¿Cuál es el rol del feminismo en Colombia? Diez feministas responden
7 Marzo 2024 11:03 am

¿Cuál es el rol del feminismo en Colombia? Diez feministas responden

Crédito: Colprensa - Sergio Acero

El movimiento social que busca la equidad de derechos entre hombres y mujeres es hoy uno de los más visibles del país. CAMBIO habló con mujeres dedicadas al feminismo en distintas partes del país para conocer su perspectiva sobre qué papel cumplen hoy en Colombia, los logros y su representatividad.

Por: Pía Wohlgemuth N.

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El feminismo en Colombia es uno de los movimientos sociales más visibles del país. El movimiento feminista en Colombia tomó fuerza a partir de 1970, aunque la voz de las sufragistas había impulsado el derecho al voto femenino hacia 1954. En los últimos 50 años han tenido logros importantes como la despenalización del aborto hasta la semana 24, la ley de paridad, la creación del Ministerio de la Igualdad, la llegada de mujeres a la Vicepresidencia, entre otros.

Este movimiento, que lucha por la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres, pretende ser interseccional y comprender las dificultades adicionales que vive una mujer por razones distintas a su género. Esto incluye su condición socioeconómica, si pertenece a algún grupo étnico o minoría o, en Colombia, si ha sido víctima del conflicto armado, entre otras variables. 

A propósito de este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, CAMBIO consultó a mujeres feministas para entender qué opinan del movimiento en Colombia y encontró posturas diversas de quienes han alzado la voz por los derechos de todas.

¿Cómo define el feminismo colombiano?

Ana Cristina González, feminista, pionera del movimiento Causa Justa: ni aquí ni en ninguna parte hay un solo feminismo. Uno podría decir que las luchas del feminismo en Colombia han estado, durante muchas décadas, muy centradas en torno a las preocupaciones relativas al conflicto y a la paz.

Florence Thomas, psicóloga: el feminismo colombiano es un feminismo en movimiento donde se encuentran tres generaciones de feministas. Evidentemente con propósitos distintos y que construyen desde relatos diferentes mejores condiciones de vida para las mujeres colombianas desde también sus diversidades.

Gabriela Castellanos, investigadora de asuntos de género, mujer y sociedad: el feminismo colombiano es esa apuesta política que tiene una estrecha relación con la defensa territorial de nuestro propio cuerpo y del cuerpo que habitamos. No podríamos definirlo o darle un concepto específico, porque cada mujer lo resignifica y lo redefine desde el entorno, desde el lugar y desde sus vivencias propias. 

¿Qué victorias ha tenido el feminismo en Colombia? ¿En qué ha cambiado nuestra historia reciente?

Florence Thomas, psicóloga: una preocupación constante por cerrar brechas de género en múltiples campos. Un reconocimiento por lo que significa la economía del cuidado, el aborto despenalizado durante 24 semanas, etcétera. También hay una inmensa deuda: los feminicidios, que son casi uno al día en Colombia. Pero en general, ha habido un reconocimiento al hecho de que la ciudadanía de las mujeres tiene que ser una ciudadanía plena.

Rocío Pineda, cofundadora de la Red Nacional de Mujeres: pasó de grupos de autoconciencia en las principales ciudades del país, a ser una fuerza social poderosa, que mediante diversidad de estrategias legales, institucionales, educativas, académicas, investigativas, comunicacionales, culturales y políticas de carácter nacional e internacional ha influido en la transformación social y política del país y continúa haciéndolo.

Dora Saldarriaga, exconcejala de Medellín e investigadora: avances en decisiones políticas, gracias a la incorporación de curules feministas y mujeres en altos cargos del Estado; la agenda normativa; el posicionamiento del acoso sexual como un problema público que requiere intervención; a discusión pública del cuidado; las 24 semanas para el aborto.

¿Qué opina del escrache, amparado por la Corte Constitucional?

Beatriz Quintero, integrante de la Red Nacional de Mujeres: yo creo que no sirve, porque puede ser peligroso y no es el debido proceso, pero es que las chicas están mamadas de que no se les entienda, de que no se les oiga, de que ponen denuncias y la impunidad es lo más común. Además, está el escudo que forma el patriarcado para defenderse y defender a sus amigos frente a la violencia y el acoso sexual, sobre todo en las universidades.

Si me preguntan, no es lo adecuado, pero lo entiendo porque están agotadas de la impunidad.

Ana Isabel Arenas, economista y activistas de la Mesa de Economía Feminista: creo que es legítimo que públicamente se denuncie, que se señale a quienes cometen vejaciones, cualquier agresión contra las mujeres, cualquier tipo de abuso que se esconda en sus cargos, en su ser hombres, machos, patriarcas.

Dora Saldarriaga, exconcejala de Medellín, investigadora: como profesora de derecho constitucional, creo que la Corte generó un gran avance en tanto declara como hecho constitucional el escrache por la omisión de las instituciones de intervenir el acoso sexual, especialmente en las instituciones educativas.

¿El feminismo en el país está centralizado?

