El negocio olvidado de José Obdulio Gaviria con un jefe de la Oficina de Envigado
23 Julio 2023

El negocio olvidado de José Obdulio Gaviria con un jefe de la Oficina de Envigado

Hace 25 años el exsenador JOsé Obdulio Gaviria hizo un negocio con Jorge de Jesús Vallejo Alarcón, quien hoy es uno de los voceros de paz de la estructuras armadas de Medellín y el Valle de Aburrá.

Crédito: Fotoilustración: Jorge Restrepo

Hace 25 años el dirigente uribista le compró un edificio a Jorge de Jesús Vallejo, un comerciante que, según la justicia, es uno de los principales jefes de la Oficina de Envigado. El exsenador se defiende argumentando que hizo miles de negocios con personas que no recuerda.

Por: Alfredo Molano Jimeno

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Hace 12 años, producto de una inédita balacera en un lujoso edifico del Poblado de Medellín, las autoridades allanaron el apartamento de un próspero comerciante de Bello, que había sufrido un atentado sicarial. En el apartamento, ubicado en el exclusivo sector de Castropol, las autoridades encontraron armas de grueso calibre y miles de millones de pesos en títulos valor. Desde ese día, los bienes y negocios de Jorge de Jesús Vallejo Alarcón quedaron en el radar de las autoridades, pero hubo un documento que no solo pasó inadvertido, sino que curiosamente desapareció de su contabilidad. Se trata de un contrato entre Vallejo y José Obdulio Gaviria, quien en ese momento era uno de los hombres más cercanos del expresidente Álvaro Uribe, quien acababa de salir del Palacio de Nariño con altísima popularidad.

Desde ese día Vallejo Alarcón quedó rotulado con los alias de Vallejo o el Doctor y fue reseñado como uno de los hombres fuertes de la Oficina de Envigado, mano derecha de alias Tom, máximo jefe de El Meza. Vallejo fue capturado dos veces. Primero, en 2012, acusado de porte ilegal de armas. Finalmente fue absuelto porque demostró tener salvoconductos de una brigada militar. En 2018 volvió a ser capturado y esta vez fue acusado de concierto para delinquir agravado. Al final, la justicia lo condenó a 14 años de prisión. En el proceso, perdió sus bienes y los de sus familiares más cercanos. 

Vallejo es uno de los voceros de paz en el espacio de diálogos entre el gobierno y las bandas de Medellín, y desde la Cárcel de Itagüí, este hombre de 55 años, considera que es víctima de un proceso judicial injusto y selectivo, en el que hubo inconsistencias probatorias e intereses oscuros, pues antes de ser capturado era un reconocido comerciante que hizo negocios con entidades públicas y reconocidos empresarios y políticos.

Este hombre de 55 años, considera que es víctima de un proceso judicial injusto y selectivo, en el que hubo inconsistencias probatorias e intereses oscuros

“Yo no soy un santo, tengo mis pecados, pero a mí se me condenó con falsos testigos y acusado de lo que no soy. Se dijo que era el máximo jefe de una organización delincuencial que lleva de fundada 30 años y de la cual sus fundadores están vivos. Cuando me capturaron yo tenía 53 años, una vida exitosa como comerciante, tenía negocios inmobiliarios públicos y con trazabilidad. Pero un fiscal se ensañó conmigo, me capturaron, me arruinaron la vida, me secuestraron los bienes míos y de mi familia, como la casa de mi madre y mis hermanos, pero eso sí, escondieron los nombres de las personas que tuvieron negocios conmigo solo porque pertenecían a la clase política y empresarial”, narró Vallejo a CAMBIO desde la cárcel de Itagüí.

