cuerpo de la mujer seguiría siendo vulnerado. Por eso, la activista Quintero piensa que abrirle la puerta a la IA dejaría más expuesto el machismo y el control sobre el cuerpo femenino.

La (no) autonomía sexual

María Catalina Moreno, vocera de la Fundación Karisma -organización que trabaja por los derechos humanos y la justicia social en el uso de la tecnología digital-,  piensa que casos como el de Swift son un claro ejemplo de violencia digital.

“Se le está restando independencia a la mujer, se está eliminando su autonomía sexual”, anota, y agrega las dificultades que existen en la regulación. “Más que regular la tecnología y prohibir la IA generativa, debemos centrarnos en las causas que hay en la sociedad para incurrir en este tipo de violencias”, explica Moreno. Considera que aparte de fijarse en las causas estructurales, es clave pensar en la restauración de la víctima.

Quintero piensa que el problema es de fondo: “El machismo no se puede regular”, sostiene. Por eso, insiste en la necesidad de cambiar culturalmente: una ley no hará mucho.

Quintero deja claro que hay una diferencia importante entre quién quiere y decide utilizar IA y quién no. Si una modelo webcam utiliza esta tecnología y produce el contenido que quiere, es diferente que si alguien toma su imagen y, sin su permiso, crea videos simulando ser ella.

En Colombia, donde ni siquiera está regulado el negocio webcam, pasar a regular la IA y sus usos en la misma industria parece un propósito lejano para un Estado ocupado en otros asuntos. La vocera de Karima explica que algunas plataformas están haciendo el esfuerzo de etiquetar los contenidos hechos con IA para que los usuarios sepan que lo que están viendo no es real. En el caso de los contenidos sexuales, tanto quienes los  “producen” como las plataformas porno -en las que se calcula hay un 70 por ciento de contenido deeepfake, según el estudio de Home Security Heroes-, podrían tener la misma transparencia.

En casos de las mujeres que, como Taylor Swift, son víctimas de un ataque y un uso indiscriminado y no autorizado de su imagen, no hay una salida clara. ¿Cuántos otros cientos de miles de casos están ocurriendo en este momento, difundiéndose en páginas web menos visibles mientras usted termina de leer este artículo?

 

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