"La justicia colombiana me dio una patada en la cara": mamá de Ana María Castro

Este martes 26 de septiembre, el Tribunal de Bogotá desestimó que las circunstancias en las que murió la joven Ana María Castro constituyeran un feminicidio y rebajó la pena de 41 a 33 años de prisión a Paul Naranjo y Julián Valente Ortegón. Nidia Romero, madre la víctima, le contó a CAMBIO que, a raíz de la decisión del magistrado Mario Cortés Mahecha, el abogado que estaba tramitando su defensa, Abelardo de la Espriella, se apartó del caso.

El tribunal consideró en segunda instancia el testimonio del testigo Mateo Reyes y determinó que los dos procesados sí estuvieron relacionados con el crimen. Sin embargo, el magistrado resolvió que el delito era un homicidio agravado.

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"El Tribunal ha encontrado demostrado en el presente caso, es decir, mediando acuerdo previo y luego de detener durante 47 segundos el vehículo donde se transportaban, los acusados golpearon a Ana María Castro Romero con objetos contundentes, causándole graves lesiones en el cráneo y en el tórax que le produjeron la muerte, y después la abandonaron a su suerte, mientras agonizaba", comentó el togado.

Un sistema injusto, inhábil y machista

Luego de la muerte de Ana María en marzo de 2020, Nidia Castro ha dedicado su vida a esclarecer el crimen, buscar justicia para otras víctimas como ella y limpiar el nombre de su hija, el cual fue mancillado por voces que intentaron justificar el asesinato con la común excusa de que lo que le sucedió le pasó por estar borracha.

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"Estoy muy decepcionada del sistema judicial, es injusto, inhábil y machista. Como madre, seguiré luchando seguiré luchando todo lo que esté a mi alcance".

Como muchas madres de víctimas, Nidia ha hecho lo que está a su alcance para visibilizar el caso y maximizar los testimonios de mujeres que, como ella, luchan en estrados judiciales en contra de la violencia de género.

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Este martes, Nidia recibió la noticia de la rebaja de pena para los acusados de asesinar a su hija como un portazo en la cara por parte de la justicia: "La administración de justicia colombiana no me dio una bofetada, me dio una patada en la cara. Nunca le ha importado nuestras hijas", manifestó en diálogo con CAMBIO.

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"Esta es la real pandemia, la de los feminicidios. Me quedo sin palabras. Aquí no vale la vida humana a menos de que sean los hijos de los poderosos": Nidia Castro.

Para Castro, las pruebas que presentaron, además de la declaración de Julián Ortegón, en la que contó que le dijo a Ana María el día de su muerte "respete a mi amigo, usted no debería comportarse así", es una prueba de que los implicados cometieron el crimen con consideraciones machistas, por lo que el tribunal debería calificar el delito como un feminicidio, como pasó en primera instancia.

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Este martes, luego de la decisión del magistrado, Abelardo de la Espriella, quien había liderado la defensa de los intereses de Nidia y su familia, comunicó que ya no se haría cargo del caso. "Quedé sola", le dijo Nidia a CAMBIO.

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Nidia y su familia solamente tienen cinco días para conseguir un nuevo abogado y poder apelar la determinación del Tribunal de Bogotá.

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Las amenazas a Nidia

En las últimas semanas, ha recibido amenazas de muerte que la obligaron a salir de Bogotá para sentirse más segura.

Aunque presentó el material probatorio ante la Fiscalía, denuncia en CAMBIO que el ente investigador nunca indagó ni le prestó atención a las intimidaciones. Hasta el momento, el autor de las amenazas es desconocido.

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"A la Fiscalía no les interesamos, somos números más, somos estadísticas y ya", concluyó