Itagüí
Voceros de las estructuras armadas del Valle de Aburrá el día de la instalación de la mesa de diálogos. /Foto: Sará Lopera

CAMBIO tiene en su poder “el contrato de promesa de permuta”, firmado el 1 de diciembre de 1998 entre Vallejo Alarcón y Gaviria Vélez. Para los días en que se hizo el negocio, José Obdulio no era una figura pública ni pertenecía al grupo político del expresidente Álvaro Uribe. Era, al igual que Vallejo, un comerciante dedicado a bienes raíces. Eso sí, Gaviria Vélez tenía alguna trayectoria como militante de un movimiento socialista en sus días universitarios y era conocido su parentesco con el capo de capos, Pablo Escobar Gaviria.

Para profundizar

El negocio de permuta no fue menor. José Obdulio le compró a Vallejo un edificio en el sector Altos de Niquía, municipio de Bello. El negocio involucraba cinco apartamentos y local comercial y el precio de la permuta fue de 570 millones de pesos de la época. Vallejo recibiría en pago un lote, dos carros, la cancelación de una hipoteca de 150 millones de pesos y un dinero. Un negocio jugoso para las dos partes. La transacción se firmó y registró en la Notaría 12 de Medellín, y el documento quedó en los archivos de Vallejo, hasta el día en que lo allanaron. 

Al ser consultado sobre este negocio, el exsenador Gaviria Vélez aseguró que no recordaba el nombre de la persona ni la situación descrita.

Al ser consultado sobre este negocio, el exsenador Gaviria Vélez aseguró que no recordaba el nombre de la persona ni la situación descrita. “Yo tuve una oficina de propiedad raíz e hice muchos negocios. Quién sabe quién sea el tipo, quién me lo llevó y no recuerdo el caso. No recuerdo a tanta gente con la que se hicieron negocios de propiedad raíz. No puedo darle claridad porque no me acuerdo, y seguramente, en tantas operaciones de propiedad raíz, y más en Medellín, habrá gente con conductas muy dudosas. Esto es perfectamente posible que haya ocurrido”, sostuvo el exsenador Gaviria Vélez. 

Lo cierto es que para el momento del negocio, Vallejo Alarcón había hecho un patrimonio considerable a partir de que, tres años antes, en diciembre de 1995, se había ganado el premio gordo de la lotería Extra de Colombia, que pagaba 2.000 millones de pesos. Vallejo también era profesional y se desempeñaba como jefe de mantenimiento en la pollería Pinky, que luego se convirtió en Frisby. Había estudiado ingeniería eléctrica en el Instituto Tecnológico Pascual Bravo y tenía diplomados en administración de personal y metodología de la enseñanza, en otros. Con su trabajo como empleado y lo que se había ganado en la lotería, había logrado consolidar un importante patrimonio que le permitió ser rentista de capital y comerciante inmobiliario. 

Hasta el 2011 fue un reconocido comerciante que incluso vendió lotes al Invias y otras entidades públicas. Pero el 29 de junio de 2011 su vida cambió. Ese día, un grupo de hombres armados y vestidos con uniformes de la Sijin llegaron a su apartamento en El Poblado, derribaron la puerta y entraron disparando. Dos personas resultaron muertas, Vallejo se lanzó por la ventana de un séptimo piso y milagrosamente salió con vida pero con una bala incrustada en la cervical. Después de eso, quedó el registro de las autoridades como integrante de la Oficina de Envigado y en 2018 fue condenado a 14 años de prisión.

paz total en Medellín

Hoy es uno de los voceros de la mesa de paz de Itagüí, sirve de secretario del espacio de diálogo con el gobierno y asegura que ya llevaba 23 años trabajando por la reconciliación en su ciudad.  Incluso muestra un documento de la Alcaldía de Bello, fechado en noviembre de 2000, en el que certifica sus aportes a la paz y convivencia del municipio. Vallejo tiene una condición de salud especial producto de la bala que aún tiene en su cuerpo y requiere un tratamiento con morfina para palear el dolor, y desde su lugar de reclusión espera que la posibilidad de la paz les brinde la oportunidad de contar sus historias y alguna que otra verdad qué nunca ha salido a la luz pública. 

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