La historia de Cristina, una niña en las disidencias de las Farc: inocencia robada por el reclutamiento forzado

Crédito: Colprensa

La historia de Cristina, una niña en las disidencias de las Farc: inocencia robada por el reclutamiento forzado

Cuando tenía solo 13 años hizo parte de las filas del frente 36 disidencias de las Farc, donde tuvo que ver a otros menores morir en combates. Logró volver a la libertad gracias a un operativo de las Fuerzas Militares. Esta es la historia de Cristina y de muchos más niños.

Por: Javier Patiño C.

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El grupo de uniformados de Fuerzas Especiales llegó en la tarde del sábado 10 de febrero a un campamento de guerrilleros ubicado en la vereda La Dulcinea, en la montañas de Anorí, Antioquia.

Dentro de uno de los cambuches se escondía una menor de 13 años que nerviosa y llorando pedía respeto por su vida. Era una de las integrantes del frente 36, de las disidencias de las Farc, que prefirió no huir como el resto de guerrilleros para que le respetaran la vida.

Con temor, le dijo al grupo de uniformados que su nombre era Cristina*, y que desde hace varios meses estaba planeando la forma de escapar del frente guerrillero para regresar junto a su familia.

Cuando se sintió segura les comentó a los soldados que había sido reclutada a comienzos de 2023. Les contó que los guerrilleros le dieron regalos, como un celular y ropa, y así la engañaron para que hiciera parte de la organización ilegal.

Durante los doce meses que vivió en las filas del frente 36 estuvo bajo el mando de alias Primo Gay y alias Macho Viejo, cabecillas de la organización ilegal, a los cuales les gustaba tener entre su grupo de seguridad a mujeres, pero en especial menores de edad, les relató Cristina a los uniformados. 

reclutamiento

Niños en medio de combates

En varias ocasiones, Cristina dice que sintió la muerte cerca. Como pasó a mediados de 2023 cuando el frente 36 fue atacado por integrantes del ELN con explosivos y disparos en un campamento provisional que habían establecido en una finca en zona rural de Tarazá, Antioquia.

 

“La oscuridad de la noche solo era iluminada por el cruce de los disparos y el lanzamiento de explosivos que no solo afectaron los cambuches, sino que dejaron varios heridos, entre ellos mi compañera Milena, que por salir corriendo me salvó la vida al recibir varios disparos que realizaron a donde nos encontrábamos”, recuerda Cristina.

Del combate solo pudo rescatar su celular, donde tiene guardadas fotografías que se tomó con varias guerrilleras. En las imágenes se ven a varias menores con sombreros y pañoletas pixeladas, menores a quienes la guerra no les ha permitido disfrutar de su juventud.

Cristina les comentó a los soldados que muchas de ellas al principio portaban armamento de madera que utilizaban en las capacitaciones, pero luego tuvieron que acostumbrarse a cargar sus propios fusiles.

Según la menor, las disidencias hacen ver el reclutamiento forzado como una entrada voluntaria a las filas, pero en realidad los menores son obligados a ingresar. Cristina recuerda su tiempo allí como una experiencia dolorosa en la que conoció a niños y niñas que aún permanecen en las filas. 

Para el comando general de las Fuerzas Militares este hecho es una prueba más de que no se ha detenido el reclutamiento por parte de las disidencias, que las familias de los menores no denuncian por temor a ser víctimas de represalias.

* Su nombre ha sido cambiado para proteger su identidad

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