Sher Herrera, autora y afrofeminista: el movimiento está centralizado y muy fragmentado. Siempre ha sido un movimiento en el que participamos mujeres con ciertos privilegios de clase, de raza, de heterosexualidad, de capital simbólico o todos a la la vez. Está centralizado, pues la mayor fuerza del movimiento está en la capital del país, porque tiene mayor población. También está centralizado incluso en las periferias del país, yo muchas veces no puedo participar en los eventos feministas cuando estoy en Santa Marta porque el centro me queda como a una hora en bus, y vivo en el área urbana. Imagínense para las áreas rurales.

Eso no quiere decir que no existan mujeres lideres en la ruralidad y la periferia, pero no necesariamente luchan o se sienten identificadas con el feminismo de las ciudades que sigue siendo muy blanco –no tanto de piel como de pensamiento– y privilegiado.

Rocío Pineda, cofundadora de la Red Nacional de Mujeres: el feminismo colombiano al hacer parte de un país político centralista, también adolece de esa dinámica, aunque la dinámica participativa mediante redes y plataformas nacionales y territoriales el feminismo busca minimizar ese carácter. Solo en la medida en que el país cambie, el feminismo colombiano cambiará también su dinámica y acción social y política.

Ana Cristina González, feminista, pionera del movimiento Causa Justa: no creo que el feminismo esté centralizado en Colombia en el mismo sentido en que uno puede decir que el poder está centralizado. El movimiento feminista es rico en distintas regiones del país. Hablando del aborto, el movimiento Causa Justa tiene presencia en más de 20 ciudades del país, está representado por organizaciones, redes que tienen trabajo en las regiones e incluso en lugares muy alejados. Por supuesto, los desafíos son distintos y las amenazas también

Daniela Casanova, investigadora en asuntos de género enfocada en trabajo comunitario, economía del cuidado y ruralidad del Observatorio de Género de Nariño: este país es supremamente centralizado y en las decisiones de política a nivel nacional pueden tener más incidencia las compañeras de Bogotá o también en la consecución de recursos para lo que hacen.

Sin embargo, muchas mujeres sostenemos procesos en territorio, poderosos, transformadores y que resuelven necesidades locales. Creo que las compañeras del centro del país quizás han ganado más protagonismo dentro de la publicidad o la difusión de información, pero también que esas compañeras que hacen el proceso más comunitario, que no tienen una red social, que inclusive puede que no tengan un nombre como organización o que son activistas independientes, generan procesos súper poderosos y quizás mucho más transformadores.

¿El feminismo en Colombia tiene poder hoy?

Ana Cristina González, feminista, pionera del movimiento Causa Justa: sí. Primero, porque es un movimiento fuerte que ha logrado algunas de las conquistas más importantes de derechos humanos de las mujeres en las últimas décadas, entre ellas el reconocimiento del derecho al aborto, y que está disputando transformaciones en todos los ámbitos de la vida social, la paridad en la política, la brecha salarial, la violencia contra las mujeres, la participación paritaria en todos los ámbitos, etcétera.

Cuando yo empecé a ser feminista hace 30 años, uno tenía que demostrar que era feminista sin nombrarse como tal. Hoy a ti te sientan y te invitan a la mesa a desempeñar papeles importantes porque eres feminista, porque se entiende que ese movimiento tiene un poder y que personifica una de las luchas por la igualdad más pacíficas de los últimos tiempos.

Daniela Casanova, investigadora en asuntos de género enfocada en trabajo comunitario, economía del cuidado y ruralidad del Observatorio de Género de Nariño: creo que ha ganado un espacio importante en los movimientos sociales, pero también nos hace falta repensarnos cómo llegamos a la mayoría de las mujeres. Yo hago activismo desde el sur del país, en un departamento extremadamente católico, donde la mayoría de las mujeres son rurales y campesinas. Me pongo a pensar si los relatos que estamos manejando desde el feminismo son atractivos para esa mujer que creció en una familia hiper conservadora, con tradiciones religiosas arraigadas.

Entonces, este movimiento puede ser llamativo para una chica universitaria pero también lo debería ser para la mujer rural. Creo que es fundamental repensarnos y replantear las estrategias para que seamos atractivas para esas mujeres que más necesitan el feminismo, quizás para las que menos informadas están, las que menos herramientas de defensa de sus derechos tienen.

Beatriz Quintero, integrante de la Red Nacional de Mujeres: sí, porque si tú vez en las agendas políticas se empieza cada vez a hablar más de que tiene que haber mujeres en las listas, de que tiene que haber mujeres como candidatas, de que tiene que hablarse de mujeres, de que tiene que haber un programa de mujeres, mujeres en los planes de desarrollo.

Sher Herrera, autora y afrofeminista: claro que es un movimiento que tiene mucho poder político y eso se ve reflejado en los avances por los derechos de las mujeres. La más reciente victoria es la sentencia C- 055 que despenalizó el aborto hasta la semana 24 y que lo permite en cualquier momento del embarazo bajo las tres causales. Sin embargo, seguimos viendo que las más beneficiadas son las más privilegiadas en cómo se mueve la agenda, su ejecución y el acceso y garantía de esos derechos conseguidos.

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