El 79 por ciento de las mujeres destina parte de su tiempo al suministro de alimentos, es decir, a cocinar y servir la mesa.
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Las mujeres dedican el doble del tiempo que los hombres a trabajo doméstico sin remuneración
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Cifras del Dane muestran que las mujeres dedican cuatro horas y media al día más que los hombres a tareas como el cuidado de infantes, limpieza del hogar y oficios de cocina. Según la Organización Internacional del Trabajo, se necesitan 209 años para cerrar la brecha de género en estas labores.
Las mujeres dedican el doble del tiempo a labores de trabajo doméstico en comparación con los hombres. En Colombia, en promedio, las mujeres destinan siete horas y 44 minutos del día a labores de trabajo doméstico no remunerado, mientras que los hombres dedican alrededor de tres horas y seis minutos.
Estas son las cifras de la más reciente‘Encuesta nacional del uso del tiempo’ del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), un sondeo que hace la entidad cada tres años e indaga con los colombianos qué tipo de labores realizan en su día a día y cuánto tiempo destinan a ellas.
Según el Dane, todos los días las mujeres gastan unas cuatro horas 38 minutos más que los hombres en actividades de trabajo doméstico no remunerado, como la limpieza y el cuidado del hogar, el suministro de alimentos y el cuidado y atención de menores de 5 años o de adultos mayores.
Si a esto se le suma la carga horaria que tienen tanto hombres como mujeres en labores de trabajo remunerado, es decir, en sus empleos, a diario los hombres tienen una carga global de diez horas con 41 minutos, mientras que la de las mujeres llega a 13 horas 31 minutos.
Las mujeres trabajan más horas, también participan más que los hombres en estas labores. En proporción, el 90,3 por ciento de las mujeres realizó actividades de trabajo no remunerado frente al 63 por ciento de hombres entre 2020 y 2021, periodo en que se tomaron los datos de la más reciente encuesta.
¿Cómo se reparten las labores del hogar?
Según el Dane, el 79 por ciento de las mujeres destina parte de su tiempo al suministro de alimentos, es decir, a cocinar y servir la mesa. En los hombres la proporción es del 32 por ciento. Ellas dedican alrededor de dos horas y seis minutos al día; ellos, una hora y dos minutos.
El 72 por ciento de las mujeres en el país dedica tiempo a labores de limpieza y mantenimiento, al igual que 69 por ciento de los hombres. Las mujeres destinan para esto una hora y 24 minutos de su día y los hombres una hora y siete minutos.
Según el Dane, la dedicación en tiempo de las mujeres a actividades con menores de 5 años es de 1 hora y 44 minutos, pero en cuidado pasivo, que se refiere a ‘estar pendiente’, la carga horaria es de 10 horas y 16 minutos. Los hombres destinan a estas mismas labores una hora y 31 minutos y seis horas y 16 minutos, respectivamente.
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La directora del Dane, Piedad Urdinola, explicó a CAMBIO que “por temas sociológicos, el trabajo doméstico no remunerado ha estado sobre todo a cargo de las mujeres, especialmente mujeres jóvenes, porque tiende a traslaparse con el momento en que nos convertimos en madres. De todo ese trabajo doméstico no remunerado, el grueso del tiempo se va en el cuidado de los niños más pequeños. Por eso esa disparidad tan grande”.
Según la directora del Dane, en el momento en que las mujeres alcanzan su primera maternidad, la gran mayoría sale del trabajo productivo. Muchas no se reenganchan a sus trabajos después. Esto, explica la funcionaria, tiene diferentes implicaciones en la vida de las mujeres, como el desarrollo de dependencia económica. Además, señala, las mujeres tienen mayores tasas de escolaridad. Esto no se refleja en el mercado laboral y se presenta una brecha de participación de alrededor de 20 puntos porcentuales.
“El grueso del tiempo de las mujeres en edad productiva se va a temas de cuidado de otras personas. Tenemos un gran capital humano formado desperdiciado, que se queda en la casa. Necesitamos generar muchos cambios para que estas cargas no recaigan solo en las mujeres y dar facilidades para que las mujeres puedan hacer todo. Y no solo las mujeres, también los hombres”, dice Urdinola.
La directora del Dane señala también que todas las cargas de trabajo doméstico no remunerado”están en el centro de lo que sucede en la economía” y que la economía productiva, la que sí es remunerada, no existe sin la economía no productiva o el trabajo doméstico no remunerado. De hecho, el Dane estima que el aporte económico de estas labores es de alrededor de una quinta parte del producto interno bruto (PIB) colombiano. Aunque estas actividades no se contabilizan en las cuentas nacionales, si se tomarán como tal, su aporte sería de 230 billones de pesos.
El Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana destaca también que en el país existen 19.4 millones de colombianas que realizan trabajo doméstico o cuidado no remunerado, y, entre las principales razones que explican por qué las niñas y mujeres que realizan oficios del hogar no estén estudiando son: la falta de dinero o costos educativos (el 19 por ciento), el tiempo dedicado a oficios del hogar (15,6 por ciento) y la falta de gusto o interés por estudiar (13,2 por ciento).
La brecha de género, un problema internacional
Cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestran que, a nivel global, las mujeres usan, en promedio, 4 horas y 25 minutos por día en tareas del cuidado sin pago, mientras los hombres utilizan una hora y 23 minutos al día para ello. Según la OIT, se necesitaran 209 años para cerrar la brecha de género en tareas del cuidado sin remuneración.
La entidad muestra también que 42,5 por ciento de las mujeres que tienen un título universitario están desempleadas o fuera de la fuerza laboral, porcentaje que cae al 17,2 por ciento en el caso de los hombres.
La OIT reconoce también un incremento de 38 por ciento entre 2005 y 2015 en la ‘penalidad por maternidad’, un término usado en sociología para referirse al fenómeno que enfrentan las madres a nivel laboral en términos de salarios, competencia y beneficios relativos frente a las mujeres que no tienen hijos.
Saida Quintero, directora del área de derecho laboral de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, la disparidad en las cargas de cuidado dificulta el acceso de las mujeres al mercado laboral. “Con las responsabilidades que tienen las mujeres no solo con los hijos, sino también con otros familiares, su posibilidad de entrar al mercado laboral remunerado se reduce porque no tienen la misma disponibilidad de tiempo que los hombres”, explica la experta.
Esto se traduce, según Quintero, en que las mujeres sean más propensas a tener que aceptar trabajos de medio tiempo o de tiempo parcial, lo que termina afectando, por ejemplo, su posibilidad de pensión, en la medida en que en algunas etapas de la vida no pueden trabajar y, por ende, no pueden aportar al sistema pensional de igual manera que un hombre.
La brecha de género en el mercado laboral y las cargas del cuidado son uno de los mayores retos que tienen las mujeres. Puede que no estemos a años luz de cerrar estas disparidades, pero al menos si nos faltan dos siglos, como lo plantea la OIT.