Todo lo que falló para prevenir el feminicidio de Érika Aponte
15 Mayo 2023

Todo lo que falló para prevenir el feminicidio de Érika Aponte

Pese a haber denunciado y haber hecho un llamado urgente a la “llamada de vida”, las medidas de protección para Érika Aponte fueron insuficientes.

Por: Maria F. Fitzgerald

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Érika Aponte solicitó ayuda para enfrentar a su agresor desde el jueves 11 de mayo. Era la primera vez que lo hacía pues, como contó la alcaldesa Claudia López, ella ya llevaba más de 11 años soportando los ataques constantes de su agresor. 

Pese a que las medidas de protección le fueron otorgadas, no fueron suficientes. De acuerdo con López, Érika Aponte solicitó ayuda demasiado tarde. Así lo dijo durante la rueda de prensa que dio sobre el caso. 

La alcaldesa también señaló que hubo partes en la ruta que fallaron: “El comportamiento de Cristian Camilo Rincón (feminicida que se suicidó) fue sistemáticamente violento, psicopático. Érika hizo lo correcto, con valentía contó los hechos. En tres días las autoridades competentes le ofrecieron todas las medidas, incluida Casa Refugio, pero consideró estar protegida con su papá y con su hermana”. 

Sin embargo, también existieron otras fallas que aplican, en general, a la atención dada a los casos de violencia basada en género. La inoperancia de las autoridades es una de las principales causantes de la sostenida oleada de violencia que, para algunas expertas, podría ser prevenible.  

¿Qué falló? 

La alcaldesa López asegura que nadie debe juzgar a Érika: “Ni revictimizarla. Tampoco a las entidades que la atendieron el jueves pasado cuando finalmente denunció. Todas actuaron inmediatamente y le ofrecieron las medidas de asistencia y protección previstas. Nadie actuó mal y sin embargo no logramos salvarla del machismo violento de su expareja. La lucha social e institucional frente a todas las violencias contra las niñas y mujeres debemos continuarla y reforzarla”. 

Usualmente, la ruta es la siguiente: la mujer que requiere ayuda para ser atendida por violencia de género pone la denuncia a través de una llamada a la línea de emergencias o a la línea púrpura. Allí, dependiendo de la inminencia de la emergencia, recibirá protección por parte de la Policía Nacional o recibirá acompañamiento de la Secretaría de la Mujer y la Secretaría Distrital. 

Así, la mujer empezará a ser atendida por la Ruta de Atención Integral para víctimas de violencias de género, que consta de una serie de acciones interinstitucionales que incluyen: dar atención en salud física y emocional, además de atención a nivel jurídico sobre las posibilidades de acciones frente a su agresor. 

Posteriormente, se tomarán las medidas de protección, que son asumidas por las Comisarías de Familia y guiarán a la mujer sobre si es necesario que reciba acompañamiento por parte de la Policía –los uniformados pasarán en rondas por su lugar de residencia o de trabajo para verificar que las cosas estén bien–, o si es necesario reubicarla en una Casa Refugio. 

En el caso de Érika, todas las medidas le fueron ofrecidas. Pese a esto, las fallas iniciaron en el Comando de protección de la Policía de Soacha. Aunque se solicitó que se dieran medidas de protección ante la inminencia de las amenazas, la Secretaría Distrital señaló en un comunicado que: “Se trasladaron las medidas para que la Comisaría de dicho municipio definiera el asunto de conformidad con la Ley 2126 de 2021”.

De acuerdo con una fuente anónima de la Secretaría de la Mujer, el caso de Érika es muestra de las fallas que tiene el sistema, pues ella estaba siendo monitoreada en su casa, pero no en su trabajo: un lugar público en donde era altamente vulnerable. 

De hecho, el mismo alcalde de Soacha, Juan Carlos Saldarriaga, aseguró en las últimas horas que las fallas claramente se presentaron cuando Érika llegó a Bogotá: “Hoy los hechos dicen que el crimen se cometió en Bogotá, no en Soacha”. 

Esas son el tipo de fallas que, de acuerdo con Olga Sánchez, directora de la Casa de la Mujer, se convierten en las grietas por las que se cuela la violencia feminicida: “El feminicidio es uno de los últimos eslabones del continuo de violencia contra las mujeres. En general, ha estado también precedido por la denuncia y porque las rutas de atención, de protección, de sanción, no funcionan adecuadamente. Una mujer denuncia y la medida de protección se demora o no funciona, o se limita a ciertas zonas y al final terminan quedando totalmente desprotegidas”. 

Sánchez señala que, por ejemplo, Medicina Legal tiene una lista de mujeres que están en alto riesgo de feminicidio. Ellos han desarrollado una metodología que permite listar a mujeres que, por ejemplo, llegan más de dos veces a ser revisadas, o tienen heridas muy graves. Son mujeres que están potencialmente en peligro de ser víctimas de feminicidio. Pero esas mujeres no son protegidas antes de que suceda el hecho, cuando podrían serlo. 

No obstante, y pese a que todas estas medidas podrían ayudar a mitigar el impacto de toda esta violencia, Olga Sánchez considera que la única forma en que las medidas dejarán de fallar ocurrirá cuando se entiendan las dimensiones reales de esta violencia: “No basta con que las rutas de atención funcionen, porque así funcionaran, es necesario que la sociedad se dé a la tarea de desnaturalizar la violencia contra la mujer. De lo contrario, estos hechos continuarán ocurriendo”.